La joya negra se retira por el taponazo del champán en el ojo

Biniam Girmay hizo historia y se convirtió en el primer corredor negro en coronar una etapa en una gran vuelta. Ganó en Jesi, dejó una batalla para el recuerdo al esprint con Van der Poel y se subió al podio para entrar de lleno en su leyenda... Pero en la euforia de la celebración, cuando el joven de 22 años descorchaba el champán sobre el cielo de la provincia de Ancona, el tapón golpeó su ojo. El júbilo se paralizó y el africano fue trasladado al hospital, de donde salió con un parche que anunciaba lo peor.

La lesión no es grave, según comunica su equipo, el Intermarché, pero Girmay abandona el Giro por precaución. «No puede seguir. Tiene un gran hematoma en el ojo y debe curarse. Estar en el pelotón con la visión en un solo ojo es imposible. Menos mal que no perderá la visión, lo que habría sido el final de su carrera, no solo el final de su primer Giro», ha declarado Valerio Piva, director del Intermarché.

«Pasé un mal momento cuando regresé del hospital al hotel, pero pude disfrutar un poco de la victoria con mis compañeros y el staff. Estaba triste por lo ocurrido con el champán, pero tras celebrar con mis compañeros y ver que lo del ojo no es grave, estoy contento. Aunque, desafortunadamente, hoy no empiezo la carrera, mi ojo necesita descansar», relató el ciclista eritreo en las redes sociales.

Tras una exhibición para el recuerdo en su primer Giro, con la ‘maglia ciclamino’ a tiro y varios días por delante donde podía engordar su leyenda, Girmay dice adiós a la ‘corsa’ rosa.