CULTURA EMPRESARIAL
La semana pasada coincidió que dos de los máximos exponentes de la casta financiera publicaron sendas cartas anuales▶ James Dimon (consejero delegado de JP Morgan) y Larry Fink (de Blackrock). Dos pesos pesados que una vez al año se dirigen en una carta abierta a sus clientes, accionistas y empleados en la que recogen sus previsiones de por dónde van a ir las cosas y cuales son los riesgos.
Y más allá de sus previsiones, creo que este año merece la pena destacar una coincidencia. Los dos enfatizan que la vuelta al trabajo presencial es algo urgente. El punto en que ambos coincidían es que no se puede trasmitir la cultura empresarial sin roce. La formación, la generación de ideas, los valores son a juicio de estos dos tótems de Wall Street intangibles que necesitan la presencia para su correcta transmisión. No todo se arregla con una videollamada. La maquina de café hace más por la cultura de una compañía que horas de «calls».
Que dos voces tan reputadas señalen la importancia del contacto humano para el mejor desarrollo empresarial debería servir de alto en el camino para los augures de la disrupción tecnológica. Sin duda estos últimos meses han servido para acelerar tendencias que llevaban tiempo buscando su sitio. No solo ha sido el teletrabajo. También las compras por internet o el ocio cibernético.
se reduzcan a la mínima expresión es errar
el tiro. La pandemia no va a suponer una ruptura completa con el pasado. Todo lo contrario, creo que por lo duro que ha sido desde el punto de vista emocional estos últimos meses, lo que va a pasar es que vamos a tratar de recuperar el tiempo perdido en lo que a ver a gente se refiere.
No solo vamos a volver a trabajar presencialmente porque los jefes piensan que es bueno, sino porque vamos a tener muchas ganas de recuperar la rutina. Desde luego que vamos a volver a viajar. Y no solo de ocio, sino también de trabajo, porque se seguirá vendiendo más cara a cara. No todo lo justifican las variables económicas.