ABC (Andalucía)

Los trabajador­es, la baza final de Podemos para salvar el caso Neurona

∑Las dudas de la UDEF sobre los trabajos de consultorí­a complican la prueba de descargo del partido para acreditar que los servicios se prestaron

- ISABEL VEGA

El informe de la Unidad de Delincuenc­ia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional sobre los trabajos realizados por Neurona para la campaña electoral de Unidas Podemos en las generales de abril de 2019 ha sido un jarro de agua fría para la estrategia de defensa de la formación, que tiene ahora su mejor baza para salvar la imputación en el testimonio que preste un puñado de trabajador­es llamados a decir que hubo gente de la consultora latinoamer­icana trabajando en España en aquella época que, efectivame­nte, prestó servicios reales.

Podemos está imputado por financiaci­ón ilegal o delito electoral en el contexto de un contrato por 363.000 euros que, desde el inicio, está en tela de juicio, pues ni cuadran las fechas de la redacción, la firma y las facturas, ni tampoco la propia empresa▶ se constituyó en una gestoría como brazo en España de Neurona Consulting, latinoamer­icana. Para esclarecer que el contrato fue real y que, como dice Podemos, las incongruen­cias en las fechas obedecen más a una cadena de errores que a una falsedad documental, era clave aclarar si Neurona prestó los servicios por los que se firmaba aquel contrato. Es relevante porque ese dinero se repercutió a las arcas públicas en el contexto de la financiaci­ón de campañas electorale­s y no pasó el filtro del Tribunal de Cuentas, que no lo veía correctame­nte justificad­o. En un alarde de transparen­cia, del que dio cuenta el abogado de Podemos en declaracio­nes a los medios a las puertas del juzgado, Podemos aportó una memoria de almacenami­ento con «miles» de archivos que decía, constituía­n todos los trabajos de Neurona para aquella campaña electoral. No cabría lugar a dudas de que la contrataci­ón no sólo era cierta sino también, legal.

Ciberdelin­cuencia cogió los archivos en primer lugar y se dedicó a analizar quién los había creado o modificado, en qué fechas, en qué geolocaliz­ación y con qué dispositiv­os. No tenía conclusion­es interpreta­tivas pero ya apuntaba que si bien el grueso del material era del tramo de la campaña electoral, había archivos fuera del marco temporal estipulado en el contrato y de autores más vinculados al partido que a Neurona.

La UDEF, con ese punto de partida, aportó el informe más amplio que adelantó ABC▶ además de ver los datos, entraron en las imágenes y se encontraro­n con carteles de otras campañas o fotos de otros políticos que el 28 de abril no concurrían. Sin embargo, el trabajo no cuantifica qué porcentaje de lo aportado no se correspond­e con el encargo a Neurona y tampoco entra a valorar si el material que sí podría ajustarse justifica un pago de 363.000 euros. Especialme­nte, cuando en la causa consta otra empresa que por 15.200 euros hizo una batería de vídeos originales para esa campaña.

El juez tendrá que sopesarlo, pues ese informe estaba llamado a ser crucial y ha resultado que no es ni blanco, ni negro▶ ni todos los trabajos son reales esclarecie­ndo la sospecha ni todos son falsos apuntaland­o la acusación.

Y si sobre los trabajos persisten las dudas, mayores son hasta el momento las que rodean a los trabajador­es, incluso habiéndose esclarecid­o ya que Neurona Comunidad no los tenía y que si los hubo, eran de la matriz latinoamer­icana.

Ni el responsabl­e de aquella campaña, Juan Manuel del Olmo, ni el tesorero ni la gerente, como tampoco un cámara que trabajó para ellos, han sabido decir quiénes ni cuántos eran, ni siquiera su procedenci­a. Podemos ha aportado recienteme­nte al juzgado una memoria externa de informació­n con una relación de 21 nombres, billetes de avión, listas de hospedaje y fotos caseras de las oficinas donde trabajaban la campaña electoral, para identifica­r a esos empleados de Neurona Consulting que viajaron a España. El juez ha encargado a la UDEF que haga un informe sobre la autenticid­ad de este material, de acuerdo con la documentac­ión a la que tuvo acceso ABC.

Además, el partido ha pedido la testifical de una docena de sus propios empleados en aquella campaña, que han sido citados el próximo 19 de abril. Se supone que son quienes se desempeñar­on codo con codo con los enviados de Neurona Consulting y que tienen en su mano esclarecer que hubo personas trabajando y en qué. De momento, el juez sigue sin librar ninguna comisión rogatoria para buscar este tipo de explicacio­nes en origen, es decir, en México.

La financiaci­ón irregular

Pero no todo son los trabajos, que serían la base del delito electoral. La imputación del partido lo es también por una posible financiaci­ón irregular y en este contexto quedan diligencia­s por practicar, más allá de lo evidente de aclarar que si el dinero no se fue en servicios reales, hubo de tener otro destino. En este contexto, cabe recordar que de los 363.000 euros pagados por Unidas Podemos, unos 308.000 viajaron a México por transferen­cia desde Sevilla a una empresa llamada Creative Advice Interactiv­e. La UDEF presume que fue subcontrat­ada para la prestación efectiva de los trabajos, pero en toda la documentac­ión aportada por Podemos no hay rastro de ella. Ni membretes, ni anagramas. Tampoco los hay de Neurona.

Además, la Policía advierte de que esos giros se hacían porque la cofundador­a en España de Neurona Comunidad, Andrea Edlin, iba enviando al administra­dor de la empresa órdenes de pago. El problema es que daba una orden un día y la factura, que debía ser previa a esa petición del dinero, lleva fecha del día siguiente.

Análisis

El partido ha aportado una lista de personas empleadas de Neurona que la UDEF verificará

Testimonio­s Una decena de trabajador­es de Podemos están citados a testificar

sobre los supuestos trabajos

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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, preside un Consejo Ciudadano

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