«Me costó recomponerme después de ganar el US Open»
El austriaco, siempre favorito en tierra, se prueba en Madrid con el objetivo de llegar en plenitud a París
Llega al Mutua Madrid Open tras unos problemas en la rodilla, intentando reconstruirse física y mentalmente, y aprendiendo el proceso de que el tenis nunca acaba; cada semana hay un torneo por el que luchar y hay poca memoria. Ni siquiera cuando se gana uno de los grandes, como el US Open, hay parón para saborearlo. Y la presión, que parecía aliviada después de tantos años buscando ese éxito, sigue ahí porque ahora todos se preguntan cuándo será el siguiente. Todo eso ha procesado un Dominic Thiem (27 años), ya uno de los grandes, que vuelve a tener en su punto de mira Roland Garros, con Madrid como preparación.
—¿Cómo llega físicamente a Madrid? —He tenido algunos problemas en las últimas semanas, pero he vuelto a un buen estado de forma y preparado para volver al circuito.
—Ha dicho que en tenis no hay tiempo para procesar las victorias. ¿Cómo le afectó ganar el US Open?
—Lo di todo para conseguir ese objetivo. Superé mis límites físicos y mentales, así que creo que es bastante normal sentirse un poco vacío después. Es lo que me pasó. Pero el tenis es una semana tras otra. Si no estás preparado al cien por cien mentalmente o físicamente enseguida vas a tener malos resultados. En tenis juegas durante todo el año y no tienes tiempo de procesarlo ni de pensar mucho en ello.
—¿Piensa ahora que estaba preparado para ese momento?
—No sabía cómo iba a ser, no sabía cómo sería conseguir un objetivo tan grande. Por eso creo que me tomó un tiempo digerirlo y recomponerme.
—¿Le da más valor ahora a quienes han ganado veinte Grand Slams?
—Antes de ganar uno ya sabía que lograr veinte es un éxito tremendo de Rafa, Roger y Novak, con 20, 20 y 18. Porque ya ganar solo uno es dificilísimo y no muchos jugadores lo consiguen. Por eso ellos son tres de los mejores deportistas de todos los tiempos.
—¿Ganar US Open le pone más presión para ganar Roland Garros?
—No. De alguna manera, ahora estoy más relajado. Por supuesto quiero jugar bien en Roland Garros, y he tenido grandes resultados en los últimos cinco años. Las condiciones son muy buenas para mí y tengo ya mucha experiencia, así que quiero darme la mejor oportunidad de competir bien.
—Usted, Tsitsipas, Shapovalov han vuelto a poner el revés a una mano de moda. ¿Es Nadal el rival más peligroso para ese golpe?
—Nadal es un reto siempre, sobre todo en tierra, pero no solo para los que jugamos con revés a una mano, para todo el mundo, le des con una o con dos. Pero creo que es bueno que los nuevos jugadores top lleguen con este golpe a una mano. Es importante que esté en el tenis de élite.
—¿Cuándo pondría el momento en el que se convenció de que podía dar ese salto para ganar a los mejores?
—No hay un partido específico. Es más una evolución. Empiezas con tu primera victoria contra un top ten, la primera victoria contra uno de los tres grandes (Nadal, Federer, Djokovic). Es un crecimiento lento. Ahora estoy en una buena forma, y soy consciente de que puedo ir a la pista contra quien sea con el convencimiento de que puedo ganar el partido.
—Hay tenistas a los que les ha costado mucho volver a este tenis después del confinamiento. ¿Entiende la decisión de Benoit Paire, de jugar solo una ronda, llevarse el dinero y volver a casa?
—No, no lo entiendo. Si realmente no quieres jugar, quédate en casa; si no estás motivado nadie te fuerza a jugar. Es mejor lo que yo hice, tomarme un tiempo, bajarme de unos cuantos torneos y en un momento la motivación vuelve. Si te mantienes en pista deberías ser capaz de competir al menos, aunque no sea al cien por cien, pero si no quieres jugar es mejor irte de vacaciones o no ir a los torneos.
—¿El factor público es tan importante para ustedes como dicen?
—Creo que todo el mundo juega mejor con público. Hay un mejor ambiente, todos recibimos más energía de la gente, tanto su te animan a ti como al rival. Puede afectarte, y puede hacerte sentir triste y en soledad si juegas semana tras semana en pistas vacías.
—¿Cómo se imagina en 10 años?
—(Risas). No lo sé, sinceramente. Queda mucho para eso. Cuando tenga 37 o 38 probablemente ya estaré retirado. Va a ser una nueva vida, pero no sé cómo será.
—¿Le gustaría seguir hasta los 40?
—¡No! (Risas).
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Vacío «Jugar cada semana sin público puede afectarte y puede
hacerte sentir triste y en soledad»