El Gobierno de PSOE y Podemos se adueña del Primero de Mayo en vísperas del 4-M
Seis ministros convierten el Día del Trabajador en un acto electoral en Madrid
El Gobierno del PSOE y de Unidas Podemos utilizó ayer la manifestación del Primero de Mayo en la capital como un acto electoral ‘a la desesperada’ ante las encuestas que dan el triunfo al PP en las elecciones a la Comunidad de Madrid del próximo martes.
Hasta seis ministros protagonizaron el acto convocado por CC.OO. y UGT, destacando la presencia de la vicepresidenta tercera del Ejecutivo y titular de Trabajo, Yolanda Díaz. Es la primera vez que el responsable de esta cartera acude a una manifestación del Día Internacional del Trabajador. Incluso, se dejó ver en las inmediaciones acompañada de su hija.
También asistieron la vicepresidenta primera y ministra de Presidencia, Carmen Calvo; el de Transportes, José Luis Ábalos; el de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; la de Asuntos Sociales, Ione Belarra; y la de Igualdad, Irene Montero.
No obstante, quien más expectación levantó fue la pareja de esta última, el exvicepresidente y candidato a la Comunidad de Madrid Pablo Iglesias, quien se vio sorprendido por las noticias que relacionan a dos miembros de su seguridad con los graves incidentes sucedidos en un acto de Vox en Vallecas hace unas semanas.
Además de la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, acudieron al acto, entre otros, la candidata de Más Madrid, Mónica García; y el del PSOE, Ángel Gabilondo. Casualidad o no, el candidato socialista realizó el trayecto junto a Iglesias, seguramente para dejar claro que pactarán si fuese necesario.
Más de un millar de asistentes
Mientras tanto, los secretarios generales de CC.OO. y de UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, iban unos metros por delante –prácticamente pasando desapercibidos– encabezando la manifestación en la que participaron unos cientos de personas más de las mil que había autorizado la Delegación del Gobierno de Madrid.
Todos con mascarillas, pero en distintos momentos no se guardó la distancia de seguridad. El lema de este año, en el que se cumplía el 135 aniversario de esta fiesta, era▶ «Ahora toca cumplir. Un país en deuda con su gente trabajadora».
Las banderas de CC.OO. y de UGT destacaban en los primeros grupos tras la cabeza de la manifestación. Detrás, las del PCTE, las Juventudes Comunistas, el Frente Obrero y la Federación de Republicanos. Entremedias, grupos de afectados por los recortes de plantilla en el BBVA, en Caixabank y en H&M. A pesar de las mascarillas, se escucharon los cánticos y consignas habituales, así como algunas pancartas en defensa de los servicios públicos y de la industria. «Antes esenciales, ahora invisibles», se podía leer en una de ellas.
En los discursos en la Puerta del Sol, Pepe Álvarez dijo que siente «vergüenza de vivir en un país donde hay colas del hambre, donde hay gente que no tiene vivienda y donde unos pocos tienen mucho y muchos no tenemos nada. Las personas que están en las colas del hambre no son mantenidos, no son subvencionados, son hombres y mujeres que lo han perdido todo y que necesitan la ayuda colectiva».
Afirmó que «ahora toca poner en marcha las políticas y negociaciones paralizadas por la pandemia, como la derogación de las reformas laborales, que siguen provocando la destrucción masiva de empleo, tal y como se está viendo en Alcoa, en Nissan o la canallada que quiere hacer el sector financiero. Son consecuencia de unas leyes laborales que hay que cambiar».
También apuntó que «está bien rebajar el número de contratos en nuestro país, pero no es suficiente mientas a un empresario le salga más barato contratar irregularmente que cumplir las normas».
Por su parte, Unai Sordo manifestó que «el Gobierno tiene que cumplir sus compromisos con la subida del SMI, legislación laboral y protección social», al tiempo que pidió, en clave electoral, que «ningún voto trabajador vaya para la extrema derecha, para quien nos odia, para quien no quiere a la clase trabajadora o para los que frivolizan confundiendo libertad con tomar una caña».