Una herramienta de control biológico
Modificación de genes
Mediante ingeniería genética, se le inserta el gen denominado tTAV, que provoca la sobreproducción de una proteína que no le permite sobrevivir sin el antibiótico tetraciclina.
Objetivo
Los machos modificados se aparean con la población femenina salvaje, responsable de las picaduras y, en consecuencia, de la transmisión de enfermedades. Estos machos portan un gen que pasa a su descendencia y mata a las hembras en las primeras etapas larvarias.
Generaciones futuras
Los descendientes machos, en cambio, sobreviven para convertirse a su vez en nuevos portadores del gen y pasarlo a las generaciones futuras. De esta manera, la población de Aedes aegypti debería disminuir.
Más de cien patógenos
Los insectos modificados son una herramienta de control biológico para reducir la población natural de sus pares silvestres y así combatir la transmisión de virus, como dengue o zika, entre los cerca de cien patógenos en los que este mosquito actúa como vector. investigadores expresaron su preocupación de que los insectos transgénicos crearan híbridos silvestres que pudieran empeorar la propagación de enfermedades o ser más resistentes a los insecticidas que los originales. Sin embargo, para Oxitec estas afirmaciones fueron «altamente inflamatorias, engañosas y sin fundamento», recordando que una posterior revisión por pares del texto concluyó que carecía «de base científica». De hecho, seis de los diez autores le retiraron su apoyo.
Amenaza tecnológica
Aunque Oxitec dice haberse esforzado por comunicar sus propósitos y tranquilizar a la población, la iniciativa no ha sido bien recibida por una parte de la población, temerosa y desconfiada ante la nueva tecnología y disgustada por haber sido elegida como campo de pruebas. Algunos incluso han amenazado con buscar las cajas con huevos y fumigarlas. Precisamente para evitar el vandalismo, los recipientes fueron colocados en propiedades privadas cuyas ubicaciones no han sido reveladas. La compañía presentará los resultados a la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU. (EPA), que dio luz verde a la prueba. Si todo va bien, podría permitirle ampliar el experimento en EE.UU.