Catarí que te vi
Sánchez trata de ligarse al emir de Catar para seguir tirando de propaganda mientras la economía española sigue desfondada
TIC tac, tic tac... Sabe que su tiempo se está agotando –al mismo compás que la paciencia de los españoles, o casi porque esta está bajo cero ya– pero hará lo que haga falta por aguantar pegado a la poltrona. ¡Faltaría! Y tirando de contactos regios –que para estas cosas sí, el Rey le viene que ni pintado– puso en marcha la maquinaria diplomática para recibir con todos los honores, gastos y fastos, al emir catarí... ¡que te vi! «Bienvenido Mister Marshall II» que diría aquel y... ¡que corra el vino! (‘ups’ no, perdón, el zumo de naranja). Así, el presidente prestidigitador –sí, ese, Sánchez, de nombre Pedro, o Antonio, no sé, da igual– trataba de ligarse a Tamim bin Hamad Al Thani para hacerle la envolvente y arrancarle de paso algún titular para seguir tirando a base de propaganda. Mientras, la economía española... desfondada –a más– y España, sin gas para tirar, que del otro, de momento, tenemos. ¡Hasta catarí! por si los argelinos nos cortan el grifo o nos suben los precios por las nubes, hay que tener un plan B, y para eso está el jeque árabe, que tiene bajo su control al segundo mayor productor mundial del hidrocarburo en cuestión.
Decía, ya en la cena de gala celebrada el martes pasado en el Palacio Real, el emir de Catar lanzaba el anzuelo a ver si algún que otro ingenuo picaba (y picó, picó): su país aumentará en 4.720 millones de euros las inversiones en España en los próximos años, lo que supone doblar el valor de los activos que el Estado soberano árabe tiene actualmente aquí. Una noticia que Sánchez raudo y veloz se apresuraba a calificar de «excelente» un día después, en rueda de prensa, al tiempo que argumentaba que tiene su lógica por la «robustez de la economía española», basada en el crecimiento del empleo y una «recuperación vigorosa del turismo» para esta próxima temporada de verano. ¡Toma ya! Incluso rindió pleitesía, tan poco dado él a venerar a nadie que no sea ‘su sanchidad’, al principal defensor de Sánchez Galán, bestia negra de un Gobierno fallido y un presidente autocrata. ¡Todo por la pasta!
Y todo esto justo el mismo día en el que el Banco de España hacía públicos sus malos augurios para la economía del país de Sánchez: lustros de números rojos, niveles de deuda pública asfixiantes y déficit presupuestario sin precedentes si no se reducen los gastos del sistema público de pensiones y se elabora –a ser posible cuanto antes– un plan fiscal creíble. La institución continúa señalando la evolución del gasto en pensiones como la principal amenaza de futuro para las cuentas públicas, y advirtió de que en ausencia de nuevas medidas que reduzcan esos costes galopantes puede llevar las cuentas públicas a un nivel de deterioro sin precedentes... Pues, ¡agárrense que vienen curvas! que, ahora sí, viene la gorda, porque Bruselas tampoco se cree ya la sostenibilidad de las pensiones que le vende España. Palabras mayores.