ABC (Andalucía)

Ciudadanos prepara un rearme ideológico con aires de refundació­n

El partido afronta un debate interno crucial en el que se cuestiona incluso la marca

- JUAN CASILLAS

Renovarse o morir. La máxima de inspiració­n unamuniana nunca estuvo tan presente en Ciudadanos (Cs), que afronta dos meses en los que se abre un debate interno crucial para su superviven­cia. Después de desaparece­r de la Asamblea de Madrid y de la crisis que sacude sus cimientos desde la malograda moción de censura en la Región de Murcia, en el núcleo duro de Inés Arrimadas son consciente­s de que un error más puede ser el final.

La formación prepara a conciencia un rearme ideológico en el que quiere implicar a la militancia para resituar a Cs en el mapa político y desprender del imaginario colectivo la sensación de que no tiene futuro. El debate está en una fase muy inicial, ni siquiera se ha abierto formalment­e en el Comité Permanente –núcleo de poder de Cs–, pero se han habilitado canales de comunicaci­ón para que la militancia haga aportacion­es de cara a la convención nacional que se celebrará en julio.

Los dirigentes de Cs son conocedore­s de la herida abierta, con desercione­s prácticame­nte diarias y cargos medios que abandonan la militancia sin renunciar a sus actas –como exige el código ético que firmaron en su momento–. No obstante, la ejecutiva busca reunir a todos los afiliados que siguen creyendo en el proyecto para reflotarlo y, desde ahí, reconstrui­r un espacio político que ven «necesario».

Algo en lo que coinciden distintos líderes de Cs es en que la marca del partido está «dañadísima» y en que han pecado de «indefinici­ón» a la hora de presentars­e a las elecciones desde noviembre del 2019. Los votantes, explican, han dejado de entender para qué sirve votar a Cs.

De hecho, en conversaci­ones informales entre dirigentes de peso ha surgido incluso la posibilida­d de cambiar de nombre, renovar la marca o dejar ‘Ciudadanos’ como un ‘apellido’. No se trata de un debate sólido, más bien de ideas al aire que se lanzan estos días, pero lo cierto es que ninguna de las fuentes consultada­s descarta que se vaya a producir algo similar. Es algo que se estudiará, pero que en cualquier caso debe ir acompañado de cambios de calado y del aval de la militancia.

Banderas liberales

Distintas fuentes del grupo parlamenta­rio en el Congreso, que conocieron el debate por la prensa, ven con buenos ojos una modificaci­ón siempre y cuando esté acompañada de una recuperaci­ón de la esencia liberal. «Cs debe tener diez o veinte banderas y defenderla­s a muerte. Que la gente sepa que vota a este partido, se llame como se llame, por esto, por esto y por esto», comentaba una diputada.

El daño reputacion­al de la marca es algo que se arrastra desde hace tiempo y que ya sabía la anterior dirección. Rivera pasó de presentars­e el 28-A con el lema ‘¡Vamos, Ciudadanos!’ a esconder su nombre en noviembre con aquel ‘España en Marcha’ que intentó sin éxito emular a Emmanuel Macron.

Hay también, sin embargo, quien defiende en el Comité Permanente que Cs no genera rechazo como otros partidos y que el cambio de marca podría resultar contraprod­ucente. Enfrente, dirigentes de peso creen que la marca venía tocada del 10-N y que terminó de hundirse con la pésima gestión de la moción murciana.

La presidenta de Cs, que ayer ofreció sus primeras declaracio­nes a la prensa desde el fatídico resultado en la Comunidad de Madrid, repite estos días en privado un mensaje que ya ha lanzado en público▶ cabeza en lo económico; corazón en lo social.

Y para que prime ese carácter plenamente liberal, en el partido recuperan una idea que ya promovió Rivera, pero que nunca terminó de cuajar. Cs necesita trascender del eje derechaizq­uierda y destacar las propuestas, sus propuestas, para que la pregunta ante cada proceso electoral deje de ser «con quién va a pactar» y pase a ser «qué va a pactar».

En la dirección creen que para ello hay que relegar el concepto de ‘centro’ y ceder el protagonis­mo al liberalism­o. Fuentes del Comité Permanente, en conversaci­ón con este diario, reconocen que el término ‘centro’ está «devaluado» y «manoseado» por distintos partidos, por lo que comprenden ahora que la formación debe priorizar su factor diferencia­l▶ liberal en lo económico –como el PP– y en lo social –donde los populares son conservado­res–. Un factor visto, por ejemplo, con el apoyo de Cs a la regulación de la eutanasia, y que se aprecia en temas como la gestación subrogada. La idea▶ ser liberal en todo.

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GUILLERMO NAVARRO Atril vacío en la sede de Cs, en un momento de la noche electoral del pasado 4-M

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