ABC (Andalucía)

Los consejeros del PP avisan a Urtasun de que no tolerarán un trato bilateral con Cataluña

► El ministro celebra su primer Pleno de la Conferenci­a Sectorial en el Centro Niemeyer

- J. G. MORA MADRID

Ernest Urtasun reunió ayer a los consejeros de Cultura autonómico­s en su primer Pleno de la Conferenci­a Sectorial y se encontró con la oposición de las comunidade­s de PP y Vox a que el Gobierno establezca un trato bilateral con la Generalita­t, como solicitó la representa­nte catalana. «No lo vamos a permitir», declara el consejero andaluz, Arturo Bernal, que fue el primero en levantar la voz contra este intento de «beneficiar­se por encima de otras comunidade­s autónomas». Este fue el principal punto de fricción en un encuentro que, según varias fuentes consultada­s, transcurri­ó en un tono cordial. Al término de la reunión, que se celebró en el Centro Niemeyer (Avilés) Urtasun declaró que «sería muy positivo avanzar hacia la oficialida­d del asturiano» e informó de los acuerdos adoptados: un plan de inversione­s para los equipamien­tos culturales, ayudas para «ampliar y diversific­ar la oferta cultural en áreas no urbanas» y subvencion­es a la creación literaria en todas las lenguas cooficiale­s.

Pero en el primer encuentro de Urtasun con todo el poder territoria­l de la derecha se trataron más temas. Más allá del rechazo a la propuesta catalana –«ha habido un comentario generaliza­do diciendo: ‘de eso nada’», según un asistente–, los consejeros del

PP preguntaro­n si su interlocut­or seguirá siendo el ministerio o la nueva oficina de Asuntos Culturales que ha creado Pedro Sánchez en La Moncloa, que vaticina una especie de competenci­a interna entre socios de gobierno. El ministro dijo que ya Zapatero tuvo un organismo similar y defendió que cuanto más presencia orgánica tenga cultura en el gobierno, mejor. «Entonces, ¿para qué queremos esta oficina?», se pregunta Mariano de Paco, consejero madrileño. «Le hemos dicho que no queremos una estructura paralela para resolver las cuestiones de cultura, ni en materia de transposic­ión de leyes europeas ni mucho menos en cuestiones de cogobernan­za», explica Bernal, que teme que este departamen­to sea una nueva herramient­a de Sánchez para seguir haciendo concesione­s a la Generalita­t.

En su intervenci­ón, Urtasun explicó la reorganiza­ción de su ministerio, con la creación de una nueva Dirección de Derechos Culturales y la supresión de Industrias Culturales, que pasará a ser un Centro Coordinado­r. «Va en detrimento de una dirección general que sí nos parece fundamenta­l», lamenta De Paco. «Pero realmente no ha profundiza­do». Los consejeros del PP pusieron además sobre la mesa la necesidad de aprobar una ley de Mecenazgo ambiciosa. También se habló de la inteligenc­ia artificial y de impulsar una nueva ley de Patrimonio. Galicia aplaudió el plan de inversione­s en infraestru­cturas públicas y Castilla y León los avances en el Centro Nacional de Fotografía. La Comunidad Valenciana pidió apoyo para la tauromaqui­a y Baleares reclamó tener en cuenta el factor de insularida­d.

Las cámaras captan a Alves acceder a los lavabos del cuarto anexo al reservado. Dos minutos más tarde accedió la denunciant­e «voluntaria­mente» con «el propósito de estar con el acusado en un espacio más íntimo».

Allí, el futbolista «cogió bruscament­e a la denunciant­e, la tiró al suelo y evitando que pudiera moverse la penetró vaginalmen­te, pese a que ella decía que no, que se quería ir». Se cumple así la «ausencia de consentimi­ento, con violencia».

El fallo apunta que «para la existencia de agresión sexual no es preciso que se produzcan lesiones físicas, ni que conste una heroica oposición de la víctima a mantener relaciones sexuales». La joven sí tiene una lesión, pero en la rodilla. «El consentimi­ento no solamente puede ser revocado en cualquier momento, sino que también es preciso que se preste para cada una de las variedades sexuales dentro de un encuentro y no consta en lo que se refiere a la penetració­n vaginal».

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// EFE El ministro Urtasun, tras celebrarse la Conferenci­a Sectorial

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