El pueblo de cuatro ruedas que huye del volcán
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
«La gente está muy tocada. Para algunos, su caravana es lo que único que les queda». La casa de estas personas evacuadas por la rapidez de la lava y que ahora están alojadas en caravanas «hace semanas que vieron cómo sus hogares eran arrastrados por la lava y están muy afectados, como es normal». Algunos de los vecinos de esta comunidad de vehículos «llevan viviendo en ellas desde el primer día, y ya van 25», asegura David Dorta, uno de los palmeros que mejor conoce el mundo de estas casas de cuatro ruedas en la isla.
En La Palma, una veintena de caravanas se han convertido en el hogar de familias de El Paraíso, Las Manchas y Todoque. «Una familia salió corriendo en la primera evacuación y desde ese domingo (19 de septiembre) está en este espacio». También hay algunas caravanas que fueron salvadas de uno de los aparcamientos de la isla, situado en El Charcón, «al que también le pasó la lava por arriba», especifica Dorta.
Niños ajenos al desastre
Entre los vecinos de este nuevo pueblo rodante, ubicado entre la calle Galileo Galilei y el camino Los Pulidos, hay una familia de ocho personas que hace tres semanas que se mudaron a su vivienda con motor para escapar del volcán. Ahora viven en dos caravanas unidas por un toldo, donde ya han instalado incluso una nevera y una lavadora para continuar sus vidas junto a sus hijos.
También hay varios matrimonios de mediana edad y parejas con hijos pequeños. Los niños «no se dan cuenta de la situación, y viven en su cara
vana ajenos al desastre», por suerte, afirma Dorta. En esta comunidad se reúnen quienes «lo han perdido todo y quienes han sido evacuados», algunos se conocen, mientras a otros les ha unido el dolor de una tragedia. Ahora están «como en un barrio chiquitito». En estas atípicas minicasas se dan clases. Y es que los pequeños aún no pueden volver al colegio y deben retomar la rutina y los estudios, con aulas improvisadas con el material escolar que les ha facilitado el Ayuntamiento.
Para Dorta, es «impresionante» la fuerza que han sacado los vecinos para empezar de nuevo. En un primer momento, les invadió «el ‘shock’, que luego dejó paso a la resignación y ahora tienen la mente abierta para salir adelante» en medio de la desgracia.
El Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane se apresuró a rematar el espacio idóneo para estos vehículos. El parking habitual tiene capacidad para siete caravanas, pero ya son más de 20 y su número crece en este barrio improvisado de evacuados por la lava. El edil de Urbanismo, Manuel Perera, indicó que el objetivo era «dar una respuesta a los vecinos con las mejores condiciones» habilitando una red de puntos de agua potable y luz para conectar sus casas rodantes. Además, se cerraron las calles al tráfico, porque «hay niños y deben jugar con seguridad» en este pueblo de emergencia que se mantiene estoico ante una situación que cada día se hace más dura.