Vamos a revisarnos
La titular de Economía reconoce la evidencia y anuncia una revisión a la baja de sus previsiones de crecimiento
Es tanto el peso de la variable pandémica en la economía que los eslóganes formulados por la curandería oficial lo mismo sirven para anunciar el desenlace de la crisis sanitaria que, igualmente feliz, también inverosímil, el comienzo de la reconstrucción. Las penúltimas palabras de Pedro Sánchez –«estamos ante el principio del fin de la pandemia»– son muy similares a las de su vicepresidenta económica –«en la segunda mitad del año tendremos un rebote muy fuerte»– cuando se pone a pregonar una mejoría que ni siquiera ella consigue ver y que vuelve a ser aplazada. Nadia Calviño no ha tenido más remedio que reconocer la revisión a la baja de un crecimiento del PIB que –dice– «puede que sea más pequeño». Que nadie se distraiga ni abone al pesimismo, que hay rebote. Si para su enésimo «principio del fin» Sánchez fijó el pasado martes un calendario de vacunación que el fiasco regulatorio de las ampollas de AstraZeneca ha convertido ya en papel mojado, la ministra de Economía insiste en trabajar sobre tan evidente fallo de cálculo y anuncia para el segundo semestre –la temporada arranca el 1 de julio– su propio despegue. Va a tener razón el Gobierno cuando dice, mirando de mala manera a Madrid, que no se pueden disociar salud y economía. El problema es que no se lo aplica.