El Ejecutivo balear pagó 15.000 euros por el callejero de Palma
Encargó el trabajo de los ‘franquistas del siglo XIX’ a un doctor novel que lo delegó
El Censo de Simbología Franquista en el que se ha basado el Ayuntamiento de Palma para quitar tres calles a héroes de guerra del siglo XIX y otras nueve –como Toledo o el castillo de Olite– del callejero de la ciudad ha costado al Govern balear 14.980 euros, según ha podido confirmar ABC. El polémico informe, cuestionado por contener errores históricos de bulto, fue elaborado por la Consejera de Cultura, Fanny Tur, a finales de la pasada legislatura «en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica» aprobada en el Parlamento balear.
Tur, nombrada a petición de los nacionalistas de Més per Mallorca, encargó el trabajo en 2018 al historiador Bartomeu Garí, un doctor novel que actualmente es concejal del mismo partido independentista en el municipio mallorquín de Porreres. Garí delegó el trabajo de las calles de simbología franquista en Marçal Isern, un estudioso en la materia que carece de titulación en Historia y trayectoria académica, y otorgó otro censo sobre prisiones al historiador Manel Suárez.
El resultado de este trabajo fue el que ahora ha desatado la polémica por incluir las calles Churruca, Gravina y Cervera porque tenían «simbología franquista», a pesar de que dos de ellos murieron más de un siglo antes de la sublevación de 1936 y el tercero, cuando Franco apenas era un niño; o por argumentar que las calles Almirante Churruca, Almirante Gravina y Almirante Cervera de Palma recuerdan «al barco de la armada franquista», pese a que las actas del Ayuntamiento de Palma lo refutan, como ya publicó este diario.
Preguntado por ABC, Isern ha declinado hacer declaraciones. También ha borrado su perfil de Twitter, donde desmentía al alcalde socialista José Hila y defendía, en contra de lo que pone en su propio censo, que estos nombres no se quitan por hacer referencia a los buques sino porque se rotularon durante el franquismo.
El estudio de Marçal Isern ha causado estupor entre historiadores, expertos y entidades civiles, que reclaman una rectificación y apuntan a que el autor ha ido más allá de la memoria histórica, «ya que no se dedica a retirar símbolos franquistas sino otros que son de la Historia de España», sostiene el periodista y doctor en Historia, Manuel Aguilera. A su juicio, con este tipo de actuaciones se está desprestigiando una Ley de Memoria Histórica aprobada por unanimidad en el Parlamento balear▶ «No pasa nada por reconocer el error y rectificar», dice.
Para Miquel Deyà, el problema viene porque Podemos y los nacionalistas de Més, socios de gobierno del PSOE en el Ayuntamiento de Palma y en el Govern balear de Francina Armengol, «creen que la historia de los estados es tóxica y tienen que crear un relato, aunque sea falso y sin base científica».
La Asociación por la Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA) considera un error el cambio de nombre de las calles Gabriel Rabassa, Almirante Churruca y Almirante Gravina y advierte de que el motivo por el que se nombraron «no tenía nada que ver» con buques de la Guerra Civil y que «no hay que apreciar ninguna connotación franquista a su designación». Por su parte, la Asociación de Memoria de Mallorca cree que el consistorio debería paralizar la retirada de las placas de los almirantes y hacer un «estudio más cuidadoso».
Pese a las críticas, el Ayuntamiento de Palma ha dicho que no dará marcha atrás. El edil de Podemos Alberto Jarabo ha insistido en que lo hace en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y ha defendido que estos personajes tienen que estar en los libros de Historia, pero no en el callejero palmesano. El PP de Palma presentará este jueves una moción para exigir la revocación de los cambios de nombre de las calles sin aprobación de la Junta de Gobierno ni del Pleno municipal.