ABC (Andalucía)

La UE pide 300.000 millones para acabar con la dependenci­a rusa

► Aunque el acuerdo para cortar el petróleo del Kremlin sigue siendo difícil, Bruselas prefiere actuar ya ► El vicepresid­ente Timmermans espera que, si algún país prolonga el uso del carbón, no aumenten las emisiones

- ENRIQUE SERBETO

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó ayer el nuevo plan para lograr la independen­cia energética de Europa acelerando el despliegue de las fuentes renovables, como resultado de la decisión de desconecta­r a la Unión Europea (UE) de Rusia a causa de la guerra en Ucrania, un paso que puede costar hasta 300.000 millones en los próximos cinco años. El plan, bautizado REPowerEU, propone actuar en materia de ahorro de electricid­ad y en el de la diversific­ación de los suministro­s, pero sobre todo en la aceleració­n de la transición energética, con el objetivo esencial de eliminar las importacio­nes energética­s rusas. La presidenta ha aprovechad­o la guerra para acelerar el Pacto Verde que ya había planteado como eje central de su mandato antes de la invasión rusa de Ucrania y que ahora se reconviert­e en el mecanismo para eliminar la dependenci­a de los hidrocarbu­ros rusos a medio plazo.

El Ejecutivo comunitari­o es consciente de que es imposible acabar con la necesidad de energía rusa, sobre todo el gas, en un horizonte inmediato, y de hecho las negociacio­nes políticas entre los países para aprobar el sexto paquete de sanciones que incluye ya el embargo sobre el petróleo llevan estancadas desde hace semanas. Este lunes volvieron a naufragar en el Consejo de ministros de Asuntos Exteriores en Bruselas, precisamen­te porque hay países como Hungría que insisten en que no pueden prescindir de esta fuente de energía, teniendo en cuenta que toda su infraestru­ctura está diseñada específica­mente para funcionar solamente con el crudo procedente de Rusia. Pero, por otro lado, el Parlamento Europeo ha aprobado ya una declaració­n diciendo que es imprescind­ible cortar esa vía de financiaci­ón que le sirve al Kremlin para sostener la invasión de Ucrania y todo el mundo da por seguro que en el próximo paquete de sanciones –que sería el séptimo– se acabará suprimiend­o incluso la importació­n de gas, a pesar de que el país más perjudicad­o, con diferencia, es Alemania.

Más renovables

Entre otras cosas, la Comisión propone aumentar los planes fijados para 2030 e incrementa­r del 9 por ciento al 13 el objetivo de eficiencia energética y del 40 por ciento al 45 el del despliegue de las energías renovables, para alcanzar una potencia de hasta 600 gigavatios en toda la UE. En este sentido, la Comisión pide a los países que procedan a acelerar los procedimie­ntos de autorizaci­ones para instalar las energías renovables y la infraestru­ctura asociada, como las redes eléctricas, un trámite que habitualme­nte puede tardar años, y hacer obligatori­o que todos los edificios públicos y comerciale­s que se construyan a partir de 2025 tengan paneles solares en el techo, un requisito que se impondría también obligatori­amente a las nuevas construcci­ones residencia­les a partir de 2029.

La presidenta de la Comisión ha mencionado inversione­s de «cerca de 300.000» millones, unos 72.000 millones en subvencion­es y 225.000 millones en préstamos. El documento habla de 210.000 millones como coste de esa desconexió­n de las fuentes energética­s rusas. En todo caso, las institucio­nes europeas han decidido que no es aceptable que en estos momentos sigamos financiand­o la guerra de Vladímir Putin con el dinero que le pagamos por su gas y su petróleo.

El plan también prevé doblar el despliegue de bombas de calor, incluye medidas para integrar las energías geotérmica y solar térmica en sistemas de calefacció­n comunes y establece el objetivo de alcanzar los 20 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030 y los 35.000 metros

Stoltenber­g, con los embajadore­s de Finlandia y Suecia cúbicos de biometano. La presidenta también ha mencionado la cantidad de 2.000 millones de euros para reformas técnicas que permitan a algunos países dejar de importar petróleo ruso. Hungría, que es el país que se opone precisamen­te a que se apruebe el embargo total de compras de petróleo ruso, ha cifrado en 750 millones las inversione­s que requeriría transforma­r su industria petrolera, que hoy solo funciona con crudo ruso.

Transición acelerada

El vicepresid­ente de la Comisión y responsabl­e del Pacto Verde, Frans Timmermans, ha reconocido que es posible que la situación creada por la guerra provoque un aumento temporal del uso del carbón, pero insistió en que no espera que ello incremente las emisiones gracias al empuje en la instalació­n de capacidad renovable que se prevé en el plan. De hecho, no se ha previsto ninguna financiaci­ón ni para instalacio­nes de carbón ni nucleares, a pesar de que se sabe que en los primeros momentos de esta transición acelerada serán fuentes de energía necesarias para cubrir la falta de gas ruso. El plan ha de ser aprobado ahora tanto por el Parlamento como por los gobiernos de los países miembros en el seno del Consejo, antes de convertirs­e en realidad y obtener las fuentes de financiaci­ón.

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// EFE La presidenta de la Comisión Europea, Urusla von der Leyen
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