Sobre Hans Küng
Y en otro orden de cosas y poniendo fin a esta sección, la misiva de JESÚS MARTÍN RAMÍREZ. «Leyendo el artículo de Hans Küng, publicado en el ABC del pasado jueves, y firmado por Pedro García Cuartango, cuyo largo itinerario periodístico sigo con interés y respeto desde hace muchos años, me permito compartir a través de esta carta unas breves consideraciones. Comprendo –aclara Martín Ramírez– que una nota necrológica no parece el lugar más pertinente para criticar a un recién fallecido, sino, por el contrario, para realzar sus virtudes y valores, que a lo largo de la dilatada vida del profesor Küng ciertamente no han sido pocas. Pero la caridad no debe estar reñida con la verdad. Y en el presente caso hay afirmaciones que, en mi modesta opinión, hubiera sido preferible omitir. Por ejemplo, no me parece suficiente argumento el que el aludido esté en su lecho de muerte para afirmar textualmente que ‘la Santa Sede no tuvo la suficiente generosidad’ para cambiar su opinión doctrinal sobre que su postura cuestionando el dogma de la infalibilidad papal, la prohibición de anticonceptivos y el sexo fuera del matrimonio, por poner solo unos cuantos ejemplos, se aparta de la doctrina de la Iglesia. Pienso que la misma coherencia hasta el final que Cuartango resalta como mérito del finado, hay que aplicarla también a la Congregación para la Doctrina de la Fe, ¿o no?»