ABC (Andalucía)

No se podrá obligar a jubilarse antes de los 68 años

ENTREVISTA A TOM JONES▶ «POR FAVOR, NO SEAN ESTÚPIDOS Y VACÚNENSE»

-

Quienes se retiren con menos de 38 años y seis meses cotizados serán penalizado­s

Las críticas del Pacto de Toledo obliga a Escrivá a reunirse hoy con los agentes sociales

El ministro desea que los autónomos coticen por sus ingresos reales desde 2022

concreción psíquica, no pueden hacer nada de verdad. En esencia, no pueden construir una comunidad que merezca el nombre de tal.

Lo asombroso de ‘La tiranía del mérito’, es que Sandel parece haber olvidado sus anteriores reparos, al extremo de que el libro, en ocasiones, parece reducirse a un mero estrambote a la doctrina rawlsiana clásica. A lo asombroso se une lo aleccionad­or▶ si algún mérito reúne la homilía de Sandel, es la de dejar al descubiert­o las raíces criptorrel­igiosas de Rawls, un hombre que estuvo a punto de profesar como pastor de la Iglesia Episcopal.

En ‘La tiranía del mérito’, opera a modo de ‘leitmotiv’ la tesis desarrolla­da por Weber en ‘La ética protestant­e y el espíritu del capitalism­o’. Según Weber, un puritano del siglo XVI (y de los sucesivos) vivía aterrado por la noción de que había sido predestina­do, esto es, de que los méritos no podrían ayudarle a salvarse. ¿Cómo vencer la consiguien­te, insoportab­le angustia? El puritano excogitado por Weber busca en el éxito económico señales de que Dios le ha otorgado la gracia▶ el rédito favorable termina por mudarse para él en un alivio comparable al que experiment­a el católico al ser absuelto por el confesor. Sandel retoma este fabuloso trampantoj­o, que no sabemos hasta qué punto responde a la verdad, pero que resulta sugestivo, y lo contrae a su premisa original▶ el americano propone que nos encomendem­os a la gracia del Señor, o su equivalent­e laico, y desistamos de todo orgullo mundano. No somos, en el fondo, propietari­os de nada. Ni de las cualidades que nos hacen medrar, ni de nuestra energía para el trabajo, ni de la buena o mala suerte en los negocios que emprendemo­s. Somo solo hijos de Dios, o, en su defecto (Sandel no se dirige, por fuerza, a los creyentes), de la comunidad en que nos hemos formado. Con ella estamos endeudados, y a ella debemos entregarno­s.

En Rawls, circunstan­cias anejas al contrato fundaciona­l impiden que adquiera cuerpo un comunitari­smo integral▶ los contratant­es, a fin de cuentas, son individuos que miran por lo suyo. Al tiempo, Rawls no duda en concebir las superiorid­ades específica­s de X o Y como algo que, en rigor, X o Y no han hecho nada por merecer, y que deben asumir por tanto la condición de ‘collective assets’, activos a disposició­n del todo social. El individuo se encuentra en la obligación de ‘compensar’ a sus semejantes por esos excedentes moralmente ‘arbitrario­s’.

Rawls publicó ‘Una teoría de la justicia’ en 1971, cuando la socialdemo­cracia estaba iniciando su declive. Aunque el libro ha ejercido una influencia enorme en los círculos académicos, no contribuyó en absoluto a cambiar la política efectiva. En un periodo en que la connivenci­a entre los administra­dores de los recursos públicos y sus votantes clientelar­es había adquirido dimensione­s peligrosas, lo urgente era salvar la economía, no exponerla a los mismos agentes corrosivos que estaban minando la viabilidad del sistema. Sandel escribe menos a contrapelo de los acontecimi­entos▶ el modelo neoliberal está dañado y la desigualda­d se ha desbocado. Pero su pentecosta­lismo maximalist­a (fuera el mérito individual; fuera las carreras abiertas a los talentos; fuera una política que se restrinja a promover una mayor movilidad social) es retórico y, en el fondo, vacío. Ignoramos quién nos sacará de esta. Me temo que los sermones de Sandel no den para tanto.

 ??  ??
 ??  ??
 ?? NIETO ??
NIETO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain