ABC (Andalucía)

UN CANTÓ EN LOS DIENTES

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Algo peor de lo que pensábamos debe estar pasando en la política española para que la suerte de Toni Cantó se haya convertido en la pesquisa más publicitad­a de la semana. Soy un admirador de su trabajo, el artístico y el político, y no creo que el hecho de que haya militado en tres partidos distintos signifique que haya cambiado otras tantas veces de manera de pensar. No me parece que sus principios sean muy distintos a los de hace un par de meses, cuando Ciudadanos aún aspiraba a ser el partido hegemónico de la derecha en Cataluña, o a los de hace 10 años, cuando llegó al Congreso subido a la cresta de la ola de UPyD. Sus banderas ideológica­s parecen las mismas, sí. Pero muchos de sus juicios de valor, no. Rosa Díez, por ejemplo, pasó de ser buena a mala lideresa, lo mismo que Inés Arrimadas, según el flujo de las mareas de su propio bienestar político. A las dos las defendió, mientras lidiaban en el tendido de los cuernos de la luna, y a las dos las abandonó cuando la luna empezó a parecerse a la de Valencia. Con Pablo Casado pasó todo lo contrario. Primero dijo de él que era «una muestra del PP rancio de toda la vida» que «nunca ha dicho nada en las peores épocas de la corrupción» y luego lo eligió como jefe de partido para dar la batalla contra la izquierda.

Los españoles estamos acostumbra­dos a ver a los políticos haciendo todo lo que pueden por sobrevivir. Pero eso no significa que nos guste. De hecho, pocas cosas nos han gustado menos que las que han hecho muchos de ellos durante los idus de marzo. En el gatillazo de Murcia casi todos han quedado como la chata. Sánchez ha zancadille­ado con mociones de censura a gobiernos autonómico­s en mitad de una pandemia.

Arrimadas se ha convertido en cómplice suicida de su principal adversario. Los (ex) diputados de Ciudadanos han renegado de su firma dos días después de haberla estampado en un documento parlamenta­rio. Los dirigentes del PP han incentivan­do el transfugui­smo de éstos últimos con prebendas remunerada­s y Pablo Iglesias ha irrumpido en la campaña de Madrid con las llaves de la cárcel entre los dientes. Suma y sigue. La clase política ha vuelto a demostrar de qué pasta está hecha.

En medio de esta merienda de egos, ¿era necesario convertir en un dechado de excelencia al máximo exponente del vivaqueo político que tenemos en España? La trayectori­a de Toni Cantó, ora en un partido, ora en otro, defensor primero y detractor después de liderazgos sucesivos, ¿merece convertirs­e en el gran reclamo electoral del PP?

Entiendo que Díaz Ayuso torciera el gesto cuando los mensajeros de Génova le llevaron su nombre escondido en un sobre. Llevaba dos años tratando de quitarse de encima la compañía incómoda de Ciudadanos y cuando estaba a punto de conseguirl­o tiene que convertir a uno de sus grandes referentes –el más popular de todos, probableme­nte– en el fichaje estrella de su segundo mandato. Dos años después de haber conquistad­o el primero

Innecesari­o

«Un actor necesita que le busque la luz del cañón para sentirse a

gusto»

ya no es la candidata inexperta que llegó al póster electoral como cuarta opción de Pablo Casado. Ahora es uno de los valores más firmes de su partido, capaz por ella misma, según las encuestas, de absorber casi todos los votos que cosechó Rivera en las últimas elecciones y de frenar el ascenso de Vox. ¿Qué falta le hacía Cantó? Su llegada solo puede alterar el equilibrio funcional de su equipo. Un actor necesita que le busque la luz del cañón para sentirse a gusto. ¿Se conformará con un papel secundario después del 4 de mayo? Génova no ha negociado su incorporac­ión a la lista de Madrid pensando en Ayuso, sino en el líder del partido. Era una especie de prueba de convicción de su viaje al centro.

Casado cree que captando a todos los disidentes de Arrimadas ensanchará su base electoral. Yo no estoy tan seguro. Pincho de tortilla y caña a que muchos de los que voten al PP en Madrid cambiarán de apuesta en las generales. Las urnas no miden el glamour, sino la confianza.

Ocupar cargos en la Generalita­t depara una abultada cuenta corriente y muchísimo tiempo libre. Es el caso de Quim Torra▶ 90.000 eurazos anuales que también paga esa mitad larga de catalanes que desprecia. A falta de otras obligacion­es, más allá de intoxicar, el activista del ‘apreteu’ promociona su enésimo bodrio editorial▶ ‘Les hores greus’ (‘Las horas graves’). Y, como dispone de tantas horas, tomó el coche oficial rumbo a Valencia. Antes de presentar el bodrio en el Centro Octubre de Cultura Contemporá­nea del pancatalan­ista Eliseu Climent (la Generalita­t aporta 670.000 euros de la hipoteca del edificio), la comitiva de Torra aparcó en la plaza de San Vicente Ferrer.

Hacia la una del mediodía, la Policía local multó al vehículo de los escoltas, estacionad­o sobre la acera de una zona vetada al aparcamien­to. Cuando la grúa procedió a retirarlo, los multados informaron de su condición de policías del expresiden­te de la Generalita­t para recuperar el vehículo infractor.

La acción de Torra y su séquito tiene su explicació­n. El expresiden­t inhabilita­do no había informado oficialmen­te de su visita▶ al igual que Climent, su anfitrión, cree que la capital del Reino de Valencia es un apéndice más de los denominado­s ‘Países Catalanes’, como la ‘Cataluña Norte’, Islas Baleares o Aragón. Devoto de los mapas de TV3, a Torra se le da una higa que Ximo Puig categorice esa fantasmago­ría como «una marca que no tiene virtualida­d», Javier Lambán la califique de «ensoñación cateta» y Francina Armengol advierta de que «el futuro de Baleares no se tiene que decidir desde Cataluña» por ser «realidades sociales y económicas diferentes».

¿Y si la multa se tramitase? Siempre desobedien­te a las leyes que no le molan, Torra no la pagaría, como no piensa pagar, dice, los 8.500 euros de las tres sanciones que le impuso la JEC por colgar lazos amarillos en edificios públicos haciendo caso omiso del «deber de neutralida­d política de los poderes públicos en periodo electoral».

Si uno está en el lado correcto de la Historia… ¿qué coño es la neutralida­d? debió preguntars­e Torra al modo de Pujol respecto a la UDEF. En ‘su’ Cataluña, la neutralida­d no existe cuando se trata de alcanzar la independen­cia▶ solo hay que ver o leer a los medios de comunicaci­ón subvencion­ados, repasar las placas desterrada­s del nomencláto­r, ojear los manuales o los libros que prestan las biblioteca­s.

Como adelantaba Esther Armora en ABC, según un estudio de la Asamblea por una Escuela Bilingüe, de cada cien ejemplares de historia o política, 96 se centran en Cataluña y solo 4 en España▶ «Apenas hay referencia­s, ni a las fiestas nacionales, mientras que Cataluña y el proceso de independen­cia son una constante», subraya el informe sobre el adoctrinam­iento biblioteca­rio.

Historia falsaria que ya denunció en 1935 Jaume Vicens Vives. En una carta abierta en La Veu de Catalunya al nacionalis­ta Rovira i Virgili, quien le afeaba, por poco ‘catalanesc­a’, su tesis sobre Fernando el Católico▶ «No provengo del campo de poetas fracasados que se han dedicado a cultivar la historia catalana… No trabajo por diletantis­mo. Lo hago con una técnica científica que he aprendido aquí y en el extranjero…»

En la historiogr­afía catalana, concluía Vicens, «se reiteran las fábulas, se mantienen los equívocos y todos vemos cómo se persevera en los tópicos cómodos y peligrosos. Entre todos hemos creado una historia de Cataluña falsa en su mayor parte y completame­nte absurda».

Mentiras e impunidad caciquil. Torra aparca donde le peta y Aragonès no hace acto de presencia en Seat. Si Volkswagen ha confirmado su plan de coches eléctricos en 2025 ha sido a pesar del gobierno de la Generalita­t.

Y ya que hablamos de este otro presidente al que el cargo le viene grande, mientras Seat y Repsol ratificaba­n sus multimillo­narias inversione­s, Aragonès (Pere) suplicaba el apoyo de las CUP del otro Aragonès (Vidal).

Nada mejor para atraer capital que compartir gobierno con los anticapita­listas. Anunciar dos años de concentrac­ión de fuerzas y chantaje blanqueado como ‘diálogo’; desarme de los mossos para que no incordien a la ultraizqui­erda pirómana y los okupas; «blindaje» del Parlament▶ purga de letrados, desobedien­cia al ‘fascismo’ del TC, refugio para la imputada Borràs. Demagogia social (renta básica, banca pública, bla, bla, bla)… sin financiaci­ón presupuest­aria demostrabl­e.

Rehén del asambleísm­o antisistem­a, en 2023 el Aragonès de Esquerra pasará la reválida del Aragonès de las CUP. Si no hay amnistía ni referéndum de autodeterm­inación, habrá barricada (ellos lo denominan «embate» contra el Estado). Todo monitoriza­do por el estado mayor del ‘lo volveremos a hacer’ («mesa de dirección estratégic­a», le llaman).

Con ese programa, el separatism­o renueva su candidatur­a a otro 155. No sirven para otra cosa. ¡Gobernar para todos los catalanes sería trabajar por la neutralida­d! ¡Más confrontac­ión y victimismo!

De eso viven.

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