Hijo del difunto Hussein de Jordania y exheredero al trono, de 41 años, niega haber participado en un complot para desestabilizar el país con apoyo extranjero. Y asegura ser fiel al Rey
El favorito entre los once hijos del difunto rey Hussein de Jordania solo reina en el corazón de sus seguidores, que en los últimos días han llenado las redes sociales con el hashtag «príncipe de corazones». Esta ha sido la respuesta popular a la crisis abierta en la Casa Real después de que las Fuerzas de Seguridad acusaran al príncipe Hamza bin Hussein de participar en un complot para desestabilizar el país con apoyo extranjero. Tras denunciar en dos vídeos que estaba sometido a arresto domiciliario y negar su participación en complot alguno, el ex heredero al trono, de 41 años, firmó un comunicado en el que declaró que «me pongo en manos del Rey, permaneceré siempre fiel a la Constitución del querido reino y apoyaré al rey y al príncipe heredero a la corona».
Posteriormente realizó una aparición conjunta con su hermanastro, el rey Abdalá, y otros miembros de la Familia Real para ofrecer imagen de unidad y dar por zanjada la crisis. El propio monarca calificó la situación como «el momento más doloroso para mí porque la discordia estaba dentro de nuestra casa». Oficialmente, vuelve la calma a palacio, pero lo sucedido ha roto el habitual hermetismo que blinda a la Casa Real. Hamza es hijo de Noor, la cuarta y última esposa de Hussein, de origen estadounidense. Abdalá es hijo de Muna Al Hussein, segunda esposa, de origen británico. Los comentaristas del mundo árabe, no pasaron
Hazma es muy popular y tiene conexión directa con los líderes tribales. Su
mensaje contra la corrupción ha calado en un país tocado por la
pandemia
por alto este duelo entre dos hermanos con raíces en Estados Unidos y Reino Unido. Hamza, a quien su padre llamaba «la delicia de mis ojos», fue heredero a la corona por expreso deseo de su padre desde 1999 hasta 2004, cuando Abdalá II decidió reemplazarle por su hijo como sucesor. Desde entonces no ha ocupado ningún cargo oficial y ha permanecido siempre en un discreto segundo plano del que salió la semana pasada cuando fue señalado como parte de un complot que terminó con su arresto domiciliario y la detención de otras 19 personas, entre ellas un antiguo asesor del Rey.
Padre de cinco hijas y de un hijo, fruto de sus dos matrimonios, el exheredero estudió en el Reino Unido y recibió formación en la Royal Military Academy Sandhurst, donde fue uno de los alumnos destacados. Como militar, sirvió en las filas del Ejército de su país en una unidad conjunta con Emiratos Árabes Unidos en una misión de paz en la ex Yugoslavia y después partió a la Universidad de Harvard para finalizar sus estudios. De vuelta en Jordania, Hamza logró una conexión directa con los líderes tribales del país, que siempre le vieron como la viva imagen del rey Hussein, cuya sombra sigue siendo muy alargada. «El exheredero es muy popular. Tiene un gran parecido a su padre y una muy buena conexión con las tribus del país», apuntó la periodista jordana Rana Sweis a la cadena BBC. «Puede que en sus planes estuviera la opción de dar un golpe, pero con este movimiento el gobierno ha logrado anular la amenaza y poner fin a sus aspiraciones», opina el periodista jordano Isam Uraiqat. Este primer pulso entre hermanastros es para Abdala, pero la imagen de Hamza se ha fortalecido y su mensaje contra la corrupción y el desgobierno ha calado en un momento especialmente duro en el país debido a la crisis generada por la pandemia. «La delicia» de los ojos de Hussein, ahora es también el «príncipe de corazones» en la redes sociales en Jordania.