El futuro caza europeo recibe el apoyo político con los primeros 8.000 millones de euros
El proyecto fue presentado en Madrid y está abierto a otros países europeos
Los ministros de Defensa de Alemania, Francia y España refrendaron ayer en Madrid su compromiso con el nuevo avión de combate europeo, que aún sin nombre oficial es conocido como NGWS/FCAS, siglas en inglés de Next Generation Weapon System/Future Combat Air System.
Boris Pistorius, Sébastien Lecornu y Margarita Robles presentaron a los medios de comunicación y representantes de la industria las líneas maestras de un proyecto que está cifrado en su montante final en torno a los 100.000 millones de euros –aunque este monto no es oficial– con un plazo estimado para ser operativo en 2040. Este modelo deberá sustituir a la flota de aviones franceses Rafale y a los alemanes y españoles Eurofighter.
En diciembre pasado ya se notificó el contrato 1B correspondiente a las actividades de investigación, tecnología y demostración del programa tras el acuerdo entre Airbus y Dassault Aviation, empresas coordinadoras del programa FCAS en Alemania y Francia. En España, ese papel lo tiene la compañía tecnológica Indra.
Se trata de un contrato inicial de 8.000 millones de euros –de los que España tiene ya aprobados para este contrato inicial 2.500–, que integrará todos los componentes de esta nueva plataforma que pretende ser «un sistema de sistemas» con el avión, drones, nube de combate, sensores o tecnología de baja observabilidad. Esta fase acabará con la construcción de demostradores, tal y como explicó en la intervención inicial la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce.
«La inversión en defensa es inversión en mantenimiento de la paz, libertad, seguridad y valores democráticos. También es inversión que trae consigo riqueza, empleo, cohesión territorial y social», expuso Valcarce ante los tres ministros del ramo y el auditorio congregado en el cuartel general del Ejército del Aire y del Espacio.
Por su parte, la ministra Robles calificó el día de «muy emotivo» por darse un paso más del proyecto FCAS y subrayó que es un símbolo de «la Europa de la Defensa» en un momento en el que «un pueblo está siendo masacrado por la Rusia de Putin».
Robles dejó abierta la puerta a que otros países europeos participen en el proyecto en el futuro.
CS 22
PSOE Compromís
Podem-EUPV
Allí coincidirá con Ione Belarra. Podemos se juega seguir tocando poder después de cuatro años en el gobierno de coalición con el PSPV-PSOE de Ximo Puig y Compromís. Tras la zozobra demoscópica de los últimos meses, las encuestas apuntan a una recuperación del partido morado, que alcanzaría por los pelos el listón del 5 por ciento para entrar en las Cortes Valencianas.
El resultado de Podemos, de hecho, puede ser determinante para decantar la balanza en las elecciones autonómicas valencianas a favor del bloque de izquierdas, al que los sondeos todavía mantienen opciones de reeditar su pacto en la Generalitat Valenciana.
Según Ginés Marco, director del máster en Marketing Político y Comunicación Institucional de la UCV, la Comunidad Valenciana «es un territorio enormemente abierto en el que residen ciudadanos procedentes de otras autonomías, como Extremadura o el País Vasco, y recibe la visita de miles de madrileños, cántabros o castellanoleoneses. Al ser polo de atracción turístico también tiene su propio relato electoral a escala nacional. No es una comunidad aislada».
Ximo Puig, que ha pedido microcréditos a los ciudadanos para financiar su campaña con una rentabilidad del 3%, se juega en un día cuatro décadas de carrera política, los últimos ocho años como presidente. El barón socialista comenzó su andadura en 1983 como diputado regional. El puesto al que regresaría si no le dan los números tras el escrutinio de la noche del 28 de mayo.