La semana loca de Juanpe en rosa
► El líder del Giro, formado en la cantera de Contador, tuvo que cambiar sus hábitos nutricionales para bajar doce kilos y convertirse en escalador puro
Ausente la pareja eslovena que arrasa (Pogacar y Roglic), en recuperación ascendente Egan Bernal de la lesión que casi lo destroza, sin referentes claros para la afición española en el Giro de Italia salvo el imprevisible Mikel Landa, la pregunta se vuelve repetitiva: ¿Puede Juanpe ganar el Giro? Para contestar a la inquietud, antes hay que conocer al protagonista, Juan Pedro López Pérez, 24 años, ‘maglia’ rosa por octavo día consecutivo en su semana loca en el Giro y ya el séptimo español en la clasificación histórica de líderes por detrás de Induráin, Contador, Fuente, Julio Jiménez, Galdós y ‘Purito’ Rodríguez.
«Es muy difícil que pueda ganar el Giro, pero un top 10 o un top 5 sí puede hacer», responde a ABC Alberto Contador, jerarca en el escalafón que ganó dos Giros y estuvo 28 jornadas con la simbólica camiseta rosa. «Carapaz, Landa y Bardet pueden marcar diferencias, pero el otro día, con 5.000 metros de desnivel y todo un Blockhaus, estuvo muy entero y si no llega a ser por el incidente del afilador, hubiera perdido muy poco tiempo», analiza el vencedor del Giro, Tour y Vuelta.
Juanpe López repartía pizzas en su pueblo sevillano, Lebrija (hoy engalanado con globos rosas y la iglesia teñida del mismo color), mientras estudiaba Bachillerato para ayudar a la familia donde el padre, Juan Pedro López, salía en modo cicloturista de fin de semana con la peña de la localidad. El líder del Giro, que soñaba con ser Joaquín y jugar en el Betis, se animó un día a acompañar a su padre. Nació entonces un ciclista que no tenía cuerpo para imaginar proezas.
Eran 1,70 metros y 72 kilos en un organismo achaparrado y regordete, como recuerda el mánager del Eolo Kometa y hermano del campeón, Fran Contador. «Le sobraban kilos, sí. Poco a poco fuimos trabajando con él para bajar el peso, pero sobre todo para enseñarle a cuidarse, a tener hábitos de vida más saludables. Le daba a todo, al chuletón, al tinto de verano, a la Shandy...».
El sevillano ingresó en 2015 en la cantera de los hermanos Contador, que ahora comparten equipo profesional con Ivan Basso. Lo hizo en unos campus de selección ubicados en Zaragoza por el patrocinio de una de las compañías del proyecto ciclista. Fue una reedición, ya que el año anterior el sevillano no fue elegido por la dupla Contador. «Aquí no miramos solo los watios, la fuerza o el físico –dice a ABC Fran Contador– . Analizamos su entorno, su mentalidad, cómo es su familia y los valores que tiene como deportista».
Juanpe López se quedó en el grupo de los hermanos y estuvo cinco años. Después de ganar la Vuelta a Bidasoa, cumbre en la categoría de aficionados, lo fichó el Trek, equipo de primera división que tenía al Kometa como una especie de filial. Juanpe siguió así el camino de otros tantos ciclistas que hoy pueblan el pelotón, formados con Contador, titulares en otras formaciones. Enric Mas (Movistar), Carlos Rodríguez (Ineos), Fernando Barceló, Álvaro Cuadros (Caja Rural) o Matteo Moschetti (Trek)...
«No sienta mal nutrir a otros equipos y ser una escuadra trampolín –explica Fran Contador–. Lo que me parece mal es que en el ciclismo no existan los derechos de formación y promoción que sí existen en el fútbol. Constantemente, los ciclistas que formamos se van a un equipo de categoría superior y deberíamos recibir una compensación por el trabajo de cantera. Por que si no, puede ser inviable en algún momento».
Juanpe López (24 años) nunca ha viajado en el primer vagón de los escaladores, pero Fran Contador, que lo conoce desde hace siete años, matiza que es una cuestión de edad y evolución, no de falta de cualidades. «Es un escalador puro, magnífico, que puede estar con el primer grupo en la montaña y no con el segundo, como hasta ahora ... Es uno de los mejores escaladores de España y del mundo. Ya estuvo con Roglic en una etapa del País Vasco. Es solo su segunda gran vuelta, no tiene experiencia. Si se lo empieza a creer, puede llegar muy alto».