«Volver a competir requiere trabajo y muchas lágrimas»
Cuando Teresa Portela participó en sus primeros Juegos, las Torres Gemelas figuraban aún en el ‘skyline’ de Nueva York. Lo curioso, sin embargo, es que acudir a la cita de Sídney, evento soñado para todo deportista, no estaba en sus planes▶ «Mi objetivo era el campeonato de Europa júnior», cuenta hoy. Desde entonces no se ha perdido unos Juegos, y los de Tokio la convertirán en la primera española que acude a seis ediciones. «En estos años he evolucionado como piragüista, como deportista y como todo. He sumado experiencias, pero no cambia la ilusión con la que afronto unos Juegos. Ir a Tokio es increíble».
Sobre su edad, es tajante y los resultados la avalan▶ «Con 26 años ya la señalaban, pero no le prestó atención. Si en el día a día estoy bien en los entrenamientos, con buenos tiempos y motivada, qué importa el DNI. Me encantaría luchar otra vez por una final olímpica». Reconoce, además, que el confinamiento fue duro▶ «Estaba en mi mejor momento y me tuve que encerrar. La noticia era que los Juegos se celebraban y, mientras, en otros sí podían entrenar. Había una desigualdad».
A mitad de camino, nació su hija Naira. «Ser deportista de élite no es como cualquier trabajo, son 24 horas; y ser madre, también. Se resiente el sueño y el descanso y es difícil conciliar. Mi hija me reclamaba, y yo encantada, pero continuar con mi carrera fue complicado. Por suerte, cada vez más deportistas entienden que ser madre no significa retirarse. Se pueden hacer las dos cosas. Ser madre fue mi mejor decisión». No es, en ningún caso, tarea fácil. «Embarazo, parto, posparto, vuelta a los entrenamientos, recuperar la forma, competir… A nivel emocional tienes las hormonas disparadas. Es importante enseñar que se puede, que es duro. Requiere trabajo y muchas lágrimas, pero la recompensa vale la pena».
Nació en
Los de
fueron sus primeros Juegos. Con 39 años, Tokio será su sexta participación, más que ninguna española antes. Su hija Naira, que nació en 2014, es su fan número 1.