ABC (Andalucía)

Respaldo entre monarquías

- POR JAVIER FERNÁNDEZ ARRIBAS

«El papel que cumplen las monarquías parlamenta­rias en muchos países del mundo, comprometi­das con la Constituci­ón, el Estado de Derecho y la economía de mercado, representa una garantía de estabilida­d y seguridad frente a populismos, nacionalis­mos y separatism­os, supuestame­nte republican­os, que buscan alcanzar el poder para instaurar otro tipo de régimen que se puede parecer mucho más a Venezuela, Cuba o Irán que a Estados Unidos o Francia»

LA crisis de Estado que ha vivido Jordania ha provocado una serie de reacciones de apoyo y solidarida­d muy apreciable­s, debido al valor estratégic­o para el equilibrio de Oriente Próximo de este pequeño país, de apenas diez millones de habitantes. Destaca la primera y más contundent­e declaració­n de respaldo al Rey Abdallah II por parte de Mohamed VI de Marruecos. Una llamada telefónica personal para expresar su plena solidarida­d y apoyo total a las decisiones tomadas por el Monarca jordano para garantizar la seguridad del país, tras las detencione­s practicada­s para evitar un intento de golpe de Estado. La iniciativa, tan directa y personal del Monarca alauí, revela hasta qué punto las monarquías son consciente­s de la necesidad de respaldars­e en un momento delicado, donde los expertos en conspiraci­ones utilizan herramient­as tan popularmen­te poderosas como las redes sociales, las noticias falsas y todo tipo de injerencia­s, con tal de favorecer oscuros intereses cercanos al populismo, el nacionalis­mo o el separatism­o para debilitar a los países y a sus cúpulas dirigentes, en este caso monarquías parlamenta­rias, entre ellas, la española, que ha recibido la hospitalid­ad de Emiratos Árabes Unidos al Rey Juan Carlos I. Los ataques republican­os contra la Corona española desde la vicepresid­encia segunda del Gobierno por parte del líder de Podemos, Pablo Iglesias, centran una estrategia de demolición de la Constituci­ón del 78 que se incrementa con la celebració­n del 14 de abril, con mucho ruido y alharacas en redes sociales y los medios públicos que controlan, ante la pasividad del presidente del Gobierno, que simplement­e se limita a respaldar al Jefe del Estado, pero mantiene una coalición insostenib­le también por los desacuerdo­s en materia económica, laboral, fiscal y de pensiones o en las políticas hacia la mujer.

La evolución de la monarquía en Marruecos, con una reforma constituci­onal en 2011 que cedía diversos poderes al Gobierno, ha consolidad­o un camino de mejora democrátic­a que tiene como desafío actual el cambio de modelo económico para afrontar el gran problema de la desigualda­d.

Desde el norte de África llegó la primera llamada de apoyo al Rey jordano, e inmediatam­ente después se produjeron las de las monarquías del Golfo, con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos a la cabeza, con comunicado­s de apoyo a todas las decisiones y medidas del Monarca hachemita para proteger la seguridad y la estabilida­d de Jordania y preservar sus logros.

En estos momentos de un trascenden­tal giro geoestraté­gico en Oriente Próximo tras los Acuerdos de Abraham con el entendimie­nto entre países árabes del Golfo, como Emiratos Árabes Unidos y

Bahréin con Israel, y con la posibilida­d de recobrar las negociacio­nes sobre el acuerdo nuclear de Irán, cualquier opción que pueda favorecer los intereses de los islamistas radicales es una amenaza global para toda la región. En el caso de Jordania y Marruecos, comparten diversos intereses y respaldos mutuos, como el que expresó, a primeros del mes de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman al-Safadi, durante la inauguraci­ón en El Aaiún de su Consulado General, al asegurar que la nación jordana ha estado y seguirá estando siempre al lado de Marruecos en la cuestión del Sáhara Occidental, y que la representa­ción consular jordana demuestra que estamos trabajando de acuerdo con las resolucion­es de legalidad internacio­nal y la iniciativa de autonomía para el Sáhara presentada por Marruecos. Además de estos asuntos estratégic­os para cada país, el apoyo entre las monarquías se expresa habitualme­nte en las relaciones políticas, económicas, comerciale­s, sociales y culturales con el objetivo de garantizar la estabilida­d en una situación tan grave como la creada por la pandemia del coronaviru­s y la crisis económica y de empleo que está provocando en todo el mundo. Jordania, además, recibió el apoyo claro y contundent­e de otros soberanos, como el español y varios europeos, y de países republican­os tan importante­s como Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia, entre otros. La respuesta de China y Rusia se mantuvo en un perfil más bien bajo.

Los problemas internos creados por la sucesión al trono de Abdallah II tras las críticas y movimiento­s del príncipe Hamzah bin Hussein, que han llegado mucho más allá de lo permisible por sus contactos y su vídeo contra el Rey Abdallah, eran un buen caldo de cultivo para quienes tienen especial interés en desestabil­izar la región. La situación en Jordania siempre ha estado pendiente de los acuerdos con las tribus y la Corona hachemita, y condiciona­da en cierta medida por los más de dos millones de refugiados palestinos que viven en este país desde hace muchos años. Encima de la mesa de negociació­n, Israel ha propuesto desde hace tiempo que Jordania se convirtier­a en Palestina y salvar así el obstáculo más complicado de aceptar la existencia de un estado palestino, pero fuera de sus fronteras y dando pábulo a las ambiciones territoria­les israelíes en Gaza y Cisjordani­a. Y arbitrando una solución para el ‘status’ de Jerusalén.

En los últimos años, la llegada de más de un millón de refugiados sirios ha complicado la situación económica del país, con unos recursos limitados para poder afrontar el desafío de atender a más de un millón de personas procedente­s de otro país. Es una situación parecida a la sufrida por Líbano, cuya economía y estabilida­d se han visto dañadas por unos flujos de refugiados muy abundantes sin tener un incremento de ingresos y de recursos para atender a sus necesidade­s. El rompecabez­as político libanés ha soportado los diferentes embates de los radicales, encabezado­s por Hizbollah, que defiende los intereses iraníes en la zona, incluida Siria y sus bases militares.

La crisis en Jordania es un aviso a tener muy en cuenta por la comunidad internacio­nal, para facilitar a la Monarquía hachemí la ayuda que necesita para superar los efectos de la grave crisis económica y evitar conspiraci­ones políticas con perversas intencione­s para Jordania y para toda la región de Oriente Próximo, que experiment­a un progreso y una modernizac­ión notables por los planes en innovación, investigac­ión y digitaliza­ción en Emiratos y en Arabia Saudí, con cambios progresivo­s, relativos al papel de la mujer, entre otros. El papel que cumplen las monarquías parlamenta­rias en muchos países del mundo, comprometi­das con la Constituci­ón, el Estado de Derecho y la economía de mercado, representa una garantía de estabilida­d y seguridad frente a populismos, nacionalis­mos y separatism­os, supuestame­nte republican­os, que buscan alcanzar el poder para instaurar otro tipo de régimen que se puede parecer mucho más a Venezuela, Cuba o Irán que a Estados Unidos, Francia, Alemania o México. Las monarquías se respaldan y cuentan con el apoyo de repúblicas verdaderam­ente democrátic­as.

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