El asesinato más cruel
nador que se ha visto en la causa mapuche y se identificó con la exclusión y marginación social que fueron el detonante del estallido social».
Aquella bandera pareció concentrar todas las demandas de la sociedad. Algo parecido, salvando las enormes distancias, al fenómeno original de los indignados, aunque los representantes de estos pueblos originarios se identifiquen más con partidos nacionalistas como el BNG de Galicia o Esquerra Republicana. En las demandas de ‘independencia’ es donde los gobiernos difícilmente pueden encontrar solución. «Por un lado quieren que el Estado les entregue tierras y al mismo tiempo separarse de ese Estado», observa Luchsinger. Además, «consideran que su nación alcanza la Patagonia argentina». Los vínculos entre mapuches de un lado y otro de la cordillera son conocidos, aunque en Argentina, hasta ahora, su actividad se reduce a contadas ocupaciones de tierras, incendios y altercados aislados.
Héctor Llaitul, antiguo líder de la CAM (Coordinadora Arauco Malleco) declaraba al periodista de Efe Manuel Fuentes, desde prisión▶ «Queremos la misma autonomía que tienen los vascos y los catalanes en España». Acusado de asociación ilícita terrorista, homicidio frustrado, robo con intimidación y atentado a la autoridad, desde la cárcel de ‘El Manzano’, 520 kilómetros al sur de Santiago, aseguraba entonces que los mapuches «siguen con la bota militar en el cuello, perseguidos y castigados por las mismas leyes que en la dictadura de Pinochet».
Ironías de la historia, los Consejos Regionales Mapuches de 1989 fueron los que distinguieron al dictador, que se mantuvo 17 años en el poder, como ‘Ulmen Füta Lonko’ o ‘gran autoridad’.
Postura radical
Aucan Huilcamán Paillama, ‘werken’ (portavoz) y uno de los fundadores del Consejo de Todas las Tierras, propuso un referéndum para que en territorios mapuches se prohibiera la entrada a los que no lo sean. Su posición es una de las más radicales. Defiende también que el ‘mapudungún’, idioma mapuche, sea obligatorio.
«Complicado» y «difícil» son los términos que se repiten con mayor frecuencia cuando se pregunta cuál es la solución a un problema histórico de creciente violencia. En este laberinto de indígenas verdaderos, falsos, descendientes de colonos y chilenos sin más, las fuerzas de seguridad también han sido víctimas y victimarios. El 7 de enero, en un registro con ochocientos agentes donde se incautó una tonelada de cannabis y armamento, fue asesinado de un tiro en la nuca el inspector de la Policía de Investigaciones Luis Morales Balcázar. Heridos y bajas se suceden, pero también episodios de intervenciones ilícitas como la Operación Huracán, que provocó la dimisión de los generales Bruno Villalobos y Gonzalo Blu, al destaparse la fabricación de pruebas falsas para incriminar a ocho ‘comuneros mapuches’, tal y como se denomina a los miembros de estas comunidades.
El robo de rollizos de madera asoma como una de sus principales fuentes de financiación. Se calcula que afecta a 92.000 personas. «El pasado año se contabilizaron más de dos mil delitos con violencia en las regiones de Biobio y la Araucanía aunque ya se extiende a una tercera, la de Los Lagos». No obstante, Juan José Ugarte, presidente de Corporación de la Madera (Corma) que reúne a más de 190 pequeños, medianos y grandes productores forestales, rechaza esa premisa. «No vinculamos la delincuencia al pueblo mapuche. Compartimos territorio con ellos, trato con más de mil comunidades, mantenemos un diálogo fluido, trabajamos juntos en proyectos de turismo y desarrollo. Tenemos una agenda de convivencia a largo plazo». No obstante, reconoce que «hay grupos descolgados» y hace balance de las pérdidas▶ «60 ó 70 millones de dólares al año». «Tenemos identificados a ocho grupos organizados. Es una red equipada con transmisiones satelitales, camiones tecnológicos y guardias bien pertrechados, entrenados y armados. Es una organización criminal compleja».
Endurecer las penas
«Queremos la misma autonomía que tienen los vascos y catalanes en España», exigía un exlíder
Las noticias de extorsiones, ataques con explosivos y cortes de carretera se suceden casi a diario
¿Cómo resolver ese problema? «Proponemos que permitan al sector privado emitir un certificado de legalidad de venta de madera. El 80 por ciento son pinos y eucaliptos que se comercian con documentos falsos y hasta se exportan sin que la inspección aprecie el fraude», explica. El jueves se abordará en la Cámara de Diputados un proyecto de ley –rechazado en otras ocasiones– para endurecer las penas y reforzar los recursos de los agentes.
Al presidente Piñera le reprochan falta de voluntad para atajar el problema con mano firme. «El Gobierno quiere terminar sin que haya un muerto y por eso prefiere estar ausente a afrontar el problema», coinciden la mayoría.
Jorge Andrés Luchsinger recuerda que sus padres nunca recibieron amenazas antes de que ese grupo de «unos once encapuchados, vestidos de negro y equipados con indumentaria de asalto, prendiera fuego a su casa con ellos dentro». Durante los juicios (hubo tres) jamás escuchó una palabra de arrepentimiento o de perdón, «tampoco proclamaron su inocencia. Eligieron no decir una palabra. El silencio».