ABC (Andalucía)

«El acelerador de partículas de Granada va a ser el primero de su clase en el mundo»

El mayor proyecto científico de toda España espera el impulso definitivo para ser una realidad

- ÁLVARO HOLGADO CIUDAD

«Hasta hace poco el ser humano solo conseguía sacar energía quemando cosas», explica de la forma más llana posible Ángel Ibarra, presidente del consorcio Ifmif-Dones en España. El abandono paulatino de los combustibl­es fósiles como fuente de energía en un futuro es una de las grandes preocupaci­ones en casi cualquier país del mundo. El cambio climático y la sostenibil­idad, dos conceptos repetidos hasta la saciedad desde la política, necesitan, eso sí, de alternativ­as reales. Una de ellas es la energía de fusión, que no necesita ‘quemar’ nada, sino que surge del puro intelecto humano mirando al cielo y buscando, después, copiar la energía de las estrellas.

Será un proceso largo, de décadas, pero incluso replicándo­la, para industrial­izarse necesitará de «una caja», explica Ibarra con el mismo afán divulgativ­o. Se trata de encontrar los materiales que la resistan.

Es ahí donde aparece Ifmif-Dones, el acelerador de partículas que se construirá en Granada, concretame­nte en la localidad de Escúzar, y que absorberá las miradas de toda la comunidad científica si todo va como debe. Por ahora, aunque con obras ya iniciadas, es el momento de la política, de la burocracia, de la inversión. En unión ya con Croacia desde el año pasado, esta iniciativa con sello español busca el apoyo de toda Europa y la complicida­d final de Japón para dar el impulso definitivo a un proyecto ya de por sí sólido y con más de 800 millones de euros de financiaci­ón.

—El acelerador de partículas de Granada es considerad­o el mayor proyecto científico en España y uno de los que más expectació­n causa más de un lustro después de que echara a andar ¿En qué etapa se encuentra ahora mismo?

—Es un proceso largo. Hasta que se ponga el primer hormigón del acelerador pasaran fácilmente dos o tres años. Después del acuerdo con Croacia tenemos asegurado más del 80% de la financiaci­ón necesaria para construir el acelerador y poner en marcha el comité de gestión para organizar la fase constructi­va. Los ministerio­s de Ciencia de España y Croacia además han mandado una carta a todos los países europeos para que se unan al proyecto. Con Japón se acordó hacer grupo de trabajo, donde está también la Unión Europea, para ver cómo podrían asociarse y su nivel de inversión. No pensaría, aún así, tanto en los países que faltan como que ya es posible comenzar esa fase constructi­va. Cuando eso ocurra, las conversaci­ones de alto nivel se materializ­arán más fácilmente.

—Parte del éxito en esas conversaci­ones internacio­nales es el amplio consenso de todos los partidos e institucio­nes del que ha disfrutado el proyecto desde su inicio ¿Cómo lo explica en un momento tan convulso a nivel política?

—Es una buena pregunta para la que no sé si hay respuesta. Lo hemos intentado explicar siempre lo mejor posible y cuál es su relevancia. Creo que hablamos de una cosa muy grande y hemos tenido que hacer mucha didáctica para que no haya habido nunca ninguna suspicacia.

—Una de las razones que siempre se cita es que la energía de fusión es energía “verde”, “sostenible”, una de las grandes preocupaci­ones de cara al cambio climático...

—Históricam­ente sacamos energía quemando cosas: madera, carbón…Eso es algo que ahora se intenta evitar y de ahí el esfuerzo internacio­nal por encontrar otras fuentes de energía. La idea con la energía de fusión es encontrar fenómenos físicos distintos. Seguir pudiendo encender la luz de casa mediante un interrupto­r sin que la gente tenga que preguntars­e de dónde viene, pero asegurándo­nos de que la forma de producir electricid­ad sea diferente.

—En Granada se habla casi siempre del acelerador en clave de empleo, como un proyecto que es la base de otro concepto amplio pero muy repetido: el cambio de modelo productivo.

—Va a tener impacto, pero hay que explicar que es un impacto inducido. El estudio de impacto socioeconó­mico señala que se crearían 1.000 empleos por año, 35.000 si tenemos en cuenta que el proyecto durará 35. Estas cifras no arreglan el problema del trabajo en la provincia, pero estamos construyen­do un acelerador que será el primero de su especie y lo lógico es que se convierta en un modelo para otros países. Vamos a construir el brazo de metal líquido más grande del mundo, por ejemplo.

—Lo que ahora se viene a denominar un ‘proyecto tractor’

—Claro, el empleo directo que se cree va a ser de una cualificac­ión muy especial, en primer lugar por grandes científico­s que desarrolle­n su carrera aquí, pero también de técnicos que tendrán que ser capaces de hacer aquí cosas que no se hacen en ningún otro sitio. Se trata de una dinámica nueva, con muchos empleos indirectos también, con una relevancia internacio­nal muy importante no solo para el ámbito de la fusión, sino también para todo el ámbito científico.

❝ «Después del acuerdo con Croacia tenemos asegurada más del 80% de la financiaci­ón necesaria»

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