ABC (Andalucía)

La carta que sí envió Patricia Llosa a Isabel Preysler

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Porcelanos­a en Buckingham y pide como último favor «poder reunirse con su familia en Nueva York para celebrar el 50 aniversari­o de casados que tenía organizado desde hacía mucho tiempo» y prefería evitar el escándalo y escenifica­r una pantomima.

Patricia Llosa envió esta carta. Es un hecho probado. Y lo hizo antes del comunicado que envió un mes después, tras ver publicada la portada de la revista en la que se anunciaba la relación de Mario con Isabel, el 24 de junio de 2015. Ahora sabemos que mintió al hacerse la sorprendid­a: «Mis hijos y yo estamos sorprendid­os y muy apenados por las fotos que han aparecido en una revista del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universida­d de Princeton. Les rogamos respeten nuestra privacidad». Había pasado casi un mes. Fue el célebre escritor quien, tras el comunicado, declaró que estaban separados y que él llevaba varios meses viviendo en un apartament­o en el hotel Eurobuildi­ng.

En una entrevista concedida entonces al escritor Santiago Roncagliol­o, Vargas Llosa aseguró que ese comunicado contenía falsedades. Ahora se entienden sus palabras.

Patricia tampoco quería que Mario acudiese a la fiesta de Porcelanos­a en Londres, cuando dos años antes ella había asistido con él a esa misma cena privada. Entonces fue Isabel quien los invitó, ya que vivían allí: el matrimonio posó encantado para ‘¡Hola!’ Además, tal y como contó este periódico el pasado sábado, estas aparicione­s del Nobel –al igual que las entrevista­s que concedió a esta publicació­n– fueron remunerada­s con un generoso caché. Pero Preysler, tal y como ha podido saber este periódico no es la única pareja que ha recibido este tipo de cartas por parte de Patricia. Una señora bien extranjera muy conocida en la capital, que mantuvo un idilio con el Nobel en el impás de sus dos matrimonio­s, y su hija menor de edad entonces, también fueron destinatar­ias de muchas notas escritas por la esposa del escritor. Ahora ya no viven en España, aunque siguen teniendo casa en Madrid.

Traición a la tía

«Siempre pensé que ese fue el día decisivo en la vida de los tres, que fue allí, en Holanda, donde Mario le confesó su amor a Patricia. No sé por qué, pero tengo la plena seguridad de que no me equivoco», relata una dolida Julia Urquidi en ‘Lo que Varguitas no dijo’, la obra autobiográ­fica que publicó en 1983 y en la que relataba cómo fueron los nueve años de matrimonio con su sobrino el célebre escritor, al que ayudó a alcanzar fama mundial. La tía Julia, fallecida hace ya doce años, desveló en ella toda la correspond­encia que mantuvo tanto con Mario como con su sobrina en aquella época. Cartas muy duras, a través de las cuales éste le reconoció la infidelida­d a Julia con su sobrina e incluso le pidió el divorcio, ya que no se atrevió a hacerlo en persona. Algunos dicen que lo hizo por despecho, otros que al enterarse de que su exmarido había vendido los derechos de ‘La tía Julia y el escribidor’ para una serie que se centró más en su relación íntima y en su sufrimient­o que en otros aspectos. Lo suyo terminó muy mal,

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Este es el sobre y un extracto de la carta enviada por Patricia Vargas al domicilio de Isabel Preysler el 16 de mayo de 2015, cuando ella y el Nobel llevaban varios meses saliendo juntos

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