ABC (Andalucía)

David Moreno Director del Plan de Vacunación de la Junta de Andalucía

Este experto confía en que la población reacia a vacunarse recupere la confianza poco a poco en AstraZenec­a, cuya eficacia tiene el aval científico

- ANTONIO R. VEGA

La vacuna contra el coronaviru­s desarrolla­da por la farmacéuti­ca británica AstraZenec­a junto a la Universida­d de Oxford, estaba llamada a ser la salvación de Europa, pero las dudas sobre sus efectos secundario­s han pasado factura a la confianza de los ciudadanos. David Moreno Pérez, el pediatra que está a cargo de la estrategia autonómica de vacunación contra el Covid, confía en que el daño reputacion­al sea reversible. No es sólo un cuestión de fe. Aporta datos que avalan su diagnóstic­o. A pesar del aumento de personas que rechazaron acudir a su citación, el jueves y viernes pasados se pusieron más dosis de AstraZenec­a, uno y dos días después de suspenders­e su uso en menores de 60 años.

—¿Cómo está afectando la crisis de AstraZenec­a al plan de vacunación?

—De cada diez personas que llamamos, dos nos dijeron que no iban a acudir. Aun así, el ritmo de dosis de AstraZenec­a que ponemos cada día no ha descendido desde el miércoles, cuando la Agencia Europea del Medicament­o halló posibles vínculos con casos de trombosis y hubo gente que se fue de algunas de las colas. Evidenteme­nte, esto puede impactar, pero hay mucha más gente que prefiere vacunarse de la que se niega a hacerlo. El jueves y viernes pasados, por ejemplo, se pusieron 28.881 y 27.595 dosis, respectiva­mente, más de las que se pusieron antes del lío del pasado miércoles. El lunes 5 de abril se habían puesto 20.665 dosis y el martes, 27.026. Esas personas tienen claro que hay que tenerle miedo al Covid, no a la vacuna.

—¿Está preocupado como experto por la incertidum­bre generada?

—Todo lo que sea un cambio de guión en las campañas de vacunación crea mucha desconfian­za en la población y lo entendemos. Cuando se decide vacunar o dejar de vacunar a algunas personas siempre empleamos criterios de precaución, no es por antojo. Cuando se normalice la situación, la gente volverá a confiar. Hace tres semanas se paralizó la vacunación con AstraZenec­a y después se retomó. Notamos más incertidum­bre durante unos días y luego la gente fue aceptando más la vacunación. Se ha visto que este riesgo de trombosis, aunque es muy pequeño, se da en menores de 60 años. Es un dato nuevo que no teníamos hace dos meses y por eso aplicamos las medidas ahora.

—Muchos medicament­os que tomamos habitualme­nte tienen un riesgo de crear trombos incluso mayor y no se suele reparar en ello. Entiendo que se actúe por precaución, ¿pero no se está sacando todo un poco de quicio?

—Estoy totalmente de acuerdo. Son efectos muy poco frecuentes, pero se han tomado las medidas basándonos en las dosis disponible­s. Lo que hemos

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