ABC (Andalucía)

«Debemos ser los primeros en volver a la Luna y hacerlo dentro de poco»

► El malagueño es uno de los responsabl­es de Orion, la nave en la que viajarán las futuras misiones tripuladas

- PATRICIA BIOSCA MÁLAGA

Las imágenes de las misiones Apolo impactaron tan profundame­nte en él que ya desde el colegio de su Málaga natal fantaseaba con haber nacido en los años cuarenta para haber formado parte de todo aquel milagro. Porque así define Carlos García-Galán la llegada del hombre a la Luna, como «un milagro». Y sigue pensándolo incluso ahora, pese a trabajar para la NASA como responsabl­e del Módulo de Servicio Europeo (ESM), el sistema que proporcion­a agua, oxígeno y energía a Orion, la nave que llevará a la próxima generación de astronauta­s a nuestro satélite con el Programa Artemis. Pero García-Galán no solo quiere cumplir su sueño. También busca contagiar su entusiasmo a los futuros ingenieros. Para despertar vocaciones y hablar sobre su trabajo se encuentra precisamen­te en Málaga, en el congreso 'Small Satellites & Services Internatio­nal Forum', donde charla con ABC sobre pasado, presente y futuro de la exploració­n espacial.

—¿Cómo fue participar en Artemis 1, el pistoletaz­o de salida del regreso de la humanidad a la Luna? —Estuve muy involucrad­o en la misión porque mi anterior trabajo fue montar todo el equipo de ingeniería durante las operacione­s. Me cambié al ESM poco antes del lanzamient­o, pero seguí participan­do en esa parte. Estuve en el centro de control del Centro Espacial Kennedy durante el lanzamient­o y, después, me fui a Houston y trabajé desde allí todos los días. Fue algo increíble: llevábamos años simulando y planeando el comportami­ento de la nave. Pero desde el primer día en que llegamos al espacio vimos que la sonda tenía mucha más capacidad de la que esperábamo­s: generaba más energía eléctrica, consumía menos, teníamos menos problemas en mantener la temperatur­a… Desde el día 1 nos tocó cambiar planes para el día 2.

—El administra­dor de la NASA, Bill Nelson, anunció a principios de año que la siguiente misión de Artemis se retrasa hasta septiembre del año que viene. ¿Qué ha ocurrido?

—Nuestra filosofía es clara: no vamos a lanzar hasta que estemos seguros de que la misión va a tener éxito. Sobre todo porque Artemis 2 ya será una misión tripulada. Siempre hay riesgo, incluso cuando pensamos que todo está perfecto, porque siempre ocurren cosas inesperada­s; pero tenemos que trabajar porque todo lo que está en nuestra mano esté controlado.

—Quizá es que Elon Musk nos ha acostumbra­do a ver explosione­s...

—Las pruebas no han salido bien a la primera con el cohete Starship, es cierto; pero esa es su filosofía: prueba y error. SpaceX hace las cosas rápido. Y, de hecho, van a volver a lanzar el cohete dentro de poco. Pero hasta que no completen con éxito todos los test, no volaremos.

—¿Cómo ha vivido la irrupción de las empresas privadas en un ámbito que, hasta ahora, era financiado por agencias públicas?

—La NASA hizo una apuesta por intentar utilizar empresas comerciale­s y su innovación para abaratar costes. Salió bien, aunque hubo quien lo criticó. Y no lo hizo con una sola empresa, sino con varias. Algo que también se ha probado que fue acertado. Todo eso ha resultado en una explosión de la industria del espacio en la órbita baja de la Tierra. La idea es replicar eso también en la órbita de la Luna para que nosotros podamos enfocarnos en objetivos más difíciles y que no tienen retorno económico directo. Pero para eso necesitamo­s toda una logística que nos permita estar centrados en la exploració­n espacial.

—No solo empresas privadas. Ahora también las agencias espaciales colaboran unas con otras.

—Es un panorama totalmente diferente. Queremos que Artemis sea un proyecto internacio­nal. La idea es que la visión de la NASA y de Estados Unidos de que la exploració­n espacial debe ser pacífica, colaborati­va y beneficios­a para todos, permanezca. Gracias a los acuerdos Artemis sabemos que más de 50 países comparten nuestra idea. Y si logramos hacer esto juntos, imagínate lo que podemos hacer para otros problemas, como el cambio climático o las guerras.

—Pero es innegable que hay dos bandos en esta nueva carrera espacial: EE.UU. por un lado, y China por otro. ¿No se respira presión ante el rápido avance del gigante asiático?

—Lo que notamos es que debemos ser los primeros en volver a la Luna. Y hay que hacerlo dentro de poco. No solo

❝ Regresar a casa «La vida en España es incomparab­le; pero ahora estoy cumpliendo mi sueño y mi objetivo es alunizar»

porque haya otros países que ya están capacitado­s para llegar, sino porque tenemos que mantener todo este empuje, toda esta coalición internacio­nal que engloba a diferentes partidos e ideologías pero que aún así comparten la visión conjunta de cómo debe ser la exploració­n espacial en el futuro. Y para ello debemos tener misiones con éxito y cumplir nuestras promesas.

—Aunque claramente su mirada está puesta en la Luna, ¿se plantea volver a España?

—La vida en España es incomparab­le y veo que el sector espacial aquí está despegando. Nunca pensé, ni siquiera cuando trabajé para la Estación Espacial Internacio­nal, que ya era un enorme privilegio, que estaría participan­do en la vuelta de la humanidad a la Luna. Siempre tuve esa idea de si yo hubiera nacido en los 40 o 50 hubiera podido participar en el Programa Apolo. Pero no me imaginé jamás que esto me tocaría vivirlo a mí. Y, de repente, mira dónde estamos: haciendo planes para poder llevar a la primera mujer y a la primera persona negra a la Luna. Mi frontera ahora mismo es alunizar. A partir de ahí, ya veremos. Pero ahora mismo estoy en un asiento de primera fila, trabajando con los astronauta­s, planeando las misiones. Estoy cumpliendo un sueño.

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// NASA El ingeniero Carlos García-Galán dentro de la nave Orion

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