López Obrador concede su única entrevista en años a una periodista ligada al Kremlin
► Se emitirá en el Canal Red, que fundó y dirige el exvicepresidente Pablo Iglesias
detenida. Y por si el mensaje no quedara claro, el día después de que se supiera de la salida de Juan González, Venezuela expulsó del país a la agencia de derechos humanos de la ONU. No es la de González una salida común tampoco en plazos, porque se produce cuando casi podía acabar todo el mandato, a nueve meses de las presidenciales en EE.UU. y antes de las de Venezuela.
Los logros
Entre los logros de González está sobre todo la liberación de todos los estadounidenses que estaban presos en Venezuela, en varias tandas, empezado por los ejecutivos de la petrolera Citgo, y acabando por unos soldados americanos que en 2019 participaron en una chapucera operación para deponer a Maduro que les llevó al calabozo.
También consiguió que Maduro aceptara vuelos de repatriación de venezolanos rechazados en la frontera con México. Se trata de un logro no exento de contradicciones: cuando Biden acabe su primer mandato, un millón de venezolanos habrá entrado en EE.UU. sin papeles, según las estimaciones oficiales. Huyen de la miseria y la represión, y gracias a las negociaciones de González, muchos de ellos son regresados inmediatamente a esa pesadilla de la que han intentado escapar. Al término de su primer mandato, Biden ha conseguido priorizar la excarcelación de estadounidenses y la política migratoria, y dejar de lado el cambio democrático.
Tampoco tenía una misión fácil González cuando llegó al cargo. Su cartera abarca todo el continente americano, y a los meses de llegar, el ciclo de protestas y represión volvió a activarse en Cuba. Sin embargo, él se inmiscuyó directamente en la crisis venezolana y aceptó verse cara a cara con Maduro, en su terreno.
EE.UU. salía de los cuatro años de Trump, un mandato en el que Venezuela había sido casi una cuestión de política nacional, con apoyos a pronunciamientos contra Maduro y reconocimientos oficiales a Juan Guaidó. La frase más repetida en la Casa Blanca aquellos años había sido «todas las opciones están sobre a mesa», una advertencia de uso de la fuerza que al final quedó en palabras, y que no consiguió cambio alguno en la estructura de poder en Caracas.
Para Carrie Filipetti, que fue subsecretaria de Estado para América Latina en la diplomacia de EE.UU. con la anterior Administración y hoy es directora del grupo bipartidista Vandenberg Coalition, es «decepcionante» que las concesiones de la Casa Blanca se encuentren sólo con «un empeoramiento de la situación de los venezolanos».
A pesar de las concesiones hechas por EE.UU., el régimen de Maduro ha intensificado la represión, arrestando activistas y amenazando la sociedad civil. «La debilidad del régimen de Maduro es evidente, y tanto EE.UU. como otros aliados deben aprovecharla para promover elecciones libres y justas en Venezuela, penalizando al régimen por sus abusos y buscando una transición democrática genuina», dice Filipetti a este diario.
Tras más de dos años de no conceder entrevistas exclusivas, Andrés Manuel López Obrador, AMLO, eligió conversar con Inna Afinogenova, periodista ligada al Gobierno ruso, justo cuando Vladímir Putin está en el centro de las críticas por la muerte en prisión del líder opositor Alexéi Navalni. La entrevista para la cual Afinogenova visitó México se emitirá la semana que viene en el Canal Red, que fundó y dirige el exsecretario general de Podemos, Pablo Iglesias. López Obrador ya subió a sus redes imágenes con la periodista en las que ambos aparecen sonrientes.
El hecho adquiere aún más relevancia si se considera que hace dos semanas, cuando López Obrador fue señalado por la prensa de EE.UU. por supuestos nexos con el narco, el presidente dijo que le había negado una entrevista al ganador del Premio Pulitzer, Tim Golden, responsable de la investigación sobre presuntos nexos criminales. El gesto fue consecuente con la prédica habitual de López Obrador de que no concede entrevistas porque ya que habla todos los días en su conferencia matutina en Palacio Nacional.
La periodista, que durante años editó la sección en español de la señal estatal rusa Russia Today (TR) en América Latina, es conocida por sus posiciones en favor de los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Fue muy criticada cuando en 2022 comenzó la guerra en Ucrania y hasta un día antes replicaba en sus redes que Rusia nunca invadiría y que Vladimir Zelinski era un presidente cercano al neonazismo.
Los gestos de López Obrador en favor de Rusia son múltiples. En septiembre del año pasado incluyó una delegación del Ejército ruso en un desfile militar del Ejército mexicano, lo cual fue entendido como un guiño al Kremlin. Cuando le preguntaron, emitió una respuesta habitual: «Tenemos relaciones con todo el mundo, invitamos a todos».
Plan de paz fallido
En 2022 el presidente envió, a través de la Cancillería, un plan de paz para la guerra en Ucrania a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Fue rechazado porque en el organismo multilateral entendieron que era demasiado afín a la posición de Moscú. «Los pacificadores que usan la guerra como tema para sus propias relaciones públicas solo causan sorpresas», declaró el portavoz de Kiev, Myjailo Podolyak. Ese mismo año, México suscribió un acuerdo en materia de investigación espacial con Moscú, otro frente que esta semana quedó bajo fuego por las revelaciones de Washington sobre los planes armamentísticos de Putin en el espacio.
En marzo del año pasado, el general Glen VanHerck, entonces jefe del Comando Norte, en una audiencia en el Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU. afirmó: «México tiene actualmente el mayor número de espías en el mundo». La declaración coincidió con el dato de que desde el inicio de la guerra se incrementó la cantidad de diplomáticos rusos con presencia en México.