«Hay un deterioro de valores y la familia es la que más ha sufrido»
del público. Yo creo que, afortunadamente todavía, no siempre la sociedad piensa lo mismo que los planteamientos políticos y que las leyes que se hacen en España. Que nadie vaya de salvador porque hay una sociedad que no piensa así.
–Usted es un pastor social, a su juicio ¿qué ha sido peor, el coronavirus o la coronacrisis?
–El coronavirus, que es la causa de todos los males que han venido y están por venir. Lo que ha originado la crisis económica y laboral es una pandemia de salud pública de unas dimensiones que no sé si somos conscientes de lo que es.
–Parecía que saldríamos mejores de esta crisis, pero somos más egoístas, ¿no cree?
–No quiero emitir juicios porque hay colectivo silencioso extraordinariamente responsable, pero lo que veo es que hay grupos y algunos sectores de edad que no acaban de tomar conciencia de la gravedad de la situación.
–¿El fin del coronavirus propiciará una sociedad nueva?
–La sociedad se renueva siempre. Tengo 75 años y he visto una transformación total del mundo en muchos aspectos. Cuando yo era niño no se parecía en nada al mundo en el que ahora vivo. La sociedad tecnológica, la sociedad mediática, la globalización cultural han supuesto una verdadera revolución. Lo que quiero decir es que la sociedad se transforma. Es verdad que hay cosas que aceleran una determinada conducta. El coronavirus es un fenómeno mundial que dejará una huella que durará mucho tiempo.
–La pandemia incide en la Semana Santa de Jaén, que no se celebra este año en la calle, si bien se llevan a cabo actos cultuales en los templos, ¿se puede decir que, en el buen sentido, en esta ocasión la procesión va por dentro?
–Y por fuera, porque los actos serán retransmitidos por muchos medios. Muchas parroquias los retransmiten con un seguimiento mayor que si fueran presenciales. Hay más gente que sigue nuestros cultos y actividades a través de las redes que antes por la presencia en los templos. Así que tendremos Semana Santa dentro y fuera.
–Si Dios está entre los pucheros, también está entre las redes sociales, ¿no?
–Claro, claro. La vida de la diócesis en Jaén no se ha interrumpido nada en ninguna de sus actividades. Todo ha salido hacia fuera a través de los medios. Y con una gran participación. Nosotros tenemos un encuentro de catequistas al que presencialmente acudían 600 personas, que es mucho, pero son miles las que han escuchado, interactuado o tienen noticia del encuentro una semana después.
–Acaba de presentar su renuncia al cargo por edad, ¿qué vivencias se lleva de Jaén?