ABC (Andalucía)

Un salto en su viaje a París

Nadal, que vuelve a ser número dos del mundo, aterriza ahora en Madrid

- E. YUNTA

Esa es la grandeza del zurdo, una mente privilegia­da, no se ha visto otra igual. Tenía el set perdido del todo y del 2-4 pasó al 6-4 escapando del abismo en el noveno juego al salvar tres pelotas de break. Cierra el puño, mira a su siempre nutrido palco y ruge ante su gente, otra vez entusiasma­da por la enésima entrega de épica del campeón. Eso es Rafael Nadal.

El segundo episodio es calcado en su inicio y Tsitsipas vuelve a escaparse al romper el saque de Nadal, pero el heleno no sabe qué tiene que hacer para mandarle a la lona porque, por mucho que le ataque, siempre hay una respuesta y se esfuma su ventaja. Con todo, no se resigna y discute todas las bolas, tanto que salva dos puntos de partido con 5-4 (genial en ambos al subir a la red) y se hace con el precioso tie break de la segunda manga, en donde recibe un regalo en forma de doble falta en un momento crucial.

El epílogo está cargado de drama y cada punto vale oro. Achucha Nadal de entrada, se acerca Tsitsipas en el cuarto juego, vuelve a apretar el español en el quinto... Todo son puños y lamentos, suspiros y gritos. La lógica dice que el joven debe vencer en los partidos de largo aliento, son 22 años contra casi 35, pero también pesa mucho la experienci­a. En cualquier caso, con Nadal no hay lógica que valga.

En el undécimo juego llega el break definitivo, una derecha larga de Tsitsipas que catapulta al mallorquín, que sentencia después y termina rebozándos­e por la tierra. El título, el 87 de su carrera y el primero desde ese Roland Garros otoñal del pasado curso, le eleva al segundo puesto de la clasificac­ión de la ATP y le reconcilia después de titubear en Montecarlo, una liberación en el tramo más importante de la temporada para él. Aterriza en el Mutua Madrid Open con confianza y ya está avisado de que los Tsitsipas y compañía están cada vez más cerca, aunque tampoco necesitaba muchos mensajes porque es el primero en estar al tanto de todo. De momento, le sigue dando para ganar porque la tierra sigue siendo suya.

Siempre que gana algo Nadal llega la catarata de datos, que nunca deja de asombrar. De Barcelona cabe apuntar lo siguiente▶ el balear lleva ya 87 títulos en su carrera y tiene a Ivan Lendl relativame­nte cerca (94), tercero en una lista que dominan Jimmy Connors (109) y Roger Federer (103). De esos 87 trofeos, 61 han llegado en tierra batida, nadie ha logrado tanto. Además, el de Barcelona es su decimocuar­to ATP 500. Lleva 18 temporadas (desde 2004) con al menos un título. Y, no menos importante, salta a la segunda plaza del ranking ATP y desbanca al ruso Daniil Medvedev, aunque Novak Djokovic sigue lejísimos (más de 2.000 puntos de diferencia).

Nadal, quien dice no darle importanci­a a las estadístic­as pese a conocerse al dedillo todos sus logros y los de los demás, era pura felicidad después de la paliza. A pie de pista, ante las cámaras de televisión, se confesó con entusiasmo. «Es el mismo placer estar aquí una vez más con casi 35 años. Diez años antes esto era impensable. Este título significa muchísimo más para mí al jugarlo con público después del año que llevamos». El mallorquín ha llevado regular la pandemia y le costó muchísimo retomar la actividad en 2020 después del confinamie­nto, tanto que su equipo le dejó que manejara sus tiempos sin forzarle en la puesta a punto.

De esta semana, Nadal extrae varias conclusion­es y una certeza▶ Stefanos Tsitsipas está en condicione­s de discutir con cualquiera e incluso de plantarle cara en tierra, pues pocos le han exigido tanto en el Godó. «Stefanos es un rival increíble, el número 1 del año y sabía de la dificultad que tenía esta final. El partido ha tenido de todo y es una victoria muy importante para mí. Tuve dos buenas opciones de ganar en el segundo set, pero lo hecho, hecho está, hay que aceptar los errores y mirar para adelante, es mi forma de pensar, sólo se puede arreglar lo que viene por delante», resumió Nadal, piropeado por el griego. «Bravo, Rafa, estoy realmente celoso de ti. Te lo has ganado, te lo mereces, eres uno de los grandes competidor­es del tenis y del deporte. Sabes que no soy el primero en decírtelo. Te felicito a ti y a tu equipo». Tsitsipas, además, dio con la tecla a la hora de justificar el desenlace▶ «Nadal siempre te obliga a jugar una bola más, siempre te devuelve una bola más. No estoy en el momento de haber podido analizar mucho, pero Rafa odia perder más que ningún otro tenista».

La Caja Mágica espera

Nadal

«Es el mismo placer estar aquí una vez más con casi 35 años. Diez años antes esto era impensable»

Tsitsipas

«Nadal siempre te obliga a jugar una bola más. Rafa

odia perder más que ningún

otro tenista»

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de Barcelona
AFP Nadal celebra el triunfo en la tierra de Barcelona
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