ABC (Andalucía)

Iago Aspas

Delantero del Celta de Vigo ∑Camino de los 36, el mítico jugador del Celta, rival esta noche del Madrid en el Santiago Bernabéu, sigue en lo alto de la ola y con la ilusión de la primera vez

- RUBÉN CAÑIZARES VIGO

Es jueves y eso significa que Esteban Alonso, propietari­o de ‘La barbería de Vigo’, tiene jornada laboral en Afouteza, la coqueta ciudad deportiva del Celta, ubicada en Mos, a unos siete kilómetros del aeropuerto de Vigo, doce de la ciudad y treinta de Moaña, la tierra de Iago Aspas (1 de agosto de 1987). Fue precisamen­te el delantero quien introdujo a este joven empresario en el vestuario vigués. Es su peluquero desde 2015, el año de regreso a su amado Celta tras sus etapas en Liverpool y Sevilla, y por sus tijeras también pasan también unos cuantos jugadores más. «¿Le ha dejado guapo?», le preguntamo­s. «Todo lo que se puede ya a estas alturas», contesta Aspas con una sonrisa pícara. Después, se sienta con ABC durante 25 minutos. Hoy hay un Real Madrid-Celta en el Santiago Bernabéu, uno de los últimos trenes para que los gallegos se metan en la pelea por Europa.

—En 2016 me dijo que su madre aún seguía siendo mariscador­a. ¿Se ha jubilado ya?

—Sí, sí. En 2019. Después de casarme se jubiló, con 64 años.

—¿Cuánto tiempo fue mariscador­a?

—Desde que tenía 10. En aquella época no había control y empezó con su madre, aprendiend­o la profesión, y ya no paró durante 54 años. Ahora ya por fin disfruta de sus seis nietos y de mi padre, que lleva quince años jubilado.

—¿Él era mecánico?

—Tuvo un taller de coches con su hermano y cuando ambos se jubilaron, se cerró. Cuando yo era pequeño iba mucho por allí, me encantan los coches y siempre andaba trasteando. Era un taller de estos antiguos, en una nave, con fosos en lugar de elevadores y allí jugaba con mis hermanos.

—¿Sigue viva esa pasión?

—Sí, sí. Siempre ando toqueteand­o coches y aprendiend­o. Nadie sabe cambiar la rueda de una bicicleta hasta que lo prueba una o dos veces y ya se le da bien. En los coches pasa lo mismo. Ahora hay mucha más tecnología, pero me gusta toquetearl­os. Coches nuevos, deportivos, berlinas… y también antiguos. Tengo un Golf I cabrio del 88 y un BMW del noventa y poco que ahora estoy preparando con unos amigos.

—De los coches que tiene, ¿con cuál se queda?

—Mi coche favorito es el Golf GTI, el primero que tuve. Lo compré en abril de 2008, tiene 15 años y unos 220.000 kilómetros. Con el paso de los años me he comprado más y lo he ido usando menos, pero es que utilizo para el día a día.

—Usted se crio en Moaña, donde sigue viviendo, jugando al fútbol en la calle más horas que tiene el día. Eso hoy ya no pasa con frecuencia.

—Bueno, se sigue jugando al fútbol en la calle, en los parques sobre todo, pero ya no se juega tanto como antiguamen­te. Yo me acuerdo de que en mi época acababa el colegio y nos pasábamos tres meses en la playa jugando al fútbol. Estaba en el campo de Moaña al lado de la playa, echábamos por encima del muro una porterías y nos poníamos a jugar todo el verano.

—¿Ha cambiado el perfil de los futbolista­s?

—Para mí, sí. Ahora hay futbolista­s más físicos, más académicos, más organizado­s. Ya casi no hay futbolista pillos, de la calle, como había antiguamen­te. Aún hay alguno, claro, pero ya no hay apenas futbolista­s de barrio.

—¿Eso le gusta?

—Es un fútbol más de escuela. Todo está

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain