Asesinados en Burkina Faso los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile
∑Junto a ellos viajaba un cooperante irlandés. Sufrieron una emboscada mientras realizaban un reportaje sobre la caza furtiva en los parques naturales del este del país
La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, informó ayer de la muerte de dos periodistas españoles en Burkina Faso. Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, González Laya se mostró muy prudente a la hora de revelar detalles sobre la muerte del reportero navarro David Beriain, de 44 años, y del cámara Roberto Fraile, de 47, natural de Baracaldo. La ministra no reveló las identidades de los reporteros y se refirió a ellos con sus iniciales.
«Ayer lunes, 26 de septiembre, alrededor de las tres horas y media de la tarde se perdió el contacto con un grupo de personas –alrededor de 40– que se encontraban en un parque natural en la frontera entre Burkina Faso y Benin. Dentro de este grupo había dos españoles –dos periodistas– y un ciudadano irlandés», comunicó González Laya, al tiempo que añadió que el sitio donde se encontraban «es una zona peligrosa por ser campo de operación habitual de grupos terroristas, de furtivos, de bandidos y de grupos yihadistas». Beriain y Fraile se encontraban allí trabajando con una ONG en un documental para Movistar sobre los operativos que organiza Burkina Faso para proteger los parques naturales de la caza furtiva y también para mostrar la realidad sobre las comunidades nativas asentadas en esos entornos naturales.
«La información sobre lo que ocurrió en esos momentos es confusa», aseguró González Laya. Desde que se perdió el contacto con el grupo donde se encontraban Beriain y Fraile, el Ministerio de Asuntos Exteriores estuvo en contacto permanente a través de nuestra Embajada en Mali –que es responsable para Burkina Faso–, con las autoridades del país. «Es una noticia triste y desde luego quiero transmitir el máximo respeto hacia las familias de los fallecidos y hacia vuestra profesión. Una profesión que, como nos recuerda la situación de estos dos periodistas españoles, es una profesión de gran riesgo en tantos lugares de este mundo», concluyó la ministra.
Desde primera hora de la mañana del día de ayer, las noticias que llegaban de Burkina Faso eran confusas. Al principio, las autoridades locales informaron de que en el ataque habían resultado heridas tres personas y que otras cuatro (dos españoles, un irlandés y un burkinés) habían desaparecido.
La agencia de noticias Afp fue la primera en confirmar la triste nueva de que Beriain y Fraile habían sido asesinados por unos terroristas. Por el momento se desconoce si pertenecían a algún grupo armado, aunque varios medios aseguran que el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) habría reivindicado el ataque.
Sin noticias oficiales
Según adelantó ‘La Vanguardia’ y pudo confirmar ABC, Beriain y Fraile iban acompañados por Rory Young, un ciudadano irlandés nacido en Zambia, que dirigía Chengeta Wildlife Foundation y se encarga de misiones de protección de espacios naturales y comunidades locales. El paradero de Young se desconoce y algunos medios apuntan que también fue asesinado, pero ningún gobierno lo ha comunicado de manera oficial. Según Afp, el soldado burkinés que les acompañaba sigue en paradero desconocido.
Asalto a plena luz del día
Al parecer, cuando comenzó el ataque los dos periodistas habían descendido de una de las pick-up en las que se desplazaban junto al resto del grupo para hacer unas fotografías aéreas con un dron. El asalto se produjo a plena luz del día por numerosos individuos armados que se desplazaban en dos camionetas y en una decena de motocicletas. Fuentes de seguridad citadas por el portal burkinés de noticias ‘Infowakat’ indicaban también que el ataque, perpetrado cerca de la localidad de Pama, capital de la provincia, se saldó además con el robo de armamento y equipamiento por parte de los asaltantes. Entre el material había dos ametralladoras montadas sobre el vehículo, un dron, doce motocicletas y receptores de frecuencia.
«Estamos profundamente desconsolados, nuestro corazón está con sus familias. La muerte de David y Roberto es una pérdida irreparable para el periodismo más inquieto y dinámico, el que va al lugar de los hechos, se mancha los zapatos de barro, cuenta la realidad desde cerca y en toda su complejidad. Los documentales que durante años han realizado inspiran a muchos colegas y jóvenes periodistas, y es un trabajo que va a perdurar. Estos asesinatos se suman a la desaparición de una brillante generación de reporteros españoles que ha dado
El asalto Fue perpetrado por individuos armados que se desplazaban en camionetas y motocicletas
mundo a través de ellos. Lo único cierto es que en esta búsqueda de las verdades más cruentas de nuestra humanidad, es posible encontrar la propia muerte, tal y como le ocurrió a David Beriain (Artajona, Navarra, 1977) en Burkina Faso. No deja de ser una ironía, ya que precisamente una de las características más reseñables de David, colega y amigo, era no sólo estar lleno de vida, sino, sobre todo, sediento de ella. Quizá de ahí esa necesidad de convertir la existencia de otros seres humanos en la esencia de sus potentes relatos, construidos a partir de lo que él mismo llamaba «periodismo inmersivo», que practicaba con personajes tan temibles como los narcotraficantes del cartel de Sinaloa, en
México; con guerrilleros colombianos de las FARC; con los talibanes en Afganistán o con los miembros de la camorra italiana, a los que convertía a través de sus entrevistas, imposibles de conseguir para otros profesionales, en auténticos seres de carne y hueso con los que, y aquí viene lo más duro, cualquiera de nosotros podría sentirse identificado.
Su trabajo, que empezó en la prensa escrita, se transformó en imágenes y movimiento a través de impactantes series documentales ganadoras, como él, de numerosos premios, fruto del trabajo junto a su equipo en la productora que fundó, 93 metros, y en la que compartía su pasión con su esposa, la productora venezolana Rosaura Romero.