ABC (Andalucía)

Catarí que te vi

Sánchez trata de ligarse al emir de Catar para seguir tirando de propaganda mientras la economía española sigue desfondada

- MARÍA JESÚS PÉREZ

TIC tac, tic tac... Sabe que su tiempo se está agotando –al mismo compás que la paciencia de los españoles, o casi porque esta está bajo cero ya– pero hará lo que haga falta por aguantar pegado a la poltrona. ¡Faltaría! Y tirando de contactos regios –que para estas cosas sí, el Rey le viene que ni pintado– puso en marcha la maquinaria diplomátic­a para recibir con todos los honores, gastos y fastos, al emir catarí... ¡que te vi! «Bienvenido Mister Marshall II» que diría aquel y... ¡que corra el vino! (‘ups’ no, perdón, el zumo de naranja). Así, el presidente prestidigi­tador –sí, ese, Sánchez, de nombre Pedro, o Antonio, no sé, da igual– trataba de ligarse a Tamim bin Hamad Al Thani para hacerle la envolvente y arrancarle de paso algún titular para seguir tirando a base de propaganda. Mientras, la economía española... desfondada –a más– y España, sin gas para tirar, que del otro, de momento, tenemos. ¡Hasta catarí! por si los argelinos nos cortan el grifo o nos suben los precios por las nubes, hay que tener un plan B, y para eso está el jeque árabe, que tiene bajo su control al segundo mayor productor mundial del hidrocarbu­ro en cuestión.

Decía, ya en la cena de gala celebrada el martes pasado en el Palacio Real, el emir de Catar lanzaba el anzuelo a ver si algún que otro ingenuo picaba (y picó, picó): su país aumentará en 4.720 millones de euros las inversione­s en España en los próximos años, lo que supone doblar el valor de los activos que el Estado soberano árabe tiene actualment­e aquí. Una noticia que Sánchez raudo y veloz se apresuraba a calificar de «excelente» un día después, en rueda de prensa, al tiempo que argumentab­a que tiene su lógica por la «robustez de la economía española», basada en el crecimient­o del empleo y una «recuperaci­ón vigorosa del turismo» para esta próxima temporada de verano. ¡Toma ya! Incluso rindió pleitesía, tan poco dado él a venerar a nadie que no sea ‘su sanchidad’, al principal defensor de Sánchez Galán, bestia negra de un Gobierno fallido y un presidente autocrata. ¡Todo por la pasta!

Y todo esto justo el mismo día en el que el Banco de España hacía públicos sus malos augurios para la economía del país de Sánchez: lustros de números rojos, niveles de deuda pública asfixiante­s y déficit presupuest­ario sin precedente­s si no se reducen los gastos del sistema público de pensiones y se elabora –a ser posible cuanto antes– un plan fiscal creíble. La institució­n continúa señalando la evolución del gasto en pensiones como la principal amenaza de futuro para las cuentas públicas, y advirtió de que en ausencia de nuevas medidas que reduzcan esos costes galopantes puede llevar las cuentas públicas a un nivel de deterioro sin precedente­s... Pues, ¡agárrense que vienen curvas! que, ahora sí, viene la gorda, porque Bruselas tampoco se cree ya la sostenibil­idad de las pensiones que le vende España. Palabras mayores.

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