Julia Naválnaya, de esposa del disidente a esperanza para Rusia
► Tras la muerte de Navalni, el apoyo inquebrantable a su marido se transforma en un afán por tomar el relevo en la lucha contra Putin
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Julia Naválnaya, la viuda del principal crítico del presidente Vladímir Putin, Alexéi Navalni, muerto a mediados de mes en la colonia penitencia número 3 de Jarp (Ártico ruso), abandonó su carrera como economista para dedicarse en cuerpo y alma a su familia, para hacerle a su marido más llevadera la lucha política contra un sistema que siempre tachó de corrupto, totalitario y brutalmente represor. Ella nunca dejó de recalcar que no es nada más que la esposa de un político y la madre de dos hijos. Pero tras la extraña muerte de su marido, todavía sin esclarecer, ha decidido continuar su lucha y tomar las riendas de la oposición rusa.
«Hola, soy Julia Naválnaya. Hoy por primera vez en este canal quiero dirigirme a ustedes. No debería estar aquí. No debería haber grabado este vídeo. Debería haber otra persona en mi lugar, pero esa persona fue asesinada por Vladímir Putin». Con estas palabras comenzó el lunes su emocionante mensaje a la sociedad rusa a través de YouTube, durante el que anunció que «continuaré el trabajo de Alexéi Navalni. Continuaré luchando por nuestro país y les animo a estar a mi lado (…) les pido que compartan mi rabia, ira y odio hacia quienes se atrevieron a matar nuestro futuro».
Julia Abrósimova, hija del insigne científico Borís Abrósimov, de ahí su apellido de soltera, y de una funcionaria estatal, nació en Moscú en 1976. Se graduó en la prestigiosa Universidad Rusa de Economía Plejánov, aprendió inglés perfectamente, hizo un máster en Dinamarca y trabajó en el sector financiero y en el comercio exterior. Conoció a Navalni en 1998, entonces un joven abogado, durante unas vacaciones en Turquía. Ambos tenían 22 años en aquel momento. Se casaron en 2000, lo que hizo que ella adquiriera el apellido Naválnaya, y tuvieron dos hijos: Daria, nacida en 2001, y Zajar, nacido en 2008.
«Quería ser la esposa de un político, y no el político mismo», dijo Julia en 2014 en unas declaraciones a la revista rusa ‘Afisha’, reconociendo que «mi biografía no era aún demasiado opulenta antes de conocer a Navalni».
Hablando del flechazo que tuvo cuando la conoció, Navalni aseguró en una conversación con el escritor Zajar Prilepin que «me asombraron los primeros encuentros con ella: rubia, guapa y con una memoria enorme, se sabía los nombres y apellidos de todos los ministros», dando a entender que él mismo a veces no se acordaba de cada uno de ellos.
Poco después del nacimiento de su segundo hijo en 2008, de Zajar, Naválnaya no intentó volver a trabajar. Lo admitió en otra entrevista a ‘Afisha’ asegurando que «cuando las actividades anticorrupción de Alexéi se hicieron más conocidas, resultó bastante obvio que yo simplemente no podría trabajar», constatando así que pocas empresas en Rusia querrían dar empleo a la esposa de un activista como Navalni.
Siempre en segundoundo lugar
Así que se dedicó a estartar junto a su ma-marido y lo hizo en decenasenas de audien-audiencias judiciales, loo acompañó en viajess por todo el país duran-nte la campaña presi-idencial de 2018, subióió al escenario durante los mítines y marchaba co-cogida de su mano enca-cabezando las protestas.tas. En septiembre de 2013,013, antes de las eleccionesones para alcalde de Moscú,ú, en las que participó Navalnivalni quedando en segundodo lu-lugar, Julia subió al escena-cenario y tomó el micrófonoófono para denunciar las presio-presiones y amenazas que estabaestaba sufriendo toda su familiamilia porr parte de las autoridades.ades. «SiSi alguien en el poder contemplamplal a nuestra familia como algo vul-vulnerable, se equivoca (…). Nues-uestra familia es la roca sobre la queque se encuentra Alexéi».
La periodista rusa Evgueniaenia Albats, que estuvo en estrechocho contacto con la familia Naval-valni, en una entrevista a ‘ Vanityity Fair’ describió el papel de la esposa del político subrayan-ndo que «Julia revisaba todo lolo que Navalni escribía antes de su publicación. Él la consul-ltaba sobre la mejor forma dee expresar las ideas (…), ella escribía en las la redes sociales cuando Alexéi estaba es bajo arresto, ella elegía la ropaopa ro de su marido y ayudó a construirruir tr su imagen».
En agostoa de 2020, cuando Navalni v fue envenenado con la sustancia altamente tóxica x de uso militar Novichok e internado en un hospital de la ciudad siberiana de Omsk, Om Naválnaya se trasladó allí de inmediato. Dijo nada nad más llegar allí a la prensasa qque «necesito sacar de aquí a mim marido urgentemente (…), entendí ente que no podía relajarme, porque soy su persona más cercana. cerca Si yo me hundo, todos empezaran empe a hundirse uno tras otro. Los médicos rusos diagnosticaron nosti un trastorno metabólico y no un envenenamientoto». Al final, ella, que exigió a Putintin perpermitir el traslado de Navalni