ABC (Andalucía)

Huida de la India▶ «Me he sentido como en un campo de tiro esquivando balas»

∑Españoles narran su situación en el país mientras el Gobierno de Sánchez impone cuarentena a los viajeros y recomienda el regreso a nuestro país

- JOSEFINA G. STEGMANN

«No tourists», repite al otro lado del teléfono Mukut Sharma, un joven de 21 años de la famosa ciudad india de Jaipur. Mientras cursa su cuarto año de carrera, ayuda (o más bien ayudaba) a sus padres en los negocios que estos montaron exclusivam­ente para el turismo▶ una tienda de joyas y clases de cocina india. Pero Mukut dice a ABC que la última vez que vio a un turista fue en marzo del año pasado. De hecho, recuerda la fecha exacta en la que vio españoles▶ «Fue el 16 de marzo de 2020», detalla como si estuviera marcado en su calendario.

La tristeza de Mukut la corrobora la informació­n aportada por la Embajada de la India en España▶ «No se expiden visados de turista desde el inicio de la pandemia, solo se dan los destinados a los negocios». Los españoles que están actualment­e en la India (al margen de residentes, cooperante­s y algún excepciona­l turista...) lo hacen por trabajo.

Es el caso de Rafael Sáez Montoro, un empresario que viajó al país asiático hace menos de una semana, cuando el Covid golpeaba más fuerte. «Mi idea era ir de Nueva Delhi la ciudad de Púshkar donde compro mercancías (ropa, bisutería...) para mi tienda en España pero la extensión del toque de queda me dejó en la capital», relata este murciano al otro lado del teléfono. El Covid le ha obligado a cambiar los planes, pero no demasiado▶ no va a volver a España sino que viajará a Sikkim, a los pies del Himalaya. «No tengo miedo», sentencia

Regresar «cuanto antes»

Eso sí, se ha vacunado con Covaxin, la versión india de AstraZenec­a y mantiene todas las medidas de seguridad▶ «Higiene, mascarilla y gel hidroalcoh­ólico», relata.

Sáez no seguirá la recomendac­ión que el martes dio la Embajada en la India que aconseja a los españoles que se encuentren temporalme­nte en el país que «regresen lo antes posible», según consta en su cuenta de Twitter.

Para hacer frente al infierno indio (y sus nuevas variantes, cuya presencia ya se investiga en España), el Gobierno publicó ayer la orden ministeria­l sobre las condicione­s de cuarentena a las que deben someterse las personas procedente­s de la India a su llegada a nuestro país. «Los viajeros deben guardar cuarentena durante los diez días siguientes a su llegada, o durante toda su estancia en España si ésta fuera inferior a ese plazo, pudiendo esta suspenders­e al séptimo día si a la persona se le realiza una prueba diagnóstic­a de infección activa con resultado negativo», señala la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Concha llegó a Madrid desde Nueva Delhi el pasado sábado, cuando la cuarentena aún no era obligatori­a, por lo que ha decidido hacer autoconfin­amiento. Viaja habitualme­nte. También para comprar mercancía, para su tienda de Aracena (Huelva). Considera que la población «no se tomó en serio» la llegada del virus. «Recuerdo los primeros días de mi llegada, a principios de este mes, que la gente usaba mascarilla­s de tela y se las bajaban a la altura de la barbilla dejando descubiert­a la boca. Incluso las mujeres usaban el sari para cubrirse la boca. Se sentían seguros, pensaban que no les iba a tocar y creo que en ello ha influido la falta de informació­n sobre el virus», relata esta española.

Al volver a Nueva Delhi al acercarse su fecha de regreso a Madrid, tras pasar su estadía en la ciudad de Púshkar, vio «montones de tiendas de campaña en medio de la calle que hacían las veces de hospitales», relata. «Me he sentido como en un campo de tiro esquivando balas. He pasado como invisible a ellas, pero me podría haber ocurrido de todo», relata con pesadumbre recordando a otros amigos españoles que pillaron el virus y tuvieron que ser ingresados. Mientras unos vuelven y otros se quedan, el virus sigue acechando el país. Ayer se superó la barrera de las 200.000 muertes tras registrar una cifra récord que supera los 3.000 fallecidos en las últimas 24 horas, mientras que el número de contagios se situó por primera vez por encima de los 360.000 diarios, informa Efe. Los datos hacen de la India el epicentro mundial del Covid al comunicars­e un total de 3.293 muertes en un solo día, mientras el número de contagios subió hasta las 360.960 nuevos positivos, según informó el Ministerio de Salud indio.

360.000 positivos Ayer se superaron los 3.000 fallecidos en las últimas 24 horas y más de 360.000 nuevos

contagios

Resistente a las vacunas

La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) ya se ha manifestad­o, como era de esperar, respecto a la terrible situación que atraviesa el país. Pero, además, ayer publicó su informe epidemiólo­gico en el que el organismo de Naciones Unidas advierte de que estudios de laboratori­o muestran indicios de que la variante india es más contagiosa y resistente a algunas vacunas y tratamient­os. Análisis realizados en EE.UU. han mostrado una reducción de los efectos neutraliza­dores de las vacunas contra esta variante e incluso estudios preliminar­es con la vacuna Novavax-Covaxin demuestran que esta no puede contrarres­tarla.

La variante india, detectada en en el país por primera vez a finales de 2020 esta siendo investigad­a por medio de más de 1.200 secuenciac­iones de su genoma en unos 17 países entre, los que se encuentran Reino Unido, EE.UU. y Singapur. Los datos analizados, de forma preliminar muestran que la variante india posee una capacidad de crecimient­o más alta que otras variantes que circulan en India. Sin embargo, la variante suscita algunos interrogan­tes ya que la expansión de casos en India podría atribuirse a la relajación de las medidas de protección y a la fuerte densidad de población, informa

en el río Ganges podría eliminar los residuos de la epidemia.

En su euforia irracional no concibió dar instruccio­nes para seguir estrictame­nte las reglas en tiempos de la pandemia. El resultado fue catastrófi­co porque miles de personas se infectaron y contagiaro­n a otros miles al volver a sus casas en varias partes de la India. El Gobierno indio no podía prever esta situación porque los altos cargos, el ministro de Interior, el ministro de Salud o el propio primer ministro Modi estaban ocupados en dar discursos en los mítines de las elecciones, volando a diferentes partes de la India en viajes privados pagados por sus partidos en plena campaña electoral. Todos los planes para afrontar la epidemia como hospitales nuevos o construir nuevas fábricas para hacer oxígeno, fortalecer el sistema sanitario ya existente aprendiend­o de las lecciones de la primera ola, se habían desmantela­do.

No existe nadie en la India ahora que no esté afectado por la segunda ola de la epidemia, directa o indirectam­ente▶ cada uno de nosotros conocemos algún infectado que no encuentran ayuda, pacientes críticos que están en las UCI desbordada­s, o los que ya han perdido la lucha. Está pasando en cada familia, cada casa y cada clase.

La reacción del Gobierno ha sido muy tardía, la inercia y el falso sentido de seguridad contra la pandemia que se creyeron han sido difíciles de quitar. Con colas de siete horas para llevar a cabo los funerales en los crematorio­s para los difuntos, el mensaje en un programa de radio de Modi era que la India había sido pionera en vacunación, que se habían donado millones de dosis a a los países y vecinos y que pedía a sus amigos, los niños, que no dejaran a sus mayores salir de casa. Ni una palabra de las medidas que se estaban tomando. Tampoco el ministro de Interior ha dicho nada en público sobre esta situación. Él es el encargado jefe de elecciones de su partido político, una estrella porque por sus esfuerzos esta formación gobierna la India y ha barrido en muchas elecciones provincial­es en los últimos años.

Sin cifras reales de muertes

Nadie puede fiarse de las cifras de muertes e infeccione­s diarias que proporcion­an las institucio­nes gubernamen­tales. Hay muchos casos de infectados y muertes que no se añaden al sistema, por error consciente e inconscien­te, por desgracia o por apatía sistémica. Hasta 13 veces más de lo que ahora mismo reflejan las cifras, según varias proyeccion­es realizadas por matemático­s y científico­s indios.

El Gobierno, en todo caso, tiene recursos suficiente­s tal y como muestran sus gastos para comprar armas de todos los países ricos del mundo, construir estatuas gigantes de sus líderes, planes para reconstrui­r el Parlamento nacional y el área alrededor en Nueva Delhi con un presupuest­o que quizá podría erradicar el problema de hambre en la India o educación para todos.

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Un hombre pasa junto a los cuerpos de las víctimas del Covid en un campo de cremación en Nueva Delhi
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AFP

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