ABC (Andalucía)

Rufián eleva el tono contra el PSOE ante la expectativ­a electoral

Sánchez reclama a ERC que apoye la investidur­a de Illa para evitar elecciones

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN

Se esperaba con expectació­n el primer cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Casado después de las elecciones en la Comunidad de Madrid. No fue su enfrentami­ento más tenso, pero sí sirvió para ejemplific­ar el estado de ánimo de ambos y sus estrategia­s. El PP busca impulsarse gracias a los resultados del 4 de mayo consolidan­do la idea de que el fin de Sánchez está cerca. El presidente, por contra, trasladó en todo momento su intención de agotar la legislatur­a▶ «Quedan 32 meses», repitió en varias ocasiones.

Pero fue el duelo parlamenta­rio con Gabriel Rufián el que afloró más táctica y más movimiento­s de fondo con relevancia para el corto plazo. El Gobierno espera dejar atrás los malos resultados en la Comunidad de Madrid con la idea de abrir un periodo largo de estabilida­d en el que poder completar el proceso de vacunación y recobrar impulso político al calor de una recuperaci­ón económica. Una mejora que Sánchez dice que ya empieza a sentirse y a la que fía la superviven­cia de su proyecto. El Gobierno necesita tranquilid­ad, convencido de que el adiós de Pablo Iglesias servirá para calmar la coalición.

Y en este sentido, el escenario catalán vuelve a emerger como elemento distorsion­ador. A falta de dos semanas para que el Parlament deba disolverse, la repetición de comicios no se descarta ya en los diferentes círculos políticos de Madrid y Barcelona. Un ministro consultado reconocía en el patio del Congreso que a día de hoy las elecciones parecen un escenario muy factible.

En su intercambi­o con Gabriel Rufián, el presidente del Gobierno expresaba el deseo del Ejecutivo de que «cuanto antes» haya un nuevo gobierno en Cataluña para poder «retomar el diálogo territoria­l».

Pero ese ejercicio de buena voluntad por parte de Sánchez se encontró una dura réplica por parte del portavoz de ERC▶ «Yo no creo en ustedes. No creo en su voluntad, creo en su necesidad», dejó claro Rufián, señalando que a Sánchez «le encantaría» que en el Congreso «hubiera 15 o 20 diputados de Cs».

Tras la dura intervenci­ón de Rufián, Sánchez se preguntaba si estamos en precampaña en Cataluña▶ «Espero que ma-√

no». La situación en Cataluña se está El Gobierno no desea este escenario por la incertidum­bre que generaría. Ayer el presidente Sánchez reclamó a ERC que apoye una investidur­a de Salvador «A lo mejor se podría pensar en un gobierno de Illa▶ «Llegados a este punto, a lo izquierdas, porque hay una mayoría en el Parlament, mejor se podría pensar en un gobierno

liderado por quien ganó las elecciones, de izquierdas, porque hay una

que es el candidato de los socialista­s» yoría en el Parlament, liderado por quien ganó las elecciones, que es el candidato de los socialista­s catalanes». Pinchaba en hueso. Ese apoyo no está en los planes de ERC, que ni siquiera se plantea reclamar a los socialista­s que sean ellos quienes apoyen a Pere Aragonés. Al igual que fuentes socialista­s insisten en que «en ningún caso»

La abstención

ellos se plantean apoyar a ERC. Remarcan incluso fuentes socialista­s que «no estamos hablando de ningún tripartito», sino de un Govern entre los socialista­s y los comunes apoyado desde fuera por ERC. Pero los socialista­s saben que es imposible.

El tono de Gabriel Rufián en la réplica ejemplific­ó la intención de ERC de marcar distancias con el PSOE a la vez que justifica ante el mundo independen­tista su acercamien­to a los socialista­s. ¿Y una abstención para evitar elecciones? «Permitir que gobierne ERC no es nuestro proyecto, pero es que además no van a querer», dice un dirigente socialista.

Sin embargo, el debate sobre una eventual abstención del PSC para evitar elecciones está encima de la mesa como una posibilida­d si ERC lo demandase. En el imaginario socialista sería un buen movimiento porque significar­ía una primera ruptura de bloques. Una abstención de Illa es la apuesta de Unidas Podemos. Y en el PSOE hay quienes expresan dudas. Pero desde las altas instancias del socialismo catalán rechazan esa jugada tras haber ganado las últimas elecciones. «Me toca a mí articular esa mayoría de izquierdas», dijo Illa en la víspera.

Ambiente de precampaña

complicand­o. Los independen­tistas no se ponen de acuerdo y apenas quedan dos semanas para que termine el plazo para que alcancen un acuerdo para formar un nuevo Govern. La posibilida­d de la repetición electoral desagrada al Ejecutivo de coalición, que considera que prolongarí­a la excepciona­lidad de la legislatur­a y dificultar­ía la posibilida­d de armar mayorías en el Congreso de los Diputados.

Un miembro de la dirección socialista se reconocía ayer «preocupado» porque interpreta­ba que el portavoz Rufián «venía hoy aquí para mandar «No creo en ustedes. No creo en su voluntad, creo en su necesidad», dijo el portavoz de ERC al señalar que a Sánchez «le encantaría» que «hubiera 15 o 20 diputados de Ciudadanos» un mensaje a su electorado». Los socialista­s catalanes no creen que el acuerdo de mínimos que ayer se plasmó entre las tres fuerzas independen­tistas signifique que el acuerdo esté más cerca.

En el Gobierno se muestran convencido­s de que una repetición electoral podría ser beneficios­a para los intereses electorale­s del PSC. «Renovaríam­os la primera fuerza y con más margen», opina un dirigente que cree que el electorado independen­tista podría penalizar «la falta de acuerdo entre los suyos».

Sin embargo, pese a ese diagnóstic­o electoral favorable para el PSC, en el Ejecutivo prima la preferenci­a por evitar otro parón en los ritmos de la legislatur­a con incierto horizonte. El Gobierno quiere empezar a trabajar en una agenda legislativ­a que le permita recuperar la iniciativa política. Y para ello el Gobierno de coalición necesita en el Congreso de los Diputados los votos de ERC para garantizar su tranquilid­ad parlamenta­ria. El Ejecutivo tiene la intención de volver a plantear unos Presupuest­os para 2022, para los que ERC vuelve a ser necesario para a la vez preservar la coalición.

El éxito electoral de Pedro Sánchez se construyó sobre un regalo y un error de sus adversario­s. El regalo fue contar con tres partidos políticos a su derecha y el error fue la foto de Colón. El primero le vino dado, pero el segundo lo construyó hábilmente la maquinaria propagandí­stica de La Moncloa gracias a un hecho cierto▶ esos tres partidos se dedicaban en 2018 y 2019 a competir entre ellos en lugar de enfrentars­e a su adversario común. Y Moncloa Produccion­es lo convirtió hábil en ‘el trifachito’. Todos eran lo mismo, y competían por lo mismo, y todos olvidaron que las elecciones se ganan movilizand­o a tu electorado y conquistan­do el centro. Y, claro, ganó Sánchez.

Hoy, las cosas son distintas. Con perdón de Inés Arrimadas, y atendiendo a los resultados en Cataluña y Madrid, así como a las últimas encuestas, el primer regalo ha sido revocado▶ de los tres partidos sólo quedan dos. Sobre esta premisa, el éxito electoral de la derecha estará en una estrategia que permita movilizar al votante liberal-conservado­r y ocupar el centro. El modelo Ayuso▶ todo su votante potencial fue a votar, ocupó todo el centro y le robó 100.000 papeletas al PSOE.

¿Es esto extrapolab­le al resto de España? Sí, pero en este momento con un Vox más fuerte que en Madrid y un reparto más equilibrad­o entre los dos partidos. Es sabido que la relación personal de Pablo Casado y Santiago Abascal está rota desde el pasado mes de octubre, cuando el primero marcó distancias políticas con el segundo. Su relación personal ya nunca volverá a ser la misma, y no han vuelto a hablar, pero ambos saben que políticame­nte están condenados a entenderse.

Ayer en el Congreso se celebró la primera sesión de control al Gobierno tras el 4-M, y tanto Casado como Abascal formularon una pregunta al presidente. Ambos fueron contundent­es, y ambos le reprocharo­n esa manía tan suya de no responder a nada▶ aquello que se le atribuye a Fraga de «usted pregunte lo que quiera, que yo responderé lo que me dé la gana». Hasta ahí las coincidenc­ias, porque todo lo demás fue la escenifica­ción de dos estrategia­s distintas y, por primera vez a nivel nacional, complement­arias. Es decir, y sin pactarlo, PP y Vox mostraron ayer que para lograr su objetivo

Pablo Casado

PRESIDENTE DEL PP

«Los españoles ya están hartos de sus mentiras, su incompeten­cia y su arrogancia»

común tienen que huir de la competenci­a directa entre ellos y ensanchar el espectro ideológico al que se dirigen▶ desde el mismo centro hasta el votante más a la derecha. Incluso, y tal vez por eso Vox insiste en hacer campaña en los barrios más populares, atraer antiguos votantes tradiciona­les de la izquierda. PP y Vox, mismo adversario, distinto votante.

Primero preguntó Casado restregánd­ole el fiasco del PSOE el 4-M («es su circunscri­pción») y «el ‘sorpasso’ de Errejón» y diciéndole que los españoles están hartos «de sus mentiras, su incompeten­cia y su arrogancia». A partir de ahí, irrumpió el perfil de líder de la oposición, los datos para afearle los planes de recuperaci­ón y vacunación▶ 80.000 millones de euros de sablazo fiscal, como cuantificó ABC, deuda hasta 2058 («el timo del tocomocho»), 125.000 muertos por el Covid, 200 ayer mismo, y 20.000 más si no se actúa. Todo se resumió en tres preguntas▶ «¿por qué no convoca ya el Debate del estado de la

Modelo Ayuso Sin Cs, la derecha tiene una opción

si mantiene un alto nivel de movilizaci­ón y ocupa el centro

Nación después de tres años?; ¿por qué no trae aquí el plan de reformas clandestin­o como han hecho todos los países europeos para su votación?; y ¿por qué bloquea el plan B jurídico para luchar contra la pandemia como le ofrece el PP hace un año para evitar más contagios y más muertes por Covid? Si tiene decoro conteste ya». Es decir, un perfil racional que busca crecer por el centro.

En su turno Abascal planteó su pregunta en términos de confrontac­ión Gobierno-Vox▶ «Usted pomposamen­te ha dicho que Vox ha cruzado una línea y que será la última que cruce. ¿Con qué nos amenaza?, ¿nos va a amordazar?, ¿nos va a encerrar?, ¿nos va a ilegalizar?». Ese fue el eje de una intervenci­ón en la que le acusó de cruzar hasta cuatro líneas rojas▶ mentir por pactar con Podemos, ERC y Bildu; no pedir perdón por ello; «encerrar y arruinar» a los españoles con un estado de alarma «ilegal»; y convertir al CIS, la Guardia Civil, la Fiscalía y a los jueces en institucio­nes al servicio del PSOE y de Podemos. Acto seguido Abascal retó a Sánchez▶ Vox seguirá cruzando las líneas rojas «que impone la dictadura progre» y puso tres ejemplos concretos, precisamen­te los tres que más le diferencia­n del programa del PP▶ la violencia de género, las autonomías y la inmigració­n. Y remató llamando a Pablo Iglesias «contratist­a de matones». Es decir, un discurso emocional que busca mantener la movilizaci­ón.

Sánchez no respondió a nada y se limitó a decir lo que traía preparado▶ Vox es la «ultraderec­ha» y a Casado «se le está poniendo cara de Rivera». Manzanas traigo. Pero él sabe que, por primera vez en el sanchismo, la derecha va por delante▶ el efecto Ayuso ha quitado la cara de pena al votante liberal conservado­r y ha echado del tablero a Ciudadanos.

De Casado y Abascal dependerá si consiguen mantener ese estado de excitación en sus votantes y, a la vez, atraer al votante de centro y a ese votante socialista no sanchista. Conseguirl­o, ambos lo saben, será cosa de dos que conviven juntos, pero no revueltos.

 ?? POOL ?? El presidente del Gobierno, ayer a su salida del Pleno del Congreso
POOL El presidente del Gobierno, ayer a su salida del Pleno del Congreso
 ?? EFE ??
EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain