LA VELOCIDAD DE RECUPERACIÓN
Esta circunstancia nos pilla en agregado con los bolsillos llenos y, visto lo visto, no parece que se nos vaya a encoger el brazo
Venimos insistiendo en esta página que si bien siempre las previsiones económicas son una raya en el agua, hoy, dada la naturaleza de esta crisis, más que nunca. Además, el riesgo de que te den un revolcón por motivos que poco tienen que ver con la calidad del análisis también hoy son mayores por cómo de revuelta está la arena política.
Hecha esta advertencia, aquí va lo que me parece más razonable que pase con la economía española en los próximos meses sin, desde luego, ningún ánimo de polemizar.
Lo que pueda pasar con la economía española, llevándolo al extremo y con la premisa de que nada se rompa, se reduce a lo que los consumidores vayan a hacer los próximos meses con el ahorro extraordinario que por distintas razones se ha acumulado. Una vez que se reabra la economía –y para eso queda bien poco–, cuál sea el ánimo del personal es lo que va a marcar la diferencia entre crecer lo que ahora dice el consenso –en torno a un 6%–, que más cerca de las previsiones originales del Gobierno. Hay pocas situaciones asimilables en el pasado reciente en las que fijarse para poder tratar de anticipar lo que tenemos por delante.
Y, probablemente, por lo mal que lo hemos pasado en los últimos meses por las particularidades de la situación que hemos vivido, unido al hecho de que una vez se reabra la economía la recuperación va a ser muy brusca, lo que va a ayudar a pasar página, lo que se va a imponer es la necesidad de recuperar el tiempo perdido. Hacer los viajes que no se han hecho, celebrar lo que no se ha celebrado, llevar a cabo esas grandes compras que se han venido retrasando. En pocas palabras, vivir. El sufrimiento en esta crisis ha sido totalmente distinto a crisis anteriores. Queremos olvidar y recuperar nuestra vida. Esta circunstancia nos pilla en agregado con los bolsillos llenos y, visto lo visto, no parece que se nos vaya a encoger el brazo en cuanto tengamos oportunidad.
Con independencia de que eso suponga crecer algo más o menos, la velocidad de recuperación del consumo en esta crisis va a ser incomparablemente más rápida que en situaciones anteriores. Y es probablemente en este aspecto donde están errando la mayor parte de los análisis. No van a ser los plazos habituales porque poco tiene que ver con nada que hayamos vivido antes. Lo mejor de todo es que tampoco vamos a tardar mucho en comprobarlo.