En un rincón del ring va a estar una debutante, Isabel Díaz Ayuso, ése es su nombre, y, en el otro, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español

JOSÉ MARÍA CARRASCAL

NO va a ser la pelea del siglo, como aquellas que Muhammed Ali libró contra su eterno rival, Joe Frezier, pero sí puede ser la del año, por decirnos si cambia el rumbo de la política española. También por los contrincantes▶ un peso pesado, curtido en mil luchas y disponiendo de los medios de comunicación públicos y privados más poderosos, contra una recién llegada a la política, al frente de una comunidad autónoma por chiripa, o, exactamente, por la corrupción en la cúpula de su partido, de la que nadie en el resto de España había oído hablar hace un año, pero que en el intervalo se ha ganado la furia de sus rivales, la mejor forma de hacerse famosa. Ayuda sin duda que la plaza en disputa sea Madrid, capital del reino y ciudad de moda entre los jóvenes europeos con ganas de juerga, ahora que París ha dejado de ser una fiesta.

Para resumir▶ en un rincón del ring va a estar una debutante, Isabel Díaz Ayuso, ése es su nombre, y, en el otro, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, según todos los analistas. ¿Cómo es posible? Pues porque la izquierda estaba tan dormida en sus laureles que Isabel la pilló sin tener candidato al anunciar elecciones, por lo que echaron mano del que tenían para Defensor del Pueblo, un profesor de filosofía. Como si no hubiera tenido bastante con Illa en Cataluña, lo que demuestra lo adormilada que estaba. Que, además, duerme a las ovejas cuando se pone a hablar. Aparte de meter la pata, como decir que nunca gobernaría con Podemos. Ahora sólo le dejan decir que es serio.

Fue cuando el presidente saltó al ruedo. Esa derrota en Madrid podría significar el relevo en España, consciente de que Díaz elige la táctica de Alí en sus peleas con los mastodontes del ring▶ ‘como la avispa que golpea desde todos los ángulos’. Y de que pelear con una mujer puede acabar con su leyenda de feminista, sobre todo si echa mano de esos trucos en los que es experto, como acusar a los demás de los muchos fallos que ha tenido en su escaso tiempo de gobierno. Imagino que lo primero lo evitará dejando que las críticas más feroces a Isabel no las hará él sino mujeres de su entorno. No creo que las ministras más capaces lo hagan, pero tanto en el gabinete como en el partido, no faltarán las que se presten a ello.

En cuanto a los cuerpo a cuerpo los evitará en lo posible, adoptando esa pose de ‘ocupado en los problemas del país, especialmente los que afectan a los más necesitados’. Pero está ya tan visto y oído, que aburre casi tanto como Gabilondo.

El 4 de mayo está a la vuelta de la esquina. ¿Qué se sacará esta vez de la chistera?