Junts, Giró, Grifols... y otros chicos del montón, juntos y revueltos
E Nlos cenáculos barceloneses corren más que rumores sobre la vuelta a los ruedos político-empresariales del más relevante ‘extodo’ del mundo catalán. El exdirector general de la Fundación ‘la Caixa’, exconseller de Economía, ex de Repsol, ex de Gas Natural.. y ex de no se sabe cuántos puestos más,
Jaume Giró, está de autocampaña. De momento, fuera de cámaras, más o menos, que la radio cuenta como ondas. Operación revertir la diáspora que, con el deseo de fondo –más que el hecho ‘per se’–, de conseguir el regreso a Cataluña
de las más de 9.000 empresas huidas desde 2017 tras el ‘procés’ del 1-O, busca ponerse en valor de inmediato ante la incógnita del futuro de Junts. Tras la amnistía, llegará la autodeterminación, y el asunto corre prisa, no vaya a ser que el presidente Sánchez
desaparezca del mapa, y con él las prebendas que otorgan los siete diputados que le sostienen.
Pues... se acabaron los tiempos de la discreción total, bueno, aún bajo susurros, que de momento no interesa salir a pecho descubierto. Pero el mensaje está ahí: el hombre de empresa, de la política, del diálogo, con contactos en tierra, cielo e infiernos, está de vuelta. El objetivo, refundar Junts. Convertirlo en la nueva CiU, que los que están hoy dentro no están centrados. Puigdemont –que le tiene hecha la cruz por, dice, «traidor»– no quiere ni volver a oír hablar de la política doméstica, su más preciada misión es repetir como candidato en el Parlamento Europeo. Jordi Turull, con problemas serios de salud. Y de
Laura Borràs, mejor ni hablar. Se antoja pues para Giró bautizarse como ‘el conseguidor’ de la nueva Convergencia. Y, para ello, se ha ofrecido ya tanto al PSOE como al
PP como el tipo que reconducirá Junts, para devolver las buenas relaciones con Madrid y retomar el contacto con los empresarios catalanes para obtener su apoyo incondicional, corriendo un tupido velo tras el agitado debate sobre el castigo fiscal a las firmas que no vuelvan, una acción de Junts de lo más comunista que se les ha ocurrido últimamente. Porque el socio clave para la última investidura reclamaba sin reparos ni escondrijos una reforma de la Ley de Sociedades de Capital con objeto de aprobar incentivos fiscales para las empresas que se quedaron y, a la vez, condicionar la concesión de ayudas a las firmas que sacaron su sede social.
Urge cambiar talantes. Que ni las empresas del mundo Caixa, ni las Naturgy, Sabadell, Abertis, Cellnex, Colonial...; ni otras grandes familiares catalanas – Codorníu, Hotusa, Planeta...– van a volver ni porque sí ni porque no; ni tan siquiera otras extranjeras, como Zurich, Allianz y Bimbo. Y en el mientras tanto, buscará la aprobación de los que no se fueron, ni quieren, dentro del entorno del ‘Cercle d’Economía’, del ‘Foment del Treball’ y con los Grifols –a los que alguno ha pactado salvar como sea, ¿verdad presi?– o los Carulla.
Por todo ello, Giró, líder indiscutido de la corriente ‘pragmática’ dentro de Junts, sabe que entre pasar la gorrilla para Giró Consultant o hacer caja con un Gobierno contra las cuerdas no hay color. Es ahora o nunca. Claro lo tiene. Sólo hay que verle paseándose por los ‘photocalls’, sobre todo en el último mes, de todos los actos que se precien por Barcelona, trasladando una imagen de renacido que, además, ofrece a los entusiastas de la formación separatista el ‘seny’ necesario para coser las heridas con España con el hilo de la financiación presupuestaria. Que la alternativa, ¡ojo avizor!, es que sea el PSC quien se sitúe en esa posición y se adueñe del tejido empresarial nacional empezando por Indra y terminando por
Puertos del Estado. Si bien la caída en desgracia del exministro Salvador Illa tras aparecer en la
‘Koldosfera’ le da una ventaja añadida a Giró, tan acostumbrado a nadar entre dos aguas, las públicas y las privadas, claro.
Y es que ya nadie se cree la vuelta de Puigdemont, quién sabe bien cómo se las gastan los jueces y no se fía un pelo de los blindajes de
Sánchez. A lo sumo una visita relámpago allá por el verano con una foto de madrugada tomando un vermú cerca de la frontera por si hay que regresar al maletero y salir por patas. El Gobierno, mientras, se ‘ bolañea’, que es felicitarse a uno mismo a falta de piropos ajenos, y cacarea que la amnistía es muy europea, confiado en que las elecciones de Bruselas creen un vacío de poder varios meses para seguir su huida hacia delante. Cuando se cruza el infierno hay que seguir siempre el camino, lleve a donde lleve. Más aún a falta de la parte más mollar de la trama
Koldo, que a buen seguro pasa por Venezuela vía Marruecos.
Ya para después, el resiliente de
La Moncloa confía en que su ‘tronca’ Von der Leyen haya sido reelegida al frente de la Comisión Europea y pueda seguir riéndole las gracias por mucho que Isabel Díaz Ayuso clame ante el compadreo de geometría variable. Para entonces habrá pasado ya el primer puerto de la legislatura y
Sánchez y su ‘smart people –ahora escondidos bajo una piedra rezando para que el sumario de
Koldo sortee sus incendios y pillajes de altos vuelos– habrán cruzado la meta volante de 2024, un año que viven peligrosamente a costa de la decencia y el bolsillo de los españoles.
Eso sí, Sánchez necesita un punto de enganche con Europa, para seguir con la letanía de su amnistía impecable bruselense. Sin reparar en gastos ha puesto a sus chicos del coro monclovita a preparar informes sobre la importancia de la defensa para
España (miren la estrategia de Indra esta misma semana). Pura inteligencia para convertir a Putin en su piñata electoral mientras sus socios de Gobierno siguen sin condenar los crímenes sobre
Ucrania. Así estamos, pura política ficción de desbordamiento para que un escándalo tape el anterior. Una comprende fácilmente que hasta Giró piense que aquí hay para todos y que se va a ‘jartar a torear’.
El ‘extodo’ del mundo catalán, Jaume Giró, está de autocampaña. Busca alianzas con PSOE, PP, empresa catalana y la conexión Madrid para convertir a Junts en la nueva Convergencia. Entre pasar la gorrilla para Giró Consultant o hacer caja con un Gobierno contra las cuerdas no hay color. Es ahora o nunca
Sin reparar en gastos, Sánchez ha pedido idear informes de la importancia de la defensa para España