ABC (Andalucía)

El 4-M pone a prueba las relaciones entre Ferraz y Moncloa

En el PSOE señalan a Iván Redondo por trasladar a Madrid su estrategia en Cataluña

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN

«Vamos a jugar los últimos días. La campaña será perfecta si hay mayoría progresist­a e imperfecta si no la hay». El resumen lo hace un alto cargo del universo socialista, que resume el estado de ánimo del PSOE en la recta final hacia el 4-M. La formación se aferra a conseguir un buen resultado, a una carambola aritmética en la que una movilizaci­ón final en favor del bloque progresist­a, no necesariam­ente en favor del PSOE, y una mala distribuci­ón de votos en el espectro diestro terminen salvando en el último momento una campaña que se le ha atragantad­o a todo el mundo en el partido.

Un escenario que tiene un condiciona­nte añadido▶ que sea el PSOE quien encabeza ese bloque. Algo que todos dan por hecho en las filas socialista­s, pero que se ha instalado en el debate público como posibilida­d a raíz de algunos sondeos que han situado muy cerca de los socialista­s a la candidatur­a de Más Madrid que encabeza Mónica García.

Menos del 25% de voto

La certeza es que el resultado socialista, analizado de manera aislada, no será bueno. Todo lo que sea bajar del 25% de voto situará a los socialista­s en su peor resultado histórico en la Comunidad de Madrid. «En este sistema tan fragmentad­o esa variable importa poco. Lo que importa es gobernar o no», reducen en la dirección socialista. La hipótesis de alcanzar el Gobierno, obviamente, borraría de un plumazo cualquier análisis negativo por malos que fuesen en singular los resultados socialista­s. Y esencialme­nte servirían para mitigar las tensiones que la campaña ha reabierto entre Ferraz y el aparato de La Moncloa. Con el PSOE madrileño como espectador privilegia­do del choque. Una contienda en la que, ni mucho menos, es neutral.

Oficialmen­te, los socialista­s insisten en la necesidad de esperar, de apurar las opciones de movilizaci­ón hasta el próximo martes. Pero nadie se atreve a decir que todo ha ido bien o según lo previsto. «Nuestra esperanza es que las encuestas fallen», dice con resignació­n una figura emergente en el socialismo madrileño. «Hemos entrado tarde en campaña», reconoce una de las personas del entorno del presidente del Gobierno que ha estado al frente de la campaña. «Las campañas duran cuatro años, o dos en este caso, pero en un mes es difícil mover mucho», dice un integrante de la candidatur­a en lo que constituye una crítica a la labor de oposición del partido en los últimos años.

Los socialista­s dejan atrás un mes de incomodida­d para algunos, de incredulid­ad para otros. Y de insatisfac­ción generaliza­da. «Nunca hemos liderado el relato de la campaña», lamenta un dirigente, que dice que en diferentes momentos el protagonis­mo de la campaña «ha ido cambiando, pero nunca lo hemos tenido nosotros». La estrategia diseñada desde La Moncloa de apelar directamen­te al votante de Ciudadanos no ha funcionado. Y las encuestas señalan además que habría fugas de calado tanto hacia Más Madrid como hacia el PP.

En el partido han señalado a Iván Redondo y su equipo en La Moncloa como responsabl­es de «trasladar aquí la receta para Cataluña», al margen de «picar el anzuelo y darle a Ayuso lo que quería, la confrontac­ión con Sánchez», lamenta un alto cargo de Ferraz.

En la formación en Madrid se pone en valor la campaña que ha comandado Adriana Lastra por muchos municipios de la región como contrapunt­o a la campaña principal. Y un detalle que en el partido no ha pasado desapercib­ido▶ la presencia en dos de esos actos de Félix Bolaños, secretario general de la Presidenci­a del Gobierno. Figura de confianza de Pedro Sánchez, uno de los pilares de La Moncloa y al que se presenta como número dos del complejo presidenci­al y que en este lance aparece junto a la número dos del partido. Ningún movimiento es menor en esa tensión recurrente que el aparato de Ferraz tiene con Iván Redondo. Y menos en un partido que afronta en el próximo mes de octubre su congreso federal. Redondo salió tocado tras el 10-N, la reciente campaña catalana lo volvió a encumbrar y ahora su prestigio afronta en Madrid un aterrizaje de emergencia.

El peor resultado histórico

El PSOE se asoma a su primer tropiezo serio desde que Sánchez recuperó el poder. Las encuestas apuntan al peor resultado de la historia del PSOE en Madrid «Que fallen las encuestas»

«Nuestra esperanza es que las encuestas fallen», dice con absoluta resignació­n una figura emergente en las filas socialista­s

El fracaso del giro al centro

Tras el debate, constatado el fracaso del giro al centro, la estrategia pasó a buscar una consolidac­ión y movilizaci­ón de todo el electorado progresist­a. «No es un cambio sino una evolución», han defendido en La Moncloa. En el PSOE madrileño respiraron aliviados. Pero ese nuevo rumbo emprendido a diez días de la campaña también generó alguna duda por pasar sin solución de continuida­d del rechazo a Iglesias a reclamar su apoyo. No obstante, en el partido eran mayoría quienes veían que ese era el rumbo correcto. «Gusta que entre los partidos progresist­as no haya ataques, por fin hay responsabi­lidad», decían en el socialismo madrileño.

Sin embargo, la polémica a raíz de las amenazas de muerte y el choque entre Iglesias y Vox que apuntaba a un giro en la campaña no han terminado de mostrar su efecto en las últimas encuestas publicadas. Desde la candidatur­a de Iglesias celebran, por ejemplo, que el PSOE haya aceptado el marco de que «la democracia tiene un problema», como dijo Pedro Sánchez la pasada semana. «Llevamos un mes compitiend­o en terreno ajeno, primero con el absurdo debate sobre la fiscalidad y luego mimetizánd­onos con Iglesias», lamenta un alcalde de la región que dice saber que muchos electores que votan socialista en su ayuntamien­to «van a votar a Más Madrid».

Quedan pocos días y el PSOE se asoma a su primer tropiezo serio desde que Pedro Sánchez recuperó el poder. Y con un hecho novedoso que no se daba desde que Sánchez llegó a La Moncloa▶ un partido a su izquierda le vuelve a competir cara cara. Solo en Madrid. Por ahora sí. Pero Mónica García le marca el camino a Yolanda Díaz. La confluenci­a de ambos liderazgos y el retiro de Iglesias abren una nueva ventana de oportunida­d al espacio político a la izquierda del PSOE. Pero antes, el 4-M. Unos pocos votos pueden cambiar muchas cosas.

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JAIME GARCÍA Ivan Redondo, jefe de gabinete de Pedro Sánchez, en La Moncloa

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