ABC (Andalucía)

El Granada atraganta al Barça

- SALVADOR SOSTRES

El Barça salió con un chándal muy parecido a los que usa Nicolás Maduro para sus aparicione­s televisiva­s y con Ter Stegen de nuevo bajo los palos. Íñigo Martínez, más tatuajes que brazos, también fue titular. El portero alemán se estrenó con una extraña y comprometi­da acción con los pies que casi le cuesta un disgusto. Sin solución de continuida­d se hizo otro lío con Frenkie De Jong.

El Granada, con tres centrales. Era la primera vez que Medina salía con una línea de cinco. Presión muy alta de los andaluces, el Barça no acababa de ingresar en el partido y tenía problemas para salir y perdía los duelos ante la intensidad del rival. La primera oportunida­d la generó Lewandowsk­i de un taconazo con mucha clase que Gundogan no pudo aprovechar.

El protagonis­ta del partido era la presión de Medina pero las oportunida­des las ponía el Barça. Entre Cubarsí y Lamine Yamal se inventaron una jugada que por los pelos Lewandowsk­y no llegó a rematar. A la tercera, casi seguida, llegó el gol de Lamine Yamal que de volea culminó un buen centro de Cancelo al segundo palo.

El Granada no se rindió, mantuvo su intensidad, y tuvo su primera ocasión, muy clara –por culpa de otro pase deficiente de Ter Stegen con los pies– que acabó en un atasco de tráfico en el área. El alemán no paraba de cometer errores con los pies, como si la vida le fuera demasiado rápido el día de su regreso. El Barça, inseguro, lento, torpe, no aprovechab­a su ventaja y le costaba superar la intensidad del Granada. De Jong, que normalment­e es un jugador fiable, también perdía los duelos. El Barça pareció reaccionar y subió su presión al modo del rival, obligándol­o a defender desde más atrás. Lo notó el Granada unos minutos pero fue sólo un espejismo y enseguida volvió a su presión. El 56% del partido se jugaba en campo local.

Pese a la decepciona­nte falta de control de Xavi, las ocasiones y la belleza del fútbol la ponía su equipo. Una fantástica asistencia de Lamine Yamal sobre Pedri fue hermosamen­te conducida por el canario, que de espuelas asistió a Gundogan, y el turco a su compañero polaco, pero su remate a bocajarro se estrelló bajo los palos en el cuerpo de Hongla, que desvió a córner. En la jugada siguiente el Granada creó su primera gran jugada y tuvo el merecido premio del gol, Ricard Sánchez mediante. Brillante disparo. Empate justo por el control y dominio visitante. Christense­n, como suele suceder con la defensa del Barça, defendió el área con la mirada. Xavi tenía que buscar soluciones porque era notorio que lo planteado hasta el momento no le funcionaba.

Tras el descanso, el Barça intentó tener más el balón y las fuerzas del Granada empezaron a menguar. Pero ni jugando contra uno de los peores equipos

ESTADÍSTIC­AS

fuera de casa y que tenía medio pie en Segunda, Xavi era incapaz de imponer su ritmo, y ya no digamos su estilo, si es que a estas alturas todavía tiene alguno. Se jugaba a lo que quería Medina y los Hernández y Hernández eran incapaces de cambiar el escenario.

Los andaluces se sentían igual de cómodos defendiend­o hacia delante que hacia atrás, no sufrían y les bastaba muy poco para crear peligro en la portería de Ter Stegen, que paró con la mandíbula un potente remate de Pellistri. Al Barça le costaba demasiado encontrar el punto de explosión que le igualara en intensidad al rival y el mismo Pellistri aprovechó la siguiente que tuvo para adelantars­e en el marcador. Clamoroso desorden defensivo de Xavi, con Koundé e Íñigo Martínez especialme­nte distraídos. Tono muy bajo del equipo al que Lewandowsk­i reaccionó transforma­ndo una asistencia de Gundogan en el empate. Poco duró la alegría en Montjuic e Ignasi Miquel logró el tercero de un buen cabezazo. A los rivales del Barça, sean fuertes o débiles, les basta con soplar para marcar. Fermín entró por Christense­n. Raphinha por Cancelo y Marc Guiu por Pedri. Nada pareció mejorar hasta que Lamine Yamal tiró de garra y de talento para volver a empatar de un gran disparo. Da una idea de cómo está el Barça que justo a las jugadas siguiente Uzuni casi marca. Es increíble las facilidade­s defensivas que pone Xavi al contrario.

Minutos finales de compulsivo ataque local que ni tuvieron premio ni lo merecieron. Esto es el Barça. Esta miseria total. Deprimente incapacida­d para imponerse ni siquiera a un Granada que hizo méritos hasta para ganar.

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// REUTERS Maouassa y Lamine Yamal pugnan por el balón

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