Puigdemont en España: otro laberinto judicial hasta el verano de 2025
► ► La defensa del prófugo confía en que pueda pisar suelo español en agosto, sin esperar a la Justicia europea
Cuando han pasado 2.322 días desde su fuga en un maletero y despejada la futura ley de amnistía, la pregunta del millón es cuándo pisará España Carles Puigdemont. El Gobierno canta victoria tras el pacto del PSOE con Junts y ERC, pero esto no ha hecho más que empezar. «Tengo que felicitarme » , dijo ufano Bolaños el jueves, contento de superar un ‘match ball’ importante para la continuidad de la legisl atura. Pero cuidado: en Junts celebraron el acuerdo enseñando la patita: «Veremos a ver si hay algún j uez que esté dispuesto a prevaricar por no aplicar esta ley » . Así destapó Míriam Nogueras su estrategia: seguir amedrentando a los jueces, porque sabe que la aplicación práctica de esta amnistía depende del estamento judicial, dado que ha de ser cada tribunal o juez instructor quien actúe en cada caso concreto. Es decir, para que Puigdemont disfrute de la amnistía debe haberlo decidido alguno de los tribunales que le investigan. Eso no llegará, si se siguen los plazos habituales, hasta el verano de 2025, aunque la defensa del prófugo es más optimista y recorta mucho los tiempos.
Los tres delitos clave
Alcanzado el acuerdo político sobre la amnistía y aprobada en la Comisión de Justicia del Congreso, la tramitación parlamentaria aún necesita algunos pasos: el Pleno del Congreso, la tramitación en un Senado con mayoría del PP y la segunda vuelta en la Cámara Baja. Una estimación razonable de tiempo es la segunda quincena de mayo, justo antes de la campaña de las elecciones europeas del 9 de junio. Llegados a ese punto, con la Ley publicada en el BOE y centrándonos en los líderes políticos del procés, hay que diferenciar entre los condenados e inhabilitados (Oriol Junqueras y compañía) y el de los pendientes de juicio, con especial atención al prófugo Carles Puigdemont, la pieza clave de la negociación, la persona que ha obligado al Gobierno a cruzar todas sus líneas rojas: desde la propia constitucionalidad de la amnistía hasta su alcance, con la inclusión de la malversación y el terrorismo como los mayores pruebas de las inmensas tragaderas monclovitas.
Llarena, Polo, Aguirre
Por todo ello, no es casualidad que la malversación, el terrorismo y la alta traición hayan sido los asuntos que han generado tensión entre el PSOE y Junts en la recta final de la negociación política. Son los tres delitos que afectan a Puigdemont, así que respecto a él, una vez aprobada la amnistía, hay tres jueces concernidos: el magistrado Pablo Llarena, en el Tribunal Supremo, que todavía tiene pendiente enviarlo a juicio por malversación (dado que sedición ya no existe) y que tiene una orden de detención contra él si pisa territorio nacional;