El SAS se interesó por probar en sus hospitales el antiviral ruso
El proyecto, tanteado en octubre de 2020 con el intermediario en España, no prosperó
Las conversaciones entre el intermediario Pedro Mouriño y las administraciones públicas españolas para introducir en nuestro país los fármacos rusos contra la Covid-19 no se limitan a la vacuna Sputnik V. La Junta de Andalucía llegó a plantear en octubre al intermediario de IberAtlantic la posibilidad de que su servicio de salud realizara ensayos clínicos con el antiviral ruso, el Avifavir, dado que no podía utilizarse normalmente al no haber sido registrado todavía por la Agencia Española del Medicamento. La operación, sin embargo, no llegó a materializarse, después de que Cataluña se adelantara e iniciara ensayos con el Avigan, un fármaco japonés que emplea el mismo principio activo que el Avifavir, el favipiravir.
La conversación entre IberAtlantic y responsables de la Consejería de Salud y Familias de la Junta fue la respuesta a una carta que Mouriño envió en septiembre a los distintos responsables de salud pública de los servicios sanitarios autonómicos. En ella, el empresario vigués exponía que su compañía acababa de ser designada como «socio regional» del conglomerado ruso encargado de la comercialización de los distintos fármacos para la Covid desarrollados en el país eslavo. Entre ellos, destacaba el antiviral Avifavir, «una variante con base al favipiravir, originariamente sintetizado en 2014 por la compañía japonesa Toyama Chemical Corporation (del grupo Fujifilm) para el tratamiento del influenzavirus A, B y C». El medicamento estaba autorizado por las autoridades sanitarias de Japón (2016) y Rusia (mayo 2020), y preliminarmente en China (febrero 2020) e India (junio 2020) para el tratamiento de la Covid-19, según la carta a la que ha tenido acceso ABC.
Sin registro en España
«Somos plenamente conscientes de la necesidad previa de registro de Avifavir en España ante la Agencia Española del Medicamento», admite el empresario, si bien condicionaba el inicio del proceso de autorización a que hubiese interés real en los servicios sanitarios autonómicos. Mouriño remitió su propuesta, igualmente, a los principales grupos hospitalarios privados de nuestro país. Solo respondió mostrando su interés la Junta de Andalucía.
La reunión, telemática, se produjo el 19 de octubre. En ella participaron, además de Pedro Mouriño, el secretario general de Investigación, Desarrollo en Innovación en Salud, Isaac Túnez, el subdirector de Farmacia y Prestaciones
del SAS, Carlos García Collado, y la consejera técnica de la secretaría general, Flora Martínez Pecino. El encuentro tuvo lugar a las pocas semanas de que se anunciara la supuesta efectividad del Remdesivir, del laboratorio Gilead, como tratamiento para combatir el Covid-19. Su precio▶ 347 euros por vial, y una media de entre 6 y 8 viales por paciente, lo que elevaba el coste del tratamiento total a unos 3.000 euros. Frente a este escenario, IberAtlantic informó de que el coste integral de un tratamiento con Avifavir rondaría los 500 euros.
En Europa el Avifavir no está autorizado por ningún sistema de salud. Tampoco su variante japonesa, el Avigan. Sin embargo, este fármaco sí está siendo objeto de un programa experimental en Italia desde marzo de 2020. Las regiones de Lombardía, Veneto y Piemonte son las que están aplicando el antiviral, que hasta el inicio de las pruebas no contaba con estudios clínicos que acreditara su eficacia. La negociación entre IberAtlantic y la Junta se enfría después de que el laboratorio Ferrer anunciara en esas mismas fechas que había iniciado ensayos clínicos en cien pacientes con el Avigan en varios hospitales catalanes y uno madrileño. Fuentes del proceso explicaron a ABC que para el intermediario era más sencillo esperar a los resultados del ensayo de Ferrer, que de desembocar en la autorización del Avigan traería en paralelo la regularización del Avifavir, al basarse ambos fármacos en el mismo principio activo.
Para la Junta fue «una reunión de tantas» sobre posibilidad de ensayos clínicos que no prosperó.
Avigan versus Avifavir Ferrer inició un ensayo en Cataluña y Madrid con el principio activo, lo que restó interés al proyecto andaluz