«El sexo no es género»
Publica ‘Malicia en el país de la política’ y ‘Dioses de época’
—Volvió de Londres en el 93.
—Había sido corresponsal de ABC.
—Thatcher.
—Quería una Unión Europea fuerte basada en el mercado común y chocaba con el entonces presidente de la Comisión, Jacques Delors.
—«Jacques Delors is an stupid man», dijo Thatcher de Delors, en una cena privada en Barcelona.
—Delors era racionalista, cartesiano, cuando lo que hay que ser es razonable.
—Euroescepticismo.
—Ya entonces tenía mucho de patriotero y de ese recelo de la “little England” al extranjero.
—Muere el Duque de Edimburgo.
—Tenía la presencia de un acorazado. Ser un hombre de acción y verse límitado a una función simbólica sólo se puede tolerar siendo el marido de la estadista más experimentada el mundo. Le divertía una cierta incorreción política.
—¿Boris Johnson es un populista o el más inteligente de todos?
—No es incompatible. Pero ya como periodista en Bruselas se inventaba noticias contra la UE.
—Pero preferimos a los inteligentes.
—La UE necesita un empirismo con inteligencia estratégica y los intereses de los británicos no pasan por romper con Europa.
—Aznar, Blair.
—Compartían una posición crítica frente al constructivismo francés. Con el problema que tiene Occidente con China, debilitar a la UE no es bueno.
—¿Hay que contar con la malicia en la política?
—Cuidémonos de los los políticos arcangélicos. Lo decía Talleyrand▶ «Es una gran desgracia para una nación tener a un buen hombre allí donde hace falta un gran hombre».
—Añora Londres.
—No.
—¡Es Londres!
—La capacidad de los británicos de organizarse ha sido sensacional. Y su literatura. Pero ahora ya hay más ‘hooligans’ que ‘gentlemen’. No tengo ganas de volver.
—Viajar.
—Con la edad he perdido las ganas. Me he vuelto felizmente sedentario.
—Pero en cambio continúa escribiendo poesía, que es el abismo permanente.
—Prefiero los versos al ‘fast track’ de los aeropuertos.
—¿Con el sexo pasa lo mismo?
—A partir de un momento el impulso se traslada a la imaginación. La mirada cuenta más que la acción.
—Se refiere al porno.
—Me refiero a los maravillosos cuerpos femeninos que ves pasar si te sientas en una terraza de Madrid.
—¿Sólo mirar?
—Bueno, es una mirada atenta. Pero esta no es la solución.
—¿Cuál es?
—Adaptarse a lo que eres tú. El equilibrio del envejecer. El ritmo varía.
—Pero es que usted ahora vive en el campo.
—A los 72 años, todo lo que sea calma es agradable.
—La calma es la muerte.
—La rutina se vuelve interesante con la edad.
—¡La rutina!
—La mirada deja de ser impaciente y se vuelve reflexiva.
—¿Y no se duerme?
—Todo lo contrario. Aprovecho mucho mejor el tiempo.
—Yo es que soy de Trump.
—A mí me gustan los republicanos moderados.
—Trump fue más moderado que sus ‘haters’. Y lo hizo muy bien. La economía, Israel.
—Su populismo de ‘reality show’ nunca me gustó.
—Logró insólitos acuerdos de Israel con los sarracenos.
—Pero la supervivencia política de Netanyahu no puede ser más importante que una manera de entender Israel. La seguridad de Israel no peligra.
—Su nuevo libro de memorias, ‘Dioses de época’, va desde que volvió de Londres (1993) hasta que se fue a vivir a Madrid (2006). Son los años de Barcelona.
—El problema catalán es el del nacionalismo, no el de Cataluña ‘per se’.
—Y luego estuvo Zapatero.
—Tuvo un modo infantil de resolver lo de la guerra de Irak, y no diría que fuera partidario de la ruptura de España, pero contribuyó al fenómeno.
—Pero oiga, hablemos de lo fundamental. Usted es el primer poeta vivo de las letras catalanas.
—No será para tanto. No me considero poeta de oficio. Me considero escritor, sin más. Novela, ensayo, artículos y también poesía.
—La poesía es la élite de la literatura.
—Es la culminación del lenguaje. El gozo que da la gran poesía, la gran novela no lo da.
—Ya no digamos Netflix.
—Sólo miro cine de los años 40 y 50. Hay grandes colecciones en DVD.
—Por nostalgia.
—No, por la revelación permanente.
—¿Se nos pasó algo?
—Me doy cuenta de que la integridad artística y moral es más importante que el cine de efectismo tecnológico.
—El Gran Gatsby de Leo di Caprio.
—No, la primera es la mejor, con Alan Ladd. Es absurdo creer que con las nuevas tecnologías el cine descubre la verdad.
—¿Nada nuevo?
—Me gustó Mad Men.
—Pues yo no la entendí.
—Es un modo brillante de ver la complejidad humana.
—Bueno, espero que por lo menos no se me haya vuelto feminista.
—Es un error convertir el sexo en género. Creo en la familia clásica.
—¿Hay otra?
—España no es un patriarcado. Los papás acompañan a los niños al cole y la incorporación de la mujer al mundo laboral es total.
—Luego están los experimentos de los doctores Mengele.
—Intentar transformar la naturaleza humana siempre es un peligro y nos traerá problemas morales trágicos.