LA FRASE DEL DÍA
CANDIDATA MÁS MADRID
Mensaje a los candidatos de los partidos de la izquierda▶ «Ánimo chicos, un poquito de ilusión, que la anestesista soy yo»
«Aprendimos rápidamente los viejos vicios de la política rancia que habíamos venido a extirpar. Manipulaban los votos, tomaban medidas arbitrarias y hacían unas campañas tremendas para conseguir que subieran sus candidatos», denuncia la exmilitante, que también fue víctima de estas pugnas de poder. Aunque consiguió ser primera en número de votos, no la dejaron ser la presidenta de la Comisión de Garantías y la relegaron a secretaria jurídica. «Me decían sudaquita, si eres buena niña...». También le afeaban que no vistiera como una «perroflauta».
Las listas de candidatos se creaban en la tienda de antigüedades de Pascual Ribot, rebautizada por la militancia con el certero y llamativo nombre de El Laboratorio. «No importaba la preparación o el carisma de los seleccionados, lo único que importaba era la sumisión que se esperaba de ellos a sus directrices», critica la autora en referencia a la llamada disciplina de partido.
Las listas en sí sólo eran una propuesta, ya que tenía que ser la militancia la que finalmente votara el orden, que podía alterarse posteriormente. Entonces la comisión de garantías funcionaba «a modo de persecución», lamenta. «Se decía, por ejemplo▶ ‘no votéis a fulano’, que figuraba en el tercer puesto de la lista, ‘y votad a mengano’, que era octavo. Así, ese mengano subía en su posición y consecuente representación en el cargo».
Una vez montaron una carpa instalada en la plaza España de Palma. «Ahí vino el primer fraude de los candidatos, que usaron los datos personales de las personas que pasaban por allí; les asignaron el número de teléfono de tarjetas SIM desechables y compraron los votos», denuncia. De este modo, sorteaban el sistema de Podemos, que pedía un código y que enviaba al teléfono por SMS para poder validarlo. «La gente que dio sus datos en la plaza España nunca supo que estaba votando o apuntada al partido» .
En apenas unos años, María Victoria Nauda pasó de admirar a Pablo Iglesias a verlo como «un ser egocéntrico y personalista, que se cree el centro del mundo». «Él lo permitió todo y no me llamó», le reprocha. «Él se cargó a su gente de confianza y se autoerigió como líder, pero no lo veo de presidente de la Comunidad de Madrid y él sabe que tampoco lo será», vaticina sobre su candidatura. Tampoco ve sacrificio en su renuncia como vicepresidente segundo▶ «Se queda desde fuera controlando dentro, colocando a una mujer –Yolanda Díaz– por ser su amiga. «No tengo nada en contra de Díaz, pero refleja cómo se eligen los cargos en el partido», añade.