Montserrat Torrent y Gabriel Erkoreka, premios Nacionales de Música

Una ilustre veterana de nuestra música, la organista Montserrat Torrent (de 95 años), y el compositor bilbaíno Gabriel Erkoreka fueron ayer reconocios con el premio Nacional de Música 2021, en las categorías de Interpretación y Composición, respectivamente. El galardón, que concede anualmente el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 30.000 euros para cada una de las dos modalidades.

En el caso de Montserrat Torrent, el jurado ha destacado «su enorme capacidad de trabajo que le ha llevado a abarcar ámbitos tan diversos como la interpretación, investigación y divulgación, siendo una de las intérpretes en activo más longevas del mundo». Se ha destacado además «su labor como docente, capaz de crear una escuela que ha inspirado a nuevas generaciones de organistas durante décadas». No solo es una respetadísima intérprete; también ha trabajado, como ha resaltado el jurado, «en la recuperación de repertorio como en la restauración de órganos históricos; un buen ejemplo es la recuperación en proceso del órgano de la iglesia de Sant Felip Neri de Barcelona».

Pasiones

Montserrat Torrent, barcelonesa nacida en 1926, es una ilustre veterana de nuestra música. Colaboradora en las ‘Pasiones’ que Frühbeck de Burgos dirigió a la ONE en los años 70, ella inauguró el 3 de enero de 1991 el órgano de la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional, construido por Gerhard Grenzing. Su carrera concertística ha ido paralela a su labor docente, que ejerció durante años en el Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona.

En el caso de Erkoreka se ha premiado «su brillante trayectoria como creador y la riqueza de su lenguaje compositivo, en el que destaca la personal fusión de la sonoridad de instrumentos tradicionales vascos, rasgos que quedan patentes en obras como ‘Zuhaitz’ o ‘Basalt’». El jurado ha destacado igualmente «la proyección internacional de su música, programada en importantes temporadas y festivales europeos». Nacido en Bilbao en 1969, Erkoreka ha creado obras para piano, canto, orquesta y diferentes agrupaciones instrumentales y de música electroacústica. Con una marcada preocupación por las cuestiones sociales, ha cultivado extensamente obras de solista y conjunto, como un modo de confrontar lo individual y lo colectivo.