Los reportajes sobre el brote de Covid en el coliseo madrileño han contribuido a mejorar la transparencia sobre el retraso del estreno de ‘Peter Grimes’ y la confianza en su control
l dilema está en el origen del arte escénico, desde sus musas, sus máscaras sonrientes o compungidas, –comedia o tragedia–, ser o no ser... Por eso, lo sucedido en los últimos días en el Teatro Real de Madrid ha sido tan relevante para nuestra cultura. El coliseo madrileño anunció un retraso en el estreno de la ópera ‘Peter Grimes’, de Benjamin Britten, previsto para el pasado 8 de abril y pospuesto hasta el próximo 19, pero no desveló la causa.
Pronto llegaron a ABC datos de que un brote de Covid podría estar detrás de la decisión. Los contagios se han dado en otras instituciones, en casi todas las empresas. Es normal en estos tiempos. Pero el teatro negó en todo momento ese extremo ante las preguntas de este diario, hace hoy una semana. Con ciertas dificultades, nuestro redactor Jaime G. Mora pudo ir contrastando la existencia de algunos casos durante el mes de marzo, en una escalada que llegó a la veintena.
Desde el día 6 se habían ido registrando casos, comunicados a la Consejería de Sanidad, y se habían intensificado las pruebas. Pero no se había informado al público. Cuando tuvimos la certidumbre, a través de testimonios
Ey documentos, de que todo era verdad, aunque nunca confirmada por los responsables del Real, que negaban la existencia de brote y sólo reconocían algún caso aislado, decidimos publicarla. Al día siguiente, la autoridad sanitaria confirmó que se trataba de un brote, que estaba siendo monitorizado y se encontraba en vías de controlarse.
Mascarillas Ensayar sin mascarillas no se justifica. El brote ha intensificado las pruebas de control del virus
Siegfried
Fue espectacular cómo amoldaron la orquesta en esta ópera de Wagner para mantener la distancia segura
Cultura segura
El Real es la primera institución escénica de nuestro país. Tras la desescalada, y durante el último año, ha realizado un enorme esfuerzo por mantener las producciones previstas, amoldándolas en todo lo posible a la situación sanitaria. Será difícil de olvidar, por ejemplo, lo que lograron con la orquesta en ‘Siegfried’, colocando numerosos instrumentos de la sección de viento y las arpas fuera del foso, encaramando la orquesta por los palcos cercanos para que los músicos pudieran guardar distancias y por tanto ofreciendo una versión segura y realmente espectacular.
Los gestores del Teatro Real han expresado a lo largo del último año una voluntad de constituirse en ejemplo para todos y así se les ha reconocido con numerosos reportajes internacionales y también por los dedicados en este periódico, que ha cubierto con amplitud todas sus producciones en estos tiempos difíciles. Han mantenido la temporada en condiciones complicadas y asumiendo un gasto añadi
sentar una ópera con una orquesta tan grande, un coro tan voluminoso y con una puesta en escena que impedía «mantener los grupos burbuja requeridos en los protocolos».
El Teatro de la Maestranza de Sevilla asegura que sus puestas en escena tienen en cuenta el distanciamiento social y que todos los implicados en la producción, cantantes incluidos, deben actuar con mascarilla durante los ensayos. Los solistas son los únicos que pueden quitársela en las funciones. Los miembros del coro cantan con unas mascarillas especiales. En diciembre, las restricciones de la Junta llevaron al Maestranza a cancelar la ópera ‘Je suis narcissiste’. En marzo volvieron a suspender la programación prevista hasta después de Semana Santa.
En el Palau de les Arts, los positivos en el equipo de la producción de ‘Falstaff’ les llevó a reprogramar las funciones previstas en la última semana de enero. Además del distanciamiento social y el uso de mascarillas, su protocolo establece un cribado por PCR semanal para los solistas, director de orquesta, equipo creativo y figuración. El Palau sustituyó en el inicio de temporada el ‘Réquiem’ de Mozart por «su complejidad escénica», aplazó a julio el ‘Réquiem’ de Verdi debido al «importante número de cantantes y de músicos en el escenario» y emplazó a futuras temporadas ‘Tristan und Isolde’, de Wagner, «ante sus necesidades musicales y la envergadura de la obra».