ABC (Andalucía)

«Irme a Zagreb con 16 años pudo sonar surrealist­a, pero está claro que acerté»

∑El mediapunta del Leipzig, cada vez más asentado en la España de Luis Enrique, repasa su carrera y su extraño camino hacia la élite desde la liga croata

- JAVIER ASPRÓN

Le piden a Luis Enrique que desgrane las virtudes de Dani Olmo y no hay freno▶ «Es versátil y puedo utilizarle en banda, de interior o de falso nueve. Aporta muchas cosas ofensivame­nte, me gusta su inteligenc­ia a la hora de defender, su calidad cuando mantiene el balón. Se asocia, tiene último pase, es bueno para hacer goles...». Y concluye el selecciona­dor▶ «Está aquí por algo y va a seguir creciendo, seguro». Olmo (Tarrasa, 1998) es una de las grandes apuestas del técnico asturiano, que confía a ciegas en su capacidad. Como otros jóvenes de la cantera del Barça, Olmo decidió abandonar La Masía siendo aún adolescent­e y apostar por crecer en el extranjero, aunque en su caso no escogió la Premier sino un destino más exótico, el Dinamo de Zagreb. De ahí saltó al Leipzig, donde ya es la figura del único equipo que intenta plantar cara al Bayern en la Bundesliga.

–Acaba de cumplir su primer año en Leipzig. ¿Cómo va la experienci­a en Alemania?

–Bien, estoy muy adaptado a la ciudad y al equipo. El entrenador me da confianza y los resultados también están llegando. Al principio fue un poco más complicado porque empecé jugando y de repente salí del equipo. Estuve como seis partidos sin minutos y se hizo duro. Pero tenía claro que había que seguir trabajando de la misma manera. A día de hoy estoy contento con las oportunida­des que me dan y con el rol que tengo en el equipo.

–¿Qué ciudad se ha encontrado? ¿Cómo es Leipzig?

–Al contrario que Zagreb, que es a lo que estaba acostumbra­do, es una ciudad muy tranquila, con zonas muy bonitas para pasear. Muy cerca tiene varios lagos a los que la gente se escapa para disfrutar del aire libre. Por la situación en la que estamos aún no la he podido disfrutar al cien por cien. Ojalá pronto pueda descubrirl­a mejor.

–En el Leipzig le dirige uno de los entrenador­es de moda. ¿Cómo es Julian Nagelsmann?

–Es un hombre muy cercano. Siempre está a tu disposició­n para que le cuentes tus dudas tácticas. Tiene las cosas claras, sabe a lo que quiere jugar y así nos lo transmite en cada entrenamie­nto y en cada charla.

–¿Son muy diferentes él y Luis Enrique?

–Cada entrenador es único. No veo que haya dos entrenador­es parecidos en este mundo. Cada uno tiene su forma de ser, cambia la filosofía de juego, el sistema... En mi caso, yo estoy agradecido a los dos por la confianza que me dan cada día. Ojalá se la pueda devolver a ambos.

–Ya en clave de selección, vuelven con el recuerdo aún fresco del 6-0 a Alemania. Visto en perspectiv­a, ¿qué se hizo tan bien para que saliera un partido así de perfecto?

–No es fácil de decir. Veníamos de una buena dinámica de juego, pese a algún resultado adverso, y ese día en concreto, como dice, nos salió todo perfecto. Hay que relativiza­r, porque tampoco ahora vamos a subestimar a Alemania por ese duelo. Lo único cierto es que queremos seguir en esa línea, con nuestro estilo de juego y sin cambiarlo por un resultado malo o uno muy bueno.

–Dicen que es usted una de las debilidade­s de Luis Enrique. ¿Nota ese apoyo del selecciona­dor? ¿Cómo se lo transmite?

–Lo único que puede decir es que le estaré siempre agradecido por la confianza. Me da minutos con la selección, que es algo maravillos­o, y yo intento devolverlo en el campo ayudando al equipo y con buenas actuacione­s. Es un orgullo estar en este equipo. Somos muy ambiciosos y queremos conseguir grandes cosas.

–Tanto en esta convocator­ia, como en las anteriores, se impone la juventud en el equipo nacional. ¿Cree que es una decisión arriesgada por parte de Luis Enrique no mirar el DNI de sus jugadores?

–Él mejor que nadie conoce a todos los jugadores, y razones tiene para convocar a cada uno de ellos. Desde mi

punto de vista, todos los jóvenes que vienen son muy buenos. Pedri, Bryan Gil, Pedro Porro... Los conozco de las categorías inferiores y tienen muchísimo nivel. Yo me alegro de que vengan y poder compartir esto con ellos.

–¿Sueña con la Eurocopa y el Mundial? ¿Los ve cercanos?

–Siempre es una ilusión poder participar en este tipo de campeonato­s con tu selección. Es un sueño. La Eurocopa sí la veo más cerca, pero hay que pensar en el presente. Esta es la última convocator­ia y tengo que hacerlo bien para demostrar al entrenador que puede contar conmigo.

–¿Disfruta tanto como parece dentro del terreno de juego?

–Intento divertirme en el campo, sí. No pasarlo mal ni presionarm­e. Siempre digo que si te diviertes y te lo pasas bien, juegas mucho mejor. Eso es lo que pretendo. Cuando hago un buen pase o un buen regate, lo disfruto muchísimo.

–¿Nunca en su entorno han tenido que llamarle la atención por desviarse del camino?

–Nunca, la verdad. Tenía muy claro a dónde quería llegar y cómo conseguirl­o. Intento ir creciendo poco a poco en este mundo mirando siempre hacia delante. No ha habido nada que me aparte de ese camino.

–Supongo que le habrá influido mucho la educación que ha tenido, lo que veía en casa de pequeño...

–He tenido la suerte de crecer con un padre futbolista y entrenador que me ha sabido guiar. También mi hermano mayor se dedica a esto y todos mis recuerdos son junto a una pelota. El fútbol ha sido mi infancia.

–¿Qué le gusta hacer cuando no está dando patadas al balón?

–Me gusta el baloncesto, en especial la NBA. También soy aficionado al pádel, aunque ahora no lo puedo practicar mucho. Y, durante la pandemia, he jugado mucho a la Play con los amigos.

–Hizo un camino, no ya atípico, sino casi único. Dejó el Barça con 16 años para marcharse al Dinamo de Zagreb. ¿No le sonó a chino la propuesta?

–Tenía claro que quería ser futbolista profesiona­l y el proyecto que me ofrecía el Dinamo en ese momento no me lo daba nadie más. Lo decidí junto a mi familia y al final, gracias a Dios, creo que acerté. Ahora estamos recogiendo los frutos de esa decisión. Tomar ese camino puede sonar surrealist­a, no es normal verlo, pero creo que es una buena oportunida­d para desarrolla­rte como futbolista. Es un equipo que confía en la gente joven, con calidad, y cada año va sacando jugadores de esta forma. Es un club vendedor, claro, pero trabaja muy bien con el talento.

–Antes de su fichaje por el Leipzig sonó con fuerza su fichaje por algún equipo español. ¿Es posible esa vuelta a la Liga? ¿En qué momento?

–Siempre he dicho que me gustaría jugar algún día en España y el futuro está abierto, ya se verá. Lo que pasa es que estoy muy a gusto en el Leipzig, así que de momento no lo veo cercano.

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Dani Olmo posa en la Ciuda del Fútbol de Las Rozas tras el entrenamie­nto de la selección de este miércoles
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