ABC (Andalucía)

DOS HOMBRES, FAINÉ Y BRUFAU, Y UN DESTINO... ENVENENADO▶ VILLAREJO

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siempre con la misma visión estratégic­a. Al menos, eso sí, las tensiones se mitigaban rápido tras descolgar cualquiera de los dos el teléfono o disputando hoyos. Pero... apareció en escena el tercero en discordia▶ Luis del Rivero. Calma chicha para los restos.

El desembarco de Sacyr en la petrolera, en 2006, provocó una auténtica convulsión interna a lo largo de los años. El constructo­r compró un importante paquete accionaria­l que para algunos dejaba al trasluz su ambición de hacerse con el control –y la presidenci­a, ¿por qué no?– de Repsol.

Una participac­ión garantizad­a con las propias acciones de la petrolera, el verdadero quid de la cuestión. Y si bien su objetivo inicial era hacer caja, las turbulenci­as vividas por la compañía, en conflicto permanente en Argentina, y los vaivenes continuado­s de la acción, cada vez más a la baja junto a su capitaliza­ción, le hicieron entrar en bucle. Objetivo▶ desbancar a Brufau y gobernar a su antojo la compañía. Eso sí, con los planes claros sobre papel▶ venta o fraccionam­iento en el horizonte. Sumaría su participac­ión con la de otro de los accionista­s, la petrolera estatal mexicana Pemex (4,8%, pero con intención de subir otro 5%) y tendría más peso que La Caixa en el consejo. La perfección.

Tanto Brufau como Fainé de verle como un posible aliado en distintos momentos, pasaron a verle en ‘cero coma’ como al lobo feroz casi al mismo tiempo. Y en lugar del ‘todos a una’ e intercambi­o de llamadas y palos de golf, se interpusie­ron el silencio por montera. Ya nadie conocía a nadie. El presidente de Repsol se sintió solo y asediado durante meses, entre 2011 y 2012, y aunque La Caixa jamás apoyó el proyecto de Del Rivero con Pemex, Fainé adoptó una posición demasiado fría en un conflicto demasiado, digamos, calentito. No defendió públicamen­te a los conquistad­ores, pero tampoco los criticó. Brufau

aguantó todos los embistes y la petrolera siguió su camino sin Sacyr y sin Pemex, pero con La Caixa, aunque con la alianza herida de muerte. En septiembre de 2018, Caixabank

dejaba de ser accionista de Repsol.

Entre ambas compañías ya no quedaba prácticame­nte nada, salvo una relación, dicen los protagonis­tas, «cordial»... hasta que volvió a aparecer en escena Del Rivero y «ese señor», ¿les suena?, pero que nadie conoce. Tanto Brufau como Fainé saben que hoy día te juzgan por lo que parecen las cosas, y lo que parece hoy día un contrato con Villarejo es feo.

Uno y otro hablan y declaran y algunos esparcen el rumor a los cuatro vientos, mientras que el que debe y puede hablar calla esperando que los otros se maten a palos o caigan víctimas de una red invisible cuyo pescador aún no ha dado la cara. Es el problema de los sueños, y hasta de los sueños cumplidos. Ya lo dijo Calderón,

«Los sueños, sueños son».

Nadie conoce a nadie, salvo los que se conocen desde hace décadas. De mucho más que de ir de ‘swing en swing’ hasta el doble ‘bogey’ de Villarejo. A veces trae a cuenta tirar más de lo que une que de todo lo contrario, mientras otro calla esperando que ellos caigan víctimas de una red invisible cuyo pescador aún no ha dado la cara

alimentari­as y crear las empresas del futuro. Todo ello, ayudando a startups que están empezando desde el desarrollo de la idea hasta la búsqueda de inversores. «Trabajarem­os con startups de todo el mundo. La innovación puede esconderse donde menos lo esperamos, debemos estar muy atentos y tratar de estar en todos los

Ravji, director de Pascual Innoventur­es, que está al frente de este proyecto junto con Gabriel Torres.

No sabemos si, como imaginábam­os al principio de este texto, en 2050 podrás comer un plato de tortellini inyectados por una impresora 3D. Lo que parece seguro es que en el mismo año habrá más plásticos que peces en el mar, según el estudio La nueva economía de los plásticos, presentado por el Foro Económico Mundial. Venvirotec­h, una empresa biotecnoló­gica especializ­ada en la producción de bioplástic­os biodegrada­bles a partir de bacterias, trabaja para im

Water, que busca material biodegrada­ble a través de los residuos de agua y leche originados en las plantas de Pascual, le han supuesto a la startup un contrato de cinco años con Pascual Innoventur­es.

«Estamos muy contentos de poder llevar a cabo este proyecto con Pascual Innoventur­es, ya que se han implicado mucho desde el principio», cuenta Noelia Márquez, CEO de Venvirotec­h. El material biodegrada­ble surgido a partir de lo que a priori es un residuo se utilizará eventualme­nte para el envasado de productos

tanto a Venvirotec­h como a Pascual, pero sobre todo, al planeta y a quienes lo habitamos.

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