Isabel Díaz Ayuso
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Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) llega a la Casa de ABC con traje de chaqueta azul, las ideas claras y la ilusión intacta. Lleva más de cuarenta días ininterrumpidos de trabajo, pero no tiene miedo a vaticinar un «vuelco electoral sin precedentes». Tampoco a dejar clara la magnitud de lo que está en juego el 28M ni a mostrar su apoyo a Alberto Núñez Feijóo: «Tiene, tenemos todos, una única oportunidad de cambias las cosas, ahora y en diciembre».
—Empecemos por lo último. ¿Cómo valora los gritos del domingo a Vinicius en Mestalla? Lo que trasciende es una imagen de España que no es muy positiva...
—Ni real. España no es un país racista. Esto mismo ocurre también en las ofensas contra el Rey y contra otras muchas personas y creo que, desde luego, los campos de fútbol nunca se pueden convertir en esto. Todos tenemos que preocuparnos un poco de esto porque, si no, la imagen es realmente perjudicial y mentira.
—El tema que está atravesando esta campaña electoral es las listas de Bildu y el debate sobre su ilegalización.
—Quiero dejar claras algunas cuestiones después de estos días: la primera es que yo no busco ilegalizar Bildu porque no me guste, eso no es así, jamás defendería algo tan absurdo. Mi pregunta es si estamos estudiando todas las vías, si estamos plenamente seguros de que este proyecto es legal y, sobre todo, si hemos hecho todo lo que está en nuestra mano para evitar que esto vaya a mayores. Esto no es pasado, lo que están haciendo es futuro. No se puede banalizar el mal. Además, esas técnicas a veces batasunas se están trasladando a la política entera. Lo que ocurrió ayer con Ana Rosa Quintana en un mitin de Podemos en el centro de Madrid es intolerable; no nos podemos acostumbrar a que se siga señalando a jueces, a periodistas, a empresarios para imponer la ley del silencio como hacen ellos. Nos han preguntado si esto es un enfrentamiento con el presidente de mi partido, con Alberto Núñez Feijóo, y eso no lo voy a consentir porque los dos estamos en lo mismo con la única diferencia de que yo me pregunto si esto se puede llevar al Supremo y se puede estudiar por una vía. Estamos explorando todo porque en el futuro nos podemos arrepentir de no haber intentado buscar vías legales para evitar lo que nos están fabricando en España a espaldas de todos.
—Yo no sé si es un enfrentamiento con el presidente de su partido, pero lo que es evidente es que hay una discrepancia. ¿Ha hablado con él al respecto?
—No, no es una cuestión de discrepar, es una cuestión de analizar distintas vías para ver qué solución le damos a un problema que vemos de la misma manera.
—Podemos ha desplegado una lona con el rostro de su hermano. ¿Van a adoptar medidas legales, usted o su hermano?
—Yo ahora no voy a analizarlo ni a hablar mucho del asunto porque él no está en política, por más que desde Podemos intenten meterlo en la campaña. Es un señalamiento que no ocurre con nadie más, y lo celebro. Yo no veo que nadie ponga la cara y el nombre de los hermanos de nadie, de los hijos de nadie y de los padres de nadie. Podrían hablar de ‘el hermano de Ayuso’, pero no, es que además lo hacen con su nombre, con un perfil evidentemente de señalamiento, de acoso. Lo que hagamos lo comentaré en otro momento, pero
❝ Ilegalización de Bildu «En el futuro nos podemos arrepentir de no haber buscado vías legales»
—Pues ya le digo yo que no. Sería mucho más cómodo mirar para otro lado e inventarme un regionalismo que no existe, un Madrid que no existe. Madrid está el servicio de España, así ha sido siempre, está el servicio de los demás, la región más solidaria, que atiende a los ciudadanos en sus servicios públicos vengan de donde vengan. Claro que esto va de él, desde el momento en el que Sánchez hace, permite, promueve y defiende leyes como la del ‘solo sí o sí’. ¿No hay esa gente en Madrid? ¿No hay agresores sexuales en Madrid? Por supuesto que va de él, y las elecciones van en paralelo. Y la actitud del presidente, con un trato a las comunidades autónomas que yo nunca le daría a ningún alcalde de la Comunidad
Discrepancia con Feijóo «No busco ilegalizar Bildu porque no me guste. No es una discrepancia, vemos el problema de la misma manera»