Ha tenido Ponce que explicar la cara de Franco en su chaquetilla

ROSA BELMONTE

DE Enrique Ponce me perturba el pelo. Qué bien está con la montera puesta. Podría decir que también me perturba ese exhibicionismo de amor maduro por una pollita de Sweet Valley (vale, de Almería). Pero, qué quieren, es lo mejor que ha pasado en Instagram en mucho tiempo. Ahora Ponce, amárrame los pavos, ha tenido que dar explicaciones por las monedas de Franco que llevaba en la chaquetilla del festival taurino del otro día en Las Ventas. Los botones eran una imitación de las monedas de 5, 25 y 50 pesetas con la cara, naturalmente, de Franco y la inscripción «Francisco Franco, caudillo de España por la gracia de Dios», cosa que lógicamente no se distinguía desde el tendido. Ni desde la barrera. A no ser que tuvieras la vista de un superhéroe o la de Ray Milland en ‘El hombre con rayos X en los ojos’. Se distingue en fotografías. Al diestro le gusta utilizar monedas antiguas y las tiene de Isabel II, Alfonso XIII, Juan Carlos I (espérate que alguien no afee estas también) y de Felipe VI. Dice Ponce que tiene la chaqueta desde hace 15 años. Otros tiempos. Franco estaba en el Valle de los Caídos, no en las cabezas de tanto zopenco. Supongo que se les aparece todas las noches, si no, no sé a qué viene esa obsesión.

O sea, que en España se puede uno manifestar con los caretos de Stalin y Lenin en unas pancartas, pero no llevar monedas de Franco en una chaquetilla. Espero que en las casas se puedan tener. Es que te tienes que reír. Por no sacar un hacha con la cara del legendario verdugo Jack Ketch.

Casi a la vez anda Macron elogiando, en lo que toca, a Napoleón. Con su desafío al mundo woke de algodón de azúcar (aunque en Francia este cogérsela con papel de ‘Guerra y paz’ viene de lejos). Es el bicentenario de su muerte y Macron, el primer presidente que conmemora (pero no celebra) un aniversario napoleónico desde Pompidou en el 69. Ante académicos y escolares manifestó su «voluntad de no ceder ante los que quieren borrar el pasado porque no se corresponde con la idea que se hace del presente». La memoria histérica es otra pandemia.