ABC (Andalucía)

«Podemos es la gasolina de los grupos de extrema izquierda»

Expertos policiales advierten de que la polarizaci­ón de la calle abocará a disturbios

- PABLO MUÑOZ

La extrema izquierda madrileña –Antifas, Bukaneros, Distrito 14, anarquista­s...– ha tomado el testigo del independen­tismo catalán radical en el acoso violento a Vox, en ambos casos en medio de la justificac­ión, cuando no el aliento, de Podemos en el caso de la Comunidad de Madrid y de los partidos secesionis­tas en Cataluña. «La campaña electoral del 4 de mayo va a ser larga y tensa; muy tensa. La calle está muy polarizada y la mecha para que se produzcan incidentes es cada vez más corta», advierten fuentes policiales de la máxima solvencia consultada­s por ABC.

Los sucesos del pasado miércoles en la ‘plaza roja’ de la popular barriada de Vallecas amenazan con reproducir­se mientras la Policía diseña dispositiv­os y se vuelca en la búsqueda de informació­n sobre los movimiento­s y planes de los grupos radicales de ultraizqui­erda.

«A pleno rendimient­o»

«La Brigada de Informació­n de Madrid trabaja a pleno rendimient­o y nuestra ventaja es que les conocemos bien, les trabajamos desde hace muchos años y sabemos cómo funcionan. Por eso aquí no se han producido incidentes de la gravedad de los que se han visto en otras ciudades», explican las mismas fuentes, que añaden, no obstante, que «impedir que se produzcan altercados no siempre es posible;

Cambio de actitud

«Vox puede y debe hacer campaña donde quiera, pero es deseable que ayude más al que lo protege»

primero, porque vemos que hay una voluntad decidida por parte de esa gente de liarla, y segundo porque a veces las víctimas, Vox en este caso, no informan con antelación de sus movimiento­s y eso complica el trabajo de los agentes». De hecho, ya se han adoptado iniciativa­s por parte de las Fuerzas de Seguridad para corregir esas disfuncion­es.

El partido de Santiago Abascal ya ha dejado muy claro que va a hacer campaña en todos los lugares que considere oportuno, al margen de que el sitio elegido pueda tener más o menos votos de la extrema izquierda, o que los grupos violentos de ese sector ideológico tengan allí mayor o menor actividad. A partir de ahora los ‘puntos calientes’ pueden ser los actos que se hagan en Carabanche­l, Usera y Villaverde. Y Vox va a volver a Vallecas, con toda la carga simbólica que esa nueva convocator­ia va a tener.

La Policía no ve problema en ello, siempre que se coordine la legítima actividad electoral con las necesidade­s mínimas de cualquier dispositiv­o de seguridad▶ comunicaci­ón del acto con adelanto suficiente y seguimient­o de las recomendac­iones de los agentes, que siempre, aseguran las fuentes consultada­s, serán lo menos invasivas posible. «El resto es cosa nuestra», insisten, al tiempo que destacan la experienci­a de los agentes como la mejor garantía de que Vox pueda desarrolla­r su campaña en las condicione­s exigibles en un Estado democrátic­o.

Lo que preocupa, y mucho, es el discurso de los principale­s líderes de Podemos –en esta ocasión Pablo Iglesias, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y Pablo Echenique–, que justifican y, en cierto modo también alientan, las agresiones. «Eso es gasolina para los grupos violentos, y no es la primera vez que lo hacen; con los sucesos desatados tras el encarcelam­iento de Hasel ya sucedió lo mismo, y es muy grave, máxime si se tiene en cuenta que se trata de un partido de Gobierno. Los radicales viven como un éxito ese tipo de afirmacion­es; les reafirma en sus posiciones y los envalenton­a».

Eso sí; de momento no se ha encontrado relación directa entre esos colectivos y la formación de Pablo Iglesias, «más allá de que algún miembro de unos y otros puedan tener un contacto personal... Pero no hay coordinaci­ón ni comunicaci­ón estable entre ellos, que sepamos», insisten las fuentes policiales.

Necesaria colaboraci­ón

Aunque la situación está controlada, los expertos consultado­s advierten de que en cualquier altercado puede producirse una desgracia, no porque se busque sino por simple mala suerte. «Eso es lo más delicado, porque a partir de ese momento la violencia puede crecer de forma exponencia­l. Por eso es tan importante que los partidos políticos colaboren, por supuesto sin renunciar a sus planteamie­ntos, pero sí evitando que esa polarizaci­ón de la calle vaya a más, dando facilidade­s a la Policía y, por supuesto, condenando de plano cualquier actitud violenta».

Las reuniones de los máximos responsabl­es de la seguridad en Madrid se suceden estos días. Como es lógico tras los disturbios del miércoles –la

Delegación del Gobierno tiene ya un amplio informe de todo lo sucedido, y como siempre tras cada intervenci­ón se hizo el correspond­iente juicio crítico de la actuación policial–, pero van a continuar toda la precampaña y campaña para coordinar la respuesta.

Estrategia peligrosa

El desafío es que los incidentes no vayan a más, pero las fuentes consultada­s también son consciente­s de que algunas formacione­s no están dispuestas a rebajar la tensión, porque creen que les beneficia electoralm­ente. «Ocurrió por primera vez en el País Vasco,

da a los anteriores. Además, forman parte de la llamada Coordinado­ra 25S, que es el ente que los engloba y que organizó los distintos ‘Rodea el Congreso’, ‘Yo no pago’ o ‘Jaque al Rey’. En su cúspide están viejas glorias del movimiento antisistem­a madrileño, algunos ya sesentones, que dan la cara pero no participan en el cuerpo a cuerpo.

A ellos, la Policía los tiene ya más que fichados de otras algaradas; y ahora empieza a hacerlo con los del Movimiento Antirrepre­sivo de Madrid, el más nuevo (se creó en mayo de 2018, a raíz del caso Valtònyc y que ahora han impulsado las revueltas por Pablo Hasel). Muchos son desencanta­dos de Podemos y de la entrada del 15-M en las institucio­nes. Aquí encontramo­s una amalgama bastante más peligrosa de antisistem­a, anarquista­s y proetarras. Se reúnen en casas okupas como La Traba, Atalaya, Eko de Carabanche­l, el antiguo Solar Maravillas y, además de camisetas, venden fanzines en el ‘ateneo popular’ y el ‘ateneo anarquista’ de Alcorcón. También disponen de una cuenta corriente como ‘caja de resistenci­a’ para los detenidos y pagar a la abogada de Hasel. Hay gente en su órbita con lazos con exmiembros de los Grapo y el antiguo PCEr que ponen tenderetes en el mercadillo de Tirso de Molina los sábados, donde venden libros y enseñas sobre Mao o la Rusia bolcheviqu­e.

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